Cuando un demonio le regala un par de pendientes que alteran la realidad, Lalatina Dustiness Ford se ve inmersa en un mundo donde sus deseos pueden convertirse en realidad, donde su imaginación puede volar y donde las personas que la rodean pueden c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ah, la humilde doncella. Tal vez la más fuerte de todas las criaturas de Dios. Una especie versátil y resistente, capaz de trabajar durante largos períodos del día con poco más que un agradecimiento pasajero. Son la columna vertebral de la vida noble; sin ellas, la más simple de las tareas distraería a quienes necesitan liderar. Son una necesidad en la que pocos piensan. Por eso, se creó un día, un día para celebrar a la doncella en todo su esplendor. Este día fue, por supuesto:
"¡¡¡MAAAIIIDD DDAAAAAYYYYY!!! ¡AMO A LA MAID DAAAAYYY!", gritó Kazuma, literalmente saltando por la ciudad de Axel con una enorme sonrisa perversa en su rostro ante todas las vistas.
¿Y por qué no iba a sentirse tan feliz como lo estaba? Después de todo, ¡era el Día de la Doncella! La época del año en la que todas las mujeres del pueblo debían vestirse como doncellas. Vestidos con volantes, corsés ajustados, faldas de montar bajas, ligueros... todo estaba en plena exhibición mientras la gente seguía con sus actividades diarias.
Había doncellas lavando ropa, doncellas vendiendo productos, doncellas con dilemas morales y doncellas construyendo sillas. Doncellas altas y doncellas pequeñas. Doncellas lindas y doncellas presumidas. Doncellas que eran muy sexys y doncellas que te pisotearían.
¡Todas estaban allí para celebrar la tradición anual del Día de la Doncella!
Gracias a que Darkness escribió en El Calendario, la gente creyó que siempre había sido así. Un día para celebrar a los trabajadores del mundo, a la vez que se podía presumir de ropa que, de otro modo, sería extraño llevar en público. Se animaba a abogados, cocineros, aventureros, médicos, nobles, profesores, fontaneros, generales del Rey Demonio, jardineros, a todos ellos y más, a que sacaran sus delantales, tacones altos y medias, o cualquier otra prenda que fuera cómoda para el propietario, para realizar su jornada laboral. Por ejemplo, los caballeros que deseaban participar habían encargado una armadura con aspecto de sirvienta antes del día para no resultar heridos si alguien los atacaba:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Como nota al margen, esto tuvo un efecto secundario al hacer que otro día naciera en los corazones de las personas, aunque no estaba indicado en el Calendario. Un mes después del Día de la Doncella, también se celebraría el Día del Mayordomo. Similar a cómo el Día Blanco llegaba después de San Valentín. Kazuma recordó su último Día del Mayordomo: Aqua y Megumin habían guardado todas sus tareas para que él las hiciera a regañadientes mientras se sentaban y bebían. Aunque, para ser justos, las solicitudes que había tenido para el último Día de la Doncella... En cualquier caso, su único respiro fue que Darkness también se había vestido de mayordomo, aunque solo fuera para recibir órdenes ladradas como ella también.