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5 años atrás.

Obsesión.

Poco a poco fue creciendo desde que lo conoció.
Sentía que era amor a primera vista.

Tantos libros que contaban de ese fenómeno y ninguno describía exactamente lo que le sucedió.

No era el más guapo ni el chico perfecto. Pero su cuerpo tuvo una reacción de reconocimiento y amor hacia alguien desconocido en el primer instante.
Como si lo hubiera estado esperando por años, una conexión en lo profundo de su ser.
Quería preguntarle si a él le sucedía lo mismo, sin embargo no quería causarle una mala impresión así que se lo callo.

Todos los días tomaba la cámara de su padre y le tomaba una foto donde sea que lo viera.

Le encantaba tomarle cuando esta despistado y más cuando no se daba cuenta.
Su cuarto tomo forma con fotos de él. En forma de corazón, en repisas, en su closet y en un marco.
De todas formas a sus papás no les importaba lo que hacía o dejara de hacer.

La muerte de su hermana mayor había sido muy difícil para toda su familia y todos se habían distanciado.

Pero el brillo de aquella mirada y su sonrisa la hacían olvidarse por completo por lo que estaba pasando.

Él era frío sin embargo ella sentía que tenía suficiente amor para ambos.

Sin embargo un día, el peor de todos sus días, lo perdió.
El se fue sin despedirse y eso fue lo que más le dolió.

Un día antes habían discutido por los sentimientos de ella pero creía que al día siguiente se arreglaría y no fue así.

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El día de la clausura.

Todos comenzaban a llegar media hora antes y como siempre nunca faltaban los impuntuales.

Los del salón de Alejandro y el mismo incluso llegaron más temprano que los graduados mismos.

O al menos a la hora que lo citaron debido a la escolta.

Se sentía ridículo con todo ese vestuario pero se suponía que debía de sentirse orgulloso por portarlo, según las palabras del coordinador.

El evento comenzó con la tercera llamada y aún no la había encontrado.

Ansiaba verla con un hermoso peinado y ver lo bien que a ella le quedaba el traje.
Tenía miedo de que no apareciera incluso que le hubiese pasado algo malo. No ese día.

La noche anterior había planeado todo a lujo de detalle y no quería que todo fuese desperdiciado.

El evento comenzó. Entre ruidos y la banda de guerra, no podía creer o persuadir su mirada a otro lado que no fuera donde ella debería de estar.

Entonces comenzó a anunciarse la escolta y sus esperanzas se fugaron unos instantes. Empezó la formación de su escolta y tenía que concentrarse.

Ya empezaba a acostumbrarse a que todo le saliera mal.
Cuando de reojo, vio que ella ya estaba allí, como por arte de magia, como si sus pensamientos la hubieran atraído hasta allí a tiempo.

-Abanderados un paso al frente-exclamo Brisa, la capitana de la escolta entrante.-¡Ya!

Y de ahí no dejaba de verla, sus ojos delataban que algo había pasado. Se hundió en sus pensamientos, que cuando les tocaba salir, ya no estaba presente y todo salió mal.

El reencuentro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora