— ¡Diablos!— Maldecía levantándome del suelo con un dolor en la cara.— ¡Como la odio, se salió con la suya la maldita, pero solo por hoy!
El timbre aún no sonaba y Leah ya se había ido con el idiota, quién aún no conozco, pero me las pagará.
Solo tengo que hacerla mía y ya, pensé que sería fácil, ella ha estado mucho tiempo enamorada de mí, de hecho creí que ella sería la que me pidiera tener relaciones conmigo pero no fue así. No la iba a violar, tampoco soy una persona sin corazón, tengo ya muy poco pero aún así sé que una violación no estaría bien, podría meterme en problemas, solo le quería dar una probada, ya si ella quería seguir por mí no habría problema.
Caminé por el pasillo del "infierno" llamado escuela, y salí hacía el estacionamiento.
Ahí estaba mi moto, es como mi tesoro más preciado. La encendí disfrutando del sonido que hacía, en el camino aumentaba mucho la velocidad y los semáforos y autos eran como si no existieran para mí, claro, me gané muchos insultos de conductores pero no me importaba. Me encanta la velocidad, estar a el borde de la muerte me atrae mucho, una adrenalina me recorre todo el cuerpo cuando ni siquiera puedo divisar bien el camino por la velocidad en que manejo.
Al llegar a mi apartamento, aventé las llaves en la mesa de estancia y me dirigí a mi habitación, tendría que pensar en otra forma de tener a Leah, pero primero creo que una siesta no me vendría mal, todo es tan estresante.
Cinco minutos. Solo cinco minutos duró mi "siesta" o eso pensé yo hasta que vi que había oscurecido, y pudiera seguir durmiendo si no fuera por el sonido que estaba haciendo mi celular.
Damon.
— ¿Qué quieres?- solté un gruñido de frustración.
— ¡Amigo, habrá una fiesta en la casa de Melanie!— Damon soltó con euforia.
Melanie era otra de las muchas que habían pasado por mi cama. Una fiesta... suena tentador, me podría olvidar de todo lo que pasó hoy.
— Acá te espero— y colgué. Soy un hombre de pocas palabras.
El plan tendrá que esperar. Tomé una ducha y después de media hora el timbre de mi apartamento sonó.
Eché mis llaves y teléfono a mis bolsillos y tomé mi chaqueta.
Damon estaba esperándome ya en el carro, solo se bajo a tocar el timbre, si que tenía prisa.
Caminé hasta él y abrí la puerta del copiloto.
— Byron, ¿Por qué no te apareciste el resto del día en la escuela? ¿Conseguiste algún polvo?— Dijo mi amigo con una sonrisa pícara en su cara.
— No, y lo que haya ocurrido conmigo no te incumbe y no deseo contártelo.— Dije cortante.
— Uy, perdón. Creo que no fue un polvo lo que conseguiste porque andas de un muy mal humor, pero no te preocupes, en esta fiesta de segura habrá más de una que quiera ayudarte con eso.— Yo solo lo miré, tenía razón. Y seguimos camino a la fiesta.
— Llegamos.— Mi amigo aparcó el coche y bajamos de el.
Desde la acera se podía escuchar la música y se veía todo el desastre que había dentro. Me gusta.
Entramos a la casa y el olor a cigarrillos, alcohol y sexo inundó mis fosas nasales. Aquí es donde pertenezco.
Seguíamos intentando caminar por el mar de gente que había, hasta que una rubia se interpuso en nuestro camino.
— Bienvenidos chicos, espero disfruten de la fiesta.— Melanie. Nos guiñó el ojo y se fue contoneando sus caderas, imposible no verlas.
Damon ya no estaba a mi lado, de seguro ya fue a conquistar. Yo sólo hice mi camino al bar, ganándome unas miradas y sonrisas seductoras de las chicas que se encontraban ahí.
Detrás de la barra se encontraba una chica, la examiné. Buen cuerpo, buena cara, tal vez ella tenga suerte hoy.
— Dame lo más fuerte que tengas.- Le dije a el mesero con mi voz fría y cortante.
Ella subió su mirada y me vio, pronto sus mejillas se encendieron en un color rojo. Siempre tenía esa reacción en las chicas. Excepto en una.
— Claro.- Sonrió seductoramente y se fue a preparar mi bebida.
Muchos chicos y chicas borrachos estaban en la pista "bailando", idiotas.
La chica regresó y me tendió la bebida, no sin antes guiñarme el ojo y darme un papelito.
Cuando ella se retiró de ahí, hice bolita el papel y lo tiré, no lo necesitaría.
La bebida raspo mi garganta, era lo que necesitaba
Salí a el patio de la casa era uno de los pocos lugares que se encontraba mas o menos vacío.
Encendí un cigarrillo y le di una calada, tiré mi cabeza hacia atrás y el humo salió disparado hacía arriba.
Unos gemidos se hicieron presentes interrumpiendo mi momento de tranquilidad. Una pareja se encontraba en el otro extremo del patio detrás de un árbol.
— Hey,o mueven sus estúpidos traseros a otro lugar no cerca de aquí o no vivirán para contar lo que estuvieron a punto de hacer.— Grité con voz autoritaria.
La pareja asustada se levantó y tratando de taparse lo más posible, salieron corriendo hacia adentro.
Solté una carcajada, me gustaba ver el miedo que las personas me tenían.
Ahora solo necesito un poco de acción.
— ¿Me extrañaste guapo?— Una voz seductora me susurró en el oído e instantáneamente una sonrisa se formó en mi rostro.
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ROUX
Science Fiction-Tus ojos son un misterio y tus labios una perdición...- Murmure con agonía. - Pero tu cuerpo... maldita sea. - Mi puño se dirigió a la pared donde la tenía acorralada. -Es un pecado...- Me acerqué más a ella y rocé sus suaves labios con los míos. A...