Franco se despertó en su cama, en la cama de su habitación, vestido con una muda de ropa nueva, la vieja parecia estar doblada en una silla cercana, tenía ropa comoda y suave, se sentia limpio y comodo, percibia cierto aroma en el aire.. el perfume de Lucas.
Se recorrio el cuerpo con las manos evidentemente adolorido, vio que su telefono estaba enchufado en la mesita de al lado de la cama y junto a el unos analgésicos con una botella de agua.
Recuedos de la noche anterior ponian todo en su lugar en la situación, explicaban los dolores al menos.
El castaño se apresuro a tomar los analgésicos y suspirar acariciando su cabello sentado en la cama, miro el buzo que tenia puesto, le quedaba extrañamente grande... Era uno de los buzos de Lucas claramente.
Tras recordar todo lo sucedido la noche anterior, se llevó una mano el cabello y se incorporó en la cama con dolor.
Mordio su labio al recordar, nunca habia tenido una noche asi, tan... Amorosa pero dura, placentera hasta la muerte podría decirse. Era una sensación extraña, era como si su cuerpo necesitase tiempo para recuperarse, pero aún lo recordaba todo, podía sentir como lo llenaba el otro y lo desesperado que estaba por él, con su mente nublada.
Ahora tenia los pensamientos claros, una claridad extraña en su actual vida aparentemente a la deriva... Lucas, el tenia a Lucas, el podia recuperar a Lucas si queria, podia disfrutar de tenerlo, podia amarlo... Podia, era una de las pocas cosas por las que podia luchar todavia.
No podía evitar pensar en como lo había tratado el otro, como le había hecho el amor y lo lleno que se había sentido en ese momento, aún podía recordar cada embestida y gemido que le había sacado, aún a pesar de que su cuerpo aún estuviera adolorido a ello.
En ese momento pudo recordar como le gustaba el mayor, como quería estar con él, lo mucho que lo necesitaba, lo único que podía hacer era intentar recuperarlo, aún con las dudas.
Los mejores orgasmos de su vida, los besos mas dulces, las palabras mas sinceras.. los brazos mas seguros del mundo. ¡La puta madre, tenía que estar con Lucas!
El hecho de pensar en eso le dio aún más energías para intentar recuperarlo a como diera lugar.
Se imagino asi mismo despertado por besos, despertando junto al cuerpo del menor sus dulces labios, fuertes manos y himnotizantes ojos puestos sobre el.
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