Vanessa no sabe quien es, no sabe qué es, ni sabe nada de su niñez.
Tiene conciencia desde los 12 años, pero antes de eso no se acuerda nada. Lo que si sabe es que posee unos increíbles poderes, que en la historia de lo sobrenatural nunca ha pasado...
Desperté escuchando los sonidos de esfuerzos de alguien.
Me moví poco a poco, estando alerta pero sin mostrar que me había despertado. Hasta que recordé que no sé donde estoy y que los Calaveras me atraparon. Levanté de golpe mi torso, sentándome, haciendo dar un paso atrás a un chico que estaba a mi lado, agachado viéndome, provocando que este se vaya de culo al piso.
Un pequeño grito de mujer y un gruñido resonó por el lugar.
Mis ojos se empezaron a acostumbrar a la luz de lo que parecía ser un baño, o tenía el aspecto de uno y lo primero que note fue que estaba encerrada junto con dos chicas y dos chicos. Eran los mismos que había visto en la fiesta, el chico guapo, la asiática, la castaña y el alpha.
El alpha no podía abrir la puerta y bien escucho las reacciones de sus compañeros se dio vuelta al ver qué sucedía.
Se encontró a un chico atractivo, con una mueca de dolor, sobándose el culo en el piso. Una castaña transformada agazapada y viéndome para atacar. A una chica, de rastro asiático, con los ojos como platos cubriendo su boca con sus manos.
Me levanté rápidamente para retirarme contra la esquina mientras los veía a cada uno de ellos. Mis ojos se volvieron azules fosforescentes, mis caninos se empezaron a agrandar y mis garras a salir. Retrocedí lentamente viéndolos y poniendo el cuerpo contra la pared así ninguno me salta por atrás.
Se la piensan bien si creen que los dejaré ganar fácil por que son mas numerosos, no. Yo daría batalla, incluso contra el alpha.
- ¡Hey! ¡Hey! ¡Tranquilos! ¡Tranquila! Claramente te asustamos pero no tienes nada que temer, no te haremos daño... - Dijo el alpha con las manos en alto y mirándome a los ojos.
- Habla por ti.. - Gruñó la castaña mientras me veía con amenaza. Yo me transformé por completo y la vi con reto. Acércate perrita rabiosa.
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- ¡Malia! - Le regañó el chico atractivo, que ya se había levantado y puesto alerta al ver las miradas retadoras de ambas.
- ¡Malia, cállate! ¡Hey tú! Perdónanos, no queríamos asustarte, me llamo Scott McCall, ¿tú eres...? - Me habló el alpha... esperen, ¿dijo Scott?
- ¿Tú eres Scott McCall? ¿El Scott McCall? - No podía creerlo, la amenaza de Kate es solo un adolescente. El chico se sonrojó un poco ante mi comentario.
- ¿''El Scott McCall''? ¡Scott, ya eres famoso! - Soltó el chico lindo con un acento gracioso. Tuve ganas de reírme.
El chico lindo se acerco a paso apresurado y se detuvo frente a mi, pude ver por el rabillo del ojo que Scott se acerco unos centímetros a él. Mirándolo como si no pudiera creer que se haya tomado la tal confianza de acercarse así de rápido.
- Me llamo Stiles Stilinski, ¿y tú? - Me tendió la mano.
Luego de unos segundos en shock viéndolo a los ojos me transformé de nuevo en mi apariencia humana y estrellé su mano.
