Cap 22 Un nuevo ambiente segunda parte.

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Un nuevo ambiente segunda parte...

Narra Lira.

— Aleyda significa mucho para mí y no soportaría el perderla, pero ¿Se dan cuenta de que no solo está en juego su vida si no la de muchas personas? Me parecería egoísta destruir todo intentando salvarla solo a ella.

— Lira— susurró la entrenadora poniendo sus manos en mis hombros —. Lo mismo pasará y puede ser que hasta peor si no nos arriesgamos, de una u otra manera pasara, ya sea hoy o mañana o dentro de mil años ¡El punto es que tenemos en nuestras manos la posibilidad de evitarlo!

Hice un ademán para refutar lo que ella decía pero me interrumpió

— No, Lira escúchame no lo pienses tanto, no tienes mucho para pensar se que deseas salvar a todos tanto como yo, pero la forma de hacerlo es esta, a veces en la vida tienes que arriesgarte y saltar.

— Si pero ¿Hacía dónde? ¿Cómo puedo saltar si no se donde caeré?

— Te pondré un ejercicio, ahora Lira déjate caer.

— ¿Qué?

— Si ya me oíste.

— Pero Miriam ¡Me golpearé con el suelo!

— No lo harás.

— Pero Miriam yo

Ella me interrumpe nuevamente  colocando su dedo índice en mis labios.

— No lo harás.

— Ok asentí temerosa.

Me deje caer y ella me atrapó en sus brazos y volvió a levantarme.

— Creí que no me atraparía nadie.

— Exacto, pero aun así te dejaste caer y aquí estas, sin un solo rasguño, igual es con esto; Confiaste en lo que te dije y te dejaste caer, ahora debes confiar en tus capacidades y en la de todas para restablecer la unidad y la armonía. Existe un riesgo, existía el riesgo de que te calleras y te golpearas aquí también es igual, pero si te quedas sin hacer nada nunca sabrás si pudiste hacerlo.

Les di la espalda a ambas y cruce mis brazos.

—  ¿Entonces qué dices? ¿Nos ayudas o no? — preguntó acercándose por detrás—.

— Aunque no me agrade del todo la idea. Cuenten conmigo.

Narra Paula.

No me quedaba tiempo, tenía que actuar o moriría de la peor forma posible ( al menos desde mi criterio )  aplastada por un árbol o muerta adentro de un abismo sin fondo.

Así que me dije a mi misma: ¡No! ¡Hoy no Paula! ¡Hoy no vas a morir!

Y decidida giré por el suelo con todas mis fuerzas varias veces hasta que el árbol cayó al suelo aplastando todo a su paso, y su tronco cayó justo al lado de mi rostro y una de sus ramas quedó elevada al filo de mi cabeza, una vez al verme a salvo respiré aliviada. Nunca antes me había sentido con tanta vida, o tal vez es porque estuve al borde de perderla.

—  ¡Paula! ¿Estás bien? ¡Por favor contéstame!

— ¡Estoy bien! dije saludándolo desde el suelo, quería quedarme allí un segundo antes de levantarme y así recuperar el aliento.

— ¡Vaya susto me diste! — dijo mientras  suspiraba del alivio—,

—  ¿Tu estas asustado? ¡Imagínate como estaré yo!

De pronto su expresión cambio radicalmente — ¿Qué? ¿Que pasa? —le grite al chico cuyo cabello estaba despeinado y cuyos ojos de pánico me alarmaron —.

Dos mundos distintos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora