Nuestros labios mojados, su lengua gobernando el interior de mi boca, de mi ser y de mi conciencia. No quiero admitirlo, pero se siente bien.
Apretó un poco más mis muñecas y dio un leve choque de su pelvis contra la mía.
(L) - Voy a suponer que a partir de este pequeño momento te dejarás llevar por mi. *Susurró cerca de mi oído*
No tardó mucho en volver a besarme pero, sentí una densidad extraña en su saliva pero no le di mucha importancia, simplemente tragué. En cuestión de pocos segundos, y por algún motivo, empecé a notar cómo mi garganta escocía, como si estuviera ardiendo. Al mismo tiempo, sentía cómo mi cuerpo comenzaba a tener pequeños cosquilleos, cada vez más intensos.
¿Por qué estaba tan sensible? ¿Por qué mi cuerpo me sentía tan estremecida, tan temblorosa, tan llena de deseo? (Se me olvidaba algo muy importante... después de todo, también se le considera un demonio de la lujuria.)
Pasaban los minutos y cada vez me mojaba más, se veía perfectamente que estaba ahora mismo jugando conmigo.
Aparté mis labios de los suyos, tomé aire e intenté respirar con calma, tratando de ocultar toda la agitación que me provocaba .
(A) - ¿Vas a tardar mucho? *Pregunte algo jadeante y con la mente desordenada*
(L) - ¿Tienes prisa? Relájate, tenemos todo el tiempo para disfrutar.
(A) - Lucifer... ¡Quiero que me toques!
(L) - Verte tan desesperada por sentir mis manos sobre ti, por ser tocada... me dan ganas de hacerte temblar.
Mi mente estaba llena de él, mi cuerpo encendido por cosquilleos ardientes, y mis piernas, ligeramente temblorosas. Mis labios, hinchados y rojos, ardían con el rastro de su deseo, palpitantes como si aún lo estuviera devorando. Mi respiración era errática, mi cuerpo aún atrapado en el temblor dulce del éxtasis.
Agitada y jadeante, sentí como él soltó mis muñecas y se apartó lo justo para permitirme incorporarme y darme la vuelta, apoyando mi culo en la mesa, fijó su mirada dominante en mi. Aferré su cadera con fuerza y lo atraje bruscamente hacia mí, sintiendo el calor de su cuerpo chocar contra el mío. Mis uñas se clavaron levemente en su piel mientras mi aliento, entrecortado, rozaba sus labios. —Hazme temblar.
Me subió por completo a la mesa y me quitó la camisa. Abrió mis piernas y volvió a besarme, esta vez con más ganas. Su mano derecha descendió por mi costado, deslizándose hasta mi muslo, acariciando y rozando, intensificando los cosquilleos.
Sin apartar sus labios de los míos, su mano continuó su camino, deslizándose con lentitud hacia mi ingle, provocando escalofríos que me hacían arquear la espalda, completamente entregada a él.
"El roce de sus dedos descendió con una lentitud desesperante hacia mi ingle, como si disfrutara de mi desesperación. Intenté moverme, buscar más contacto, pero su otra mano se cerró con firmeza sobre mi cadera, inmovilizándome contra la mesa.
Sus dedos se deslizaron con una precisión deliberada, trazando círculos lentos, provocadores y precisos. Mi cuerpo reaccionó de inmediato, un jadeo entrecortado escapó de mis labios, pero cuando intenté buscar más contacto, su otra mano me sujetó con firmeza contra la mesa.
(L) -¿Impaciente? *susurró junto a mi oído, su tono oscuro y burlón* - No creas que voy a darte lo que quieres tan fácil.
Mi piel ardía bajo su control, mi respiración errática, mi cuerpo entero temblando bajo su toque. Pero él solo sonrió, disfrutando de mi desesperación, alargando el momento con cruel precisión.

ESTÁS LEYENDO
Intensifícate y Hazlo
RomanceContenido erótico. Esta historia entorna y habla de Ayla, una chica bastante peculiar y llena de deseos por todo lo relacionado con la fantasía y la espiritualidad. Recién terminada de graduarse en Literatura, Ayla empieza a darse cuenta de que no e...