Capítulo 2

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- ¿La despertamos? - dijo una voz que no conocía, y sonaba muy lejana.

- ¿Despertar? ¿Con el miedo que da? ¿Estás  seguro? - dijo otra voz

-Joder, pues si. Más miedo dará si se entera de que la hemos visto, y la hemos dejado aqui. Además, van a dar las diez de la noche, y no creo que a Will le haga gracia. -dijo la voz del principio.

-Pues a Sean menos. No se si tiene algo, pero si ella da miedo siempre, él da más miedo que ella cuando se cabrea. Aunque yo lo conozco y es majo. Ella, por lo que dice él tiene que ser super maja. ¡Y tiene un cuerpo! - dijo una voz nueva, pero que me sonaba muchisimo. 

Decidí despertarme, me estiré, abrí un ojo, y me dí cuenta de que estaba ante el equipo de fútbol americano. Les lancé una mirada aterradora, les enseñé el dedo de en medio, cogí el bate y me encaré a ellos:

-¿Quién me quería dejar dormida? - dije mientras soltaba un gruñido, y golpeaba el bate contra mi mano. Me aproximé a ellos, y, para intimidar, puse el bate como si les fuera a pegar:

-Fu-fui yo - dijo el que estaba detrás mio, y se puso de rodillas, mientras tartamudeaba cosas extrañas, y me miraba con terror.

¿Tanto miedo doy? Parecen como si yo fuera una cazadora o algo, y les fuera a matar. ¡Espera! ¿Puede ser qué alguno me haya visto boxear?

-¿Por qué me miras a los ojos? Tengo entendido que soy la faraona, y si me miras a los ojos mis fieles plebeyos y esclavos te cortan la cabeza. Así que como puede ser que no estuvieras enterado, te perdonaré la vida, pero haz correr el rumor, ya que así no volverá a pasar. - dije mirándome las uñas, que debía volver a pintar de negro para que no me molestara ese horrible color rosado que tiene, por no hablar del final, que es como blanco. ¡Una gilipollez, vamos!

-Disculpe, no era mi intención molestarla. Gracias por perdonarme, le estaré tremendamente agradecido de por vida. - dijo levantándose y evitando mi mirada, tal y como yo lo había ordenado.

¿Y ese lenguaje? ¿No se supone que los del equipo de fútbol son todos tontos? Ok, eso ha sonado tan cliché. Pero, para mi no es normal que hable así, pero me gusta, me hace sentir muy importante.

- Y ahora, secuazes, marcharos antes de que me arrepienta de no haberos matado, inútiles. - Eso sonó muy sádico. Pero, yo soy así. *Inserte carita sonriente*

¿Qué hora es? Mierda, las diez, yo había quedado con Sean a las nueve para una partida online de videojuegos. Espera, si había quedado, y con lo paranoico que es de seguro que me estará buscando...

-¿Samm? ¿Estás ahi?- me dijo Sean, hablando de él...

-Sean, estoy aquí. Me habia quedado estudiando.

-Si, y yo soy virgen.- dijo sarcásticamente.

-¡No me cuentes de tus relaciones sexuales, Sean! Joder, que asco. - le dije quitándome mi sudadera. Aunque...

-Summer, ¿sabes qué no llevas nada bajo esa sudadera más que el sujetador? 

-Emm... - me sonrojé, pero inmediatamente cambié el sonrojo por una mueca divertida - tengo calor.

-¿Segura? Porque estamos a 5 grados.

-Pues si, joder. Es más, te reto. Si yo voy en sujetador tu vas en camiseta hasta mi casa.

-Emm, vale. Pero una condición.

-¿Cuál? - pregunté alzando una ceja, desconfiada, ya que sus condiciones acaban muy mal para mi.

-Me puedo quedar a dormir en tu casa - dijo mirándome fijamente - y tienes que ser mi novia por una semana.

- La primera vale, y la segunda- abrí los ojos al darme cuenta de lo que había dicho Sean - ¿QUÉ? ¿ESTÁS ENAMORADO DE MI?

-Eres mi mejor amiga, mi hermana, jamás me enamoraría de ti. Pero viene un primo, y tengo una apuesta de que el que antes sentara la cabeza, y dejara de ser un mujeriego, recibiría 400 euros por parte del otro.

-No se si ofenderme por lo de que jamás te enamorarías, pero dejemoslo así. Pero me tienes que comprar el videojuego que acaba de sali, puedo aceptar besos en público, no en el instituto, y nada de sexo. ¿Entendido? - le dije, para acabar de quitarme la sudadera y comenzar a andar.

-Me parece bien. Pero espera que me quite la camiseta, sino no sería una apuesta justa.

Cuando se la quitó, pude apreciar su six-pack, y su perfecta "v".

-Una foto te duraría más- dijo con una sonrisa arrogante.

Nos pasamos el camino entre bromas y risas, por lo que se nos hizo muy ameno.

Al llegar a casa, nos encontramos una nota un tanto desagradable:

SUMMER, BEBÉ, ¿YA HAS OLVIDADO QUÉ ERES MÍA? DEJA A TÚ QUERIDO MEJOR AMIGO.

FIRMADO: XX

-¿Quién coño es xx y por qué cojones dice qué eres suya? - me dijo un alterado Sean.

-Estaba en las gradas hoy, y antes de quedárme dormida,  vino un chico preguntando que si yo era la famosa Summer, y me afirmó que era suya, y seguidamente se marchó. Y ahora dejate de gilipolleces y pasemos una noche increible. - le dije para luego poner la música de Skrillex a todo volumen y comenzar a bailar como si una ardilla estuviera en mis pantalones.

Sean se unió a mi, y aunque seguía con el ceño fruncido, estaba empezando a ser el chico divertido que es mi mejor amigo, y había dejado la fase sobre protectora de lado.

Después, vimos una película, y acabamos dormidos, hasta que la puerta me hizo despertar. Estaba enredada con las extremidades de mi mejor amigo, y tuvo que hacer mil y una posiciones para salir del enredo. Ok, tal vez exagere un poco.

Me levanté, y fui a ver quien era, y vi a mi hermano Will, completamente ebrio, con una botella de vodka en la mano, y, de repente, comenzó a vomitar.

Lo cierto es que yo había estado borracha un par de veces, pero nunca para llegar al extremo de Will, y como no sabía que hacer, llamé a Sean.

CAPÍTULO LARGO POR EL 2015.

¡FELIZ AÑO A TOD@S!

Del sarcasmo al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora