La avenida Wacker no es un lugar para andar solo, mucho menos para intentar hacer amigos. Ahí nadie sabe con quién se mete, pero Hunter y Harry Davis no tienen opción. Ese lugar se ha convertido en una deuda a saldar y Mónaco Smith, el mafioso más i...
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El vapor que empaña el espejo es lo único que le impide a Emma Bradley apreciar su desnudez. Siempre hace lo mismo, da los diez pasos que hay desde la bañera hasta el espejo y lo encara. Lo limpia con la toalla; a continuación, hace una lista mental que abarca todos sus defectos.
Es demasiado delgada. Casi cada hueso de su cuerpo es perceptible a simple vista; pero a él le gusta así ¿no? Además, le frustra demasiado que, a pesar de sus dos horas diarias de ejercicio, no ha logrado mejorar las zonas de su anatomía que él siempre critica.
Puede ver en su rostro todo lo sucedido los últimos dos años de su vida. Tiempo en el que ha dejado de conocer el significado de la felicidad; tanto, que ha llegado a desconocerse e incluso, a odiarse por haberse convertido en una persona tan emocionalmente débil.
Su vida había cambiado del blanco al negro en menos de un parpadeo. El chico del que estaba enamorada le abandonó sin haberse despedido siquiera, y tan sólo cinco meses después de aquello, cuando su familia regresó a Chicago a resolver asuntos pendientes, su padre le dio una de las noticias más desgarradoras que alguien puede llegar a recibir: su madre había sido asesinada.
Fueron meses muy difíciles sin duda. Todo parecía ir mejorando cuando regresaron a New Haven. En cierto modo le consolaba estar en la casa en la que había crecido, pero su padre apenas pudo soportar su soledad y contrajo matrimonio en poco tiempo con Ashley Headey, una rubia hermosa quince años menor que él. Como si eso no fuese suficiente, Luke Stevens —su novio actual — entró en su vida con la estricta misión de demoler los pedacitos de espíritu que aún le quedaban intactos.
Aquel chico con rostro de ángel llegó disfrazado de comprensión, cariño y ternura. Emma llegó a considerar que—sólo tal vez— él podría ser su nuevo Hunter. Pero aprendió de mala manera que las personas no pueden reemplazarse. Tan pronto como le dejó entrar a su corazón, toda aquella fachada se derrumbó en segundos. Luke es realmente un hombre agresivo, frío y calculador. Su corazón parece estar hecho de piedra, y lo que más le molesta a Emma es el control que le permite tener sobre toda voluntad que pudo llegar a quedarle.
Ella sigue a su lado sólo porque se ha terminado creyendo que, con ese cuerpo tan horroroso —como Luke siempre lo ha descrito—, nadie además de él le hará caso alguno.
Emma se enfunda en su bata de baño en un intento por dejar de analizar su vida, emprendiendo rumbo al vestidorque se encuentra en el piso superior.
Hoy tiene que verse muy bien. Su padre la llevará a cenar. "Será como antes" le ha prometido por teléfono "Solos tu y yo, mi cielo". La idea le tiene muy entusiasmada. Hace ya varios meses que su padre no le presta la misma atención. No desde que contrajo matrimonio con Ashley. La rubia es hermosa por fuera, pero no es tan amable como parece.