Capítulo 12

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-Maaaaax -grito por el telefonillo de su casa, y el profiere varios insultos.

-¡Joder, Summer, me vas a dejar sordo! -dice y seguidamente me abre la puerta.

Subo por el ascensor. Lo observo todo bien, y sigo profundamente impresionada al ver la jodida casa que tiene. ¿Cómo puede ser que haya gente como yo que hayamos vivido sin absolutamente nada, y gente como él y como Sarah? Aprieto los dientes y salgo.

Max está esperándome en el umbral de la puerta, por lo que camino hacia él y lo miro. ¿Qué hago?  Estoy totalmente confundida.

Lo cierto es que esto no es una película adolescente, por tanto él está igual, o peor que yo. Así que reacciono a mi manera; le pego una cachetada y río mientras él se lamenta. Después, me giro con una ceja alzada y le miro interrogante:

-¿Qué vamos a hacer? - le digo y él suspira.

-Summ, tenía pensado hacer muchas cosas. -dice con voz juguetona- Pero veo que estás agresiva, así que me limitaré a hacer lo que digas.

Sonrío, y me tiro al sofá. Bien, maratón de N.A.V.Y Investigación Criminal.

Al cabo de tres horas, Max está cansado y quiere quitar la tele e irse a dormir. Creo que pretende dormir conmigo. ¿Sería muy raro decir que yo nunca he dormido con mis amantes? Sí, digo amantes porque yo no tengo novios. Ugh, ¿Y volverme cariñosa? Já, solo falta también que me vista de rosa. ¡Por encima de mi hermano! 

Río mentalmente, porque paso de decir la frase "por encima de mi cadáver", básicamente porque yo respeto mucho a los muertos, y tengo la fiel teoría de que irán al Hades, como en la religión griega.

Bien, pensamientos tétricos y comunes en mí aparte, me dirijo a un medio dormido y atontado Max, le lanzo una almohada y le doy un beso en la nariz.

-¿Dormimos? - susurro en su oído y veo como todo en él despierta. Literalmente, todo. Ni él ni yo nos sonrojamos, ambos somos, ¿cómo decirlo? Poco inocentes, y me da la mano. Nos levantamos y vamos a su cama.

Extrañamente, él me da su camiseta y yo me quito la mía junto con el pantalón, y me pongo la suya. Me acuesto y él hace lo mismo, y me abraza por la espalda. 

¿Qué coño ha pasado?

Me giro hasta quedar cara a cara con él, y veo sus ojos cerrados, su respiración acompasada y sus labios entreabiertos. ¿Tan raro es qué tenga ganas de besarlo? Tremendas e infinitas ganas de hacerlo.

Sin embargo, él ha demostrado que quiere ir lento, que no quiere acelerar las cosas, y hostia, me pone nerviosa.

Nunca había tenido que hacer o seguir a alguien, y me resulta extraño, ya que no es exactamente mi forma de ser. 

Le acaricio sus suaves facciones - jamás se lo diré, no vaya a ser que pierda mi dignidad- y bajo por su torso desnudo. Llego a su abdomen marcado, y sonrió al notar lo duro que está.

¡La tableta, no la polla!

Mi mente mal pensada empieza a maquinar y logra sacar en claro que me gusta.

Y mucho, pese a que no me haga ninguna gracia admitirlo.

Lo admito, me gusta Max.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2015 ⏰

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