The blood and us

Capitulo 7 To understand

Jeff sólo pudo soltar un bufido, ya le estaba cansando que el ente desapareciera y apareciera cada que le daba la gana. Comenzaba a pensar que sería bueno ponerle un cascabel al cuello, al menos así ya no lo tomaría por sorpresa.

- ¿Quieres que los mate?- sus tentáculos hicieron más presión en sus proxis, poco le importaban, sólo los había reclutado para cuidar de su bosque cuando él se ausentara, pero si Jeff se quedaba, no tendría que volver a irse. En su interior sabía que eso era un cambio muy brusco, después de todo el disfrutaba de su soledad.

- ¿Lo harías por mí?- pregunto con el ceño fruncido, él pensaba que esas pestes eran como la familia de ese bicho. Por un momento contemplo esa idea con diversión, prácticamente tenía un perro que mataba a los que le ordenaba. Río un poco olvidando a los chicos que se revolvían para conseguir un poco del vital oxígeno.

-...-No hubo respuesta por parte del ente, tal vez se había dado cuenta de lo que había dicho y se arrepentiría. Un tentáculo se enredó en su cintura haciendo doler los moretones que tenía en esa área. Jeff soltó un pequeño quejido.

- ¿Qué mierda...? ¡Suéltame!- un gran dolores le recorrió la espalda en el instante en el que choco con el suelo, estaba fuera de la cabaña y su ropa nueva se llenó de tierra. El sonido de la puerta azotarse lleno el silencioso bosque.

Confundido como estaba Jeff frunció el ceño y después de unos cuantos segundos decidió levantarse, era lo que quería después de todo, el pinchazo en su culo sigue ahí pero como siempre, lo ignora, comenzando a caminar siguiendo una línea recta imaginaría. Cuando salió del bosque unos extraños sonidos lo hicieron voltear hacia atrás.

Una cabellera pelirroja se podía ver entre los arbustos, curioso como él solo se acercó lentamente hacia el lugar, observo con claridad a dos chicas, besándose de forma tierna. Jeff the Killer sonrió y se agacho, con tranquilidad se desato las agujetas de las zapatillas, tiro de los cordones hasta sacarlos, los tomo entre sus manos y las estiro para comprobar su firmeza.

Se acercó lentamente, cuidando sus pasos, pensando que era ligero como el aire, deslizándose sobre las hojas de los árboles y cuidando de no pisar ninguna botella que estuviera rota en el suelo. Los jóvenes de seguro eran los culpables de eso, tirando las botellas de cerveza por las ventanillas de los autos.

Cuando estuvo a la altura de la chica paso una agujeta por su cuello ahorcándola levemente, la pelirroja no estaba sola para sorpresa de Jeff, sino que una chica castaña estaba delante de ellos. Sin embargo la chica no se movió, su cuerpo estaba paralizado, la sangre parecía estar escarchada en un punto de su cuerpo, sintiendo un frio recorrerle por toda la espalda. Temía por la vida de su novia.

La pelirroja ahogo un grito, su mente estaba confundida y aun no conseguía saber quién estaba detrás de ella.

- Ambas se verían tan lindas estando muertas- Jeff susurro en el oído de la pelirroja, dejando que un escalofrió le recorriera todo el cuerpo. Ingenuamente había pensado que era una broma hecha por alguno de sus amigos que les gustaba joderles la vida, pero esa voz no era conocida. Aun asustada como estaba trato de deshacerse de su opresor, levantó una pierna hacia atrás, sin embargo erro el golpe y causo el enfado de Jeff.

Las cintas se tensaron sobre su cuello y el preciado oxígeno fue disminuyendo en su sistema, se retorció unos minutos hasta que fijo la vista en su novia. ¿Qué hacía aun ahí? ¿Por qué no huía? Prácticamente estaba libre. Pero la castaña no sé movió, estaba perdida entre el miedo abrumador y la excitación. Era como dos personalidades peleando en su interior. Jeff the Killer también la observo, extendiendo su sonrisa.

- ¿La amas? - él le pregunto con voz ronca, se notaba la diversión que esto le causaba.

La chica castaña asintió y llevo una mano a su pecho, ahí donde su corazón latía tan fuerte y duro que pensó se notaría a través de su blusa, sin embargo cuando bajo la cabeza no lo notó.