¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
22 DE ENERO SILVERSTONE, INGLATERRA 08:47 PM
El castaño estaba acostado en su nueva cama, la cual siendo sincero era muy cómoda, acaba de volver de uno de sus primeros días normales de entrenamiento en Alpine, estaba agotado, volver a la rutina sería difícil, se ducho y con solo su ropa interior se acostó en la cama boca abajo, hasta que escuchó a la pared retractil de su habitación moverse y luego unas manos en su espalda moviéndose deliciosamente dónde estaba tenso después de ese largo día.
Cuando Lucas llegó a casa, estaba tambien exhausto sin embargo recordó que hoy era distinto, desde hace varios días en realidad todo era distinto, Franco estaba a metros de el descansado en su cama de su nueva habitación, a una pared retractil de distancia.
El rubio, que prefería ducharse en el mismo gimnasio de la sede de Aston Martin antes de volver a casa, llegó hacia el moviendo la pared corrediza, sonrió al verlo exhausto boca abajo y comenzó a masajearle la espalda con sus grandes manos, casi cubrían la espalda del mayor entera.
Su gesto cansado se transformó y su cuerpo se estremecio por el repentino contacto en su piel con la de su novio, la ducha había dejado su cuerpo aun algo húmedo, lo cual lo hizo estremecerse más. El contacto con la áspera mano de Lucas lo hizo estremecerse aún más, en momentos como ese agradecía que su novio fuese más pequeño que él, incluso si solo era por unos pocos centímetros.
- Mmm
Paro de contener un gemido, no quería parecer patético a pesar de que amaba cada segundo del contacto.
Lucas se agachó hasta dejar un beso sobre la nuca del muchacho dulcemente.
— Ya están por terminar la cena, no te duermas como ayer — le susurro.
El beso en la nuca y la voz suave y calmada de su novio en su oído hicieron estremecer aún más a Franco, cerró los ojos por un momento dejando escapar un pequeño suspiro.
- Estoy despierto
Se quejó, giró el cuerpo un poco para quedar boca arriba y miro a Lucas que aun estaba encima suyo.
— Hola lindo — sonrió el con esos electrizantes ojos azules.
Miró los ojos cielo de su novio, aun con el ceño fruncido por el cansancio, soltó un suspiro con los labios medio abiertos con una mirada algo somnolienta y desaliñada, como si recién acabara de despertarse, con el ceño aún fruncido y los brazos cruzados en el pecho desnudo y aun un poco húmedo.
- Hola
Respondió con voz ronca.
— Empapaste toda tu cama — se rió suavemente el menor sintiendo más sábanas húmedas alrededor del castaño bajo las frazadas — ¿Por qué te acostaste así? — murmuró incrédulo.
