Capítulo especial IV : Dos minutos de silencio (1/2)

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°°°Pov narradora°°°

La ambulancia que llevaba a la única sobreviviente del asesinato en la casa de la avenida Metrópolis iba a toda velocidad. Adentró de la ambulancia dos paramédicos intentaban salvar a la niña de ocho años que ya había perdido un poco más de un litro de sangre.

Ya comenzaban a perder las esperanzas de que sobreviva, a pesar de eso hacían lo imposible para tapar las heridas en su pecho, que le causo un asesino en serie que lastimosamente escogió esa casa para atacar, que no eran más que la única causa para que pueda morir pronto. Sin embargo, el destino se encargó de que no fuese así, la pequeña niña logró sobrevivir por un milagro de la vida a las terribles heridas que tenía.

De esa manera es como quedo sola en el mundo. Aunque sin embargo a pesar de haber sobrevivido a esa terrible situación, sus padres no lo hicieron y quedo en un estado de coma en el que estuvo, aproximadamente, unos tres meses.

La única persona que la visitaba, casi a diario, era un niño que vivía cerca su casa. Aunque dejó de ir a visitarla alrededor de la última semana en la que estuvo en estado coma, también tenía ciertos problemas por los que atravesaba en su casa. Aunque a parte del pequeño niño, también la visitaba un joven chico al menos una vez por semana.

Claramente, y como la mayoría de las personas en el mundo, también tenía familiares cercanos. Pero- como habían hecho desde que ella nació- nunca fueron a verla. Para lo único que aparecieron fue para organizar el funeral de los difuntos padres de la niña.

El día en que despertó, el chico que la iba a visitar fue también ese día y entró minutos después de que halla despertado junto al doctor, quién salió de la habitación en busca de una enfermera. Su mirada le decía todo a él: no estaba enterada de nada, no recordaba prácticamente nada. Tan sólo recordaba el momento en el que disparaban al que intentó asesinarla y como intentaban salvarla dentro la ambulancia.

Comenzó por preguntarle como estaba, ya que por su boca entraba un tubo para su respiración y no podía hablar asintió con la cabeza. Luego comenzó a darle todo un discurso sobre ser fuerte y ni rendirse nunca más, acabo el discurso indicándole quién era él y el porque estaba ahí.

Justamente entraron la enfermera y el doctor. Quienes le quitaron delicadamente aquel tubo que estaba en su boca, y algunas cuantas agujas que estaban en su cuerpo y le proporcionaban las vitaminas necesarias para tener una salud preferente. Ya cuando podía hablar, pregunto rápidamente por sus padres. Y tan sólo obtuvo una respuesta tan rápida como la pregunta:

-Cuando te den el alta para poder salir del hospital, te llevaré con ellos -le dijo el chico saliendo de la habitación, con la misma frialdad con la que había hablado desde un principio.

Dirigió su mirada hacia el doctor que, ella suponía, la había atendido desde que fue internada. Le pregunto hace cuanto que estaba en el hospital, que había pasado exactamente y cada duda que se le venía a la mente. Sin embargo no recibió respuesta a la duda que ella consideraba más importante: que había pasado exactamente aquella noche en su casa.

Diario de una asesina - segunda parte [Publicación Lenta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora