Capítulo especial II: Volviendo al comienzo (1/?)

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°°°Pov Anabelle°°°

El cuchillo entraba y salía del estómago de esa persona, que le pedía a esa chica que le de algo de piedad, que lo deje en paz. Pero no le hizo caso y comenzó a hacerle aún más daño, observar ese escena me hacía sentir demasiado miedo. Quería llorar y gritar del susto por lo que veía. Pero no podía, hacer un pequeño ruido significaría mi muerte. Sólo me quedaba ocultarme tras un pedazo de una pared que se había derrumbado.

-Es increíble lo que hace -habló alguien que apareció a mi lado- ¿No lo crees? -preguntó, sin siquiera quitar la mirada de ese asesinato.

No podía creer lo que escuchaba, ¿increíble? Eso no era increíble, era horrible, era una película de terror en carne propia.

-Es de lo peor -respondí con una mirada asustada- no es nada increíble, eso es frialdad y solo un monstruo podría hacer eso sin dudarlo. Y en definitiva ella es uno.

Seguí mirando por un instante y no lo soporte, miré hacía donde estaba ese chico y no se hace cuanto pero me observaba con una sonrisa, una sonrisa maliciosa, que me provocaba miedo, tenía ganas de salir del lugar, pero no sabía por donde. No había una salida.

-Tal vez -dijo, aún con esa sonrisa- pero no puedes juzgar a alguien sin saber su historia.

-¡Esto no es justificable! -dije con un tono de voz alto, me tape la boca y miré a esa asesina, no desvió su atención de lo que hacía, continue en voz baja- nada ni nadie puede justificar eso. Ni siquiera las situaciones por las que se halla pasado.

-¿Por qué no te enteras de quien es? -me dijo seriamente, observando esa escena- Mira su cara, reconocela y recién podrás juzgarla.

No entendía mucho lo que pasaba, ya tenía sueños similares, pero era la primera vez que ese chico aparecía. Y lo que me decía me confundía aún más.

Hice caso por alguna razón, pero en un principio no pude evitar mirar el resto de su cuerpo, bañado en ese líquido color carmesí, especialmente sus manos. Comencé a concentrarme en mirar su cara, seguí viendo, su cabello también estaba con sangre, tenía tanta que goteaba sangre de ese oscuro y largo cabello.

Miré su cara, tenía manchas de sangre y una sonrisa que mostraba satisfacción y placer por hacer eso, inclusive saboreaba aquel líquido rojo que había caído, también, a sus labios. Admito que se me vinieron varias personas a la cabeza menos la persona que estaba ahí...

-S-soy yo... -dije a ese chico, dirigiendo mi mirada hacia donde estaba él- como puede ser eso posi... -no pude terminar la oración que diría, él ya no estaba ahí. Había desaparecido por completo y sin dejar rastro alguno.

Estaba asustada antes, pero ahora no sabría describir el como estaba. Miré al suelo algo decepcionada, luego volví a mirar al frente, ella, ó mejor dicho yo, ya no estaba ahí.

-¿A qué le tienes miedo? -estaba en mi detrás, con el cuchillo en mi cuello- Si yo soy tu.

Mis lágrimas comenzaron a caer poco a poco de mis ojos, los cerré fuertemente; éste sería mi fin. Respire profundamente, no podía creer que yo misma sería mi asesina, que ironía.

No sentí más aquel filo en mi cuello, así que decidí abrir mis ojos. Ya no estaba oculta tras aquel pedazo de la pared que, posiblemente, me mantenía viva. Ahora estaba encima de la víctima de "ella" que ahora estaba muerta. El cuchillo ensangrentado estaba en mi manos, lo solté asustada. Me tape mi cara con las manos que, seguramente, habían matado a esa persona inocente y ahora estaban con el líquido que antes lo mantenía vivo en mi cuerpo, su sangre me bañaba completamente.

Diario de una asesina - segunda parte [Publicación Lenta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora