Capítulo 26: Soju, secretos y redencion

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El silencio en el pasillo se rompió con el sonido pesado de los pasos acercándose al otro lado de la puerta. König se mantuvo firme, con la respiración contenida bajo su máscara. Pero cuando la puerta finalmente se abrió, sus ojos se abrieron con sorpresa.

¡Verdammt! No era la persona que esperaba ver.

En su lugar, Horangi abrio la puerta mientras se apoyaba en el marco de la misma, con su torso desnudo aún perlado de gotas de agua que caían lentamente por su piel y se deslizaban hasta el suelo, su cabello oscuro y húmedo, caía en mechones desordenados alrededor de su rostro enmarcado por la máscara y las gafas de sol oscuras.

—¿König? —Pregunto Horangi, arqueando una ceja con visible sorpresa

El coreano observó al austriaco con detenimiento. Aunque König llevaba la máscara puesta, algo en su lenguaje corporal delataba que algo no estaba del todo bien. Se veía tenso, inquieto, como si su mente estuviera en otro lugar.

—¿Está todo bien? Te ves.... algo ¿agotado? ¿Quieres pasar?

König tardó un segundo en responder. Su mente buscaba con rapidez una excusa, cualquier razón para justificar el motivo de su inesperada visita, sin delatar el verdadero motivo, ya que sabía que Horangi era demasiado intuitivo.

—Estoy bien, no es nada. Solo quería hablar contigo. —Mintió, su voz era baja y carente de veracidad

Horangi no pareció convencido, pero tampoco presionó. En su lugar, hizo un leve gesto con la mano, indicándole que entrara.

König dudó un instante, pero al final cruzó la entrada a la habitación con pasos lentos, sus ojos escanearon la habitación de manera automática, recorriendo las paredes y el mobiliario hasta que inevitablemente se posaron sobre la cama de T/N.

Todo seguía igual.

Su almohada aún estaba allí, sus pertenencias cuidadosamente colocadas en su lado del cuarto y su cama, y... el aroma de su perfume, gardenias por supuesto, aunque estaba lejos de la cama de ella, podía sentir el penetrante y agradable aroma de su perfume qué cosquilleaba por su nariz.

Flashbacks lo golpearon repentinamente, como si de una ola se tratara.

Este mismo lugar había sido testigo de su primer encuentro con ella. Las sábanas que alguna vez se arrugaron bajo sus cuerpos entrelazados, el roce de su piel contra la de ella, la forma en la que su cuerpo se arqueaba bajo sus manos. Los susurros ahogados, los jadeos que rompían el silencio de la habitación...

Un nudo se formó en su garganta, su nuez de adán subía y bajaba con dificultad.

El recuerdo era vívido, demasiado real, demasiado cercano. Su mandíbula se tensó y parpadeó un par de veces, sacudiendo ligeramente la cabeza para disipar las imágenes de su mente.

—Y bien, ¿qué necesitas hablar conmigo? —La voz de Horangi lo sacó de sus pensamientos de golpe.

El coreano se había girado hacia él, secándose el cabello con una toalla mientras lo observaba con expresión neutra.

König se aclaró la garganta y parpadeó tratando de recuperar la cordura. Claro, no estaba aquí para sumergirse en recuerdos. Su objetivo era otro.

Pero ella no estaba aquí.

Tal vez estaba con Miller y los demás en alguna parte del cuartel. Tal vez estaban celebrando y pasando un rato agradable.

Con un largo suspiro, se obligó a centrarse en Horangi.

—Bueno... yo solo quería disculparme por... ya sabes, la otra vez. Sé que no fui el más amable, pero tenía que hacer simplemente mi trabajo. Ya sabes que son....

𝓜𝓮𝓲𝓷 𝓵𝓲𝓮𝓫𝓮 | 𝓚𝓸̈𝓷𝓲𝓰 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora