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Young (nadie le llamaba por su verdadero nombre) se movía con una soltura increíble. Cada paso, cada giro, cada movimiento, todo estaba calculado. Durante las sesiones de ensayo él era exigente, sí, pero nunca nos faltaba al respeto. Ahora bien, era extremadamente sincero.

-Jauregui, no quiero a una chica dura. Tus movimientos son rudos. Trabaja tu soltura -exigía él-.

-Yo siempre he bailado así -se defendió Lauren-.

-No bailarás así conmigo -sentenció tajante. Se giró para dirigirse a las cinco-. Las coreografías que quiero instruiros se basan en dos pilares: seguridad, y sutileza. Bailareis correctamente cuando vuestros pies se sientan flotando por el suelo. Sin sutileza no hay seguridad; sin seguridad, no hay sutileza.

Era nuestra primera sesión con él. Young no se mostró receloso ni con Lauren ni conmigo por lo sucedido ayer en mi vestuario, cuando nos pilló besándonos. Me tranquilizó que nos tratara con la misma neutralidad que a las otras, pero, aun así, quería pedirle disculpas.

-Bien, Fifth Harmony, esto es todo por hoy -dio por finalizada la sesión-. Mañana mejoraremos las partes más complicadas. Os quiero al cien por cien, procurad descansar.

-Una cosa, Young... -empecé-. ¿Podemos hablar en privado un segundo? -noté como todas las chicas me miraron extrañadas-.

-No tengo un segundo, Cabello -él siempre parecía tener prisa-. Dime lo que tengas que decirme aquí mismo.

-Yo... verás... -no podía mencionar detalles con las chicas delante, esto iba a ser complicado y empecé a pensar que había sido mala idea abrir la boca-. Quería pedir disculpas por lo sucedido ayer, no quisimos hacerle perder el tiempo. No ocurrirá de nuevo.

-Disculpas aceptadas, Cabello -dijo tranquilo-. Entiendo que la gente tenga ese tipo de necesidades, y también estoy al tanto de lo importante que resulta cuidar cierta "unión" que tenéis... ¿Camren se llama? En todo caso, sólo os voy a pedir una cosa: durante nuestro trabajo de ensayo y durante el concierto, nada de flirtear y nada de besarse. Cubrid esas necesidades en casa.

Yo me quedé de piedra, con el estómago encogido. Sentía la mirada aterrada de Lauren clavándose en mi nuca.

-¿De qué hablas? -dijo Normani, confusa-. Aquí nadie se besa.

-Hablo de Cabello y Jauregui. Las novias. Camren.

Dinah estalló de risa.

-Ellas no son pareja en realidad -declaró Ally-.

-Chicas... -susurré. Dinah seguía con su ataque de risa-.

-Ayer no pude presentarme con ellas porque se hallaban amancebándose en el camerino -dijo Young-.

-¿Amancebándose? -preguntó Normani-.

-Liándose. Enrollándose. Metiéndose mano. No sé cómo lo llamáis en vuestra tierra.

Las carcajadas de Dinah pararon en seco. Mis mejillas estaban en ebullición y mi corazón latía a una velocidad vertiginosa.

-Esto tiene una explicación -dijo Lauren, intentando no sonar alterada-.

-¿¡Os habéis besado?! -exclamó Normani-.

-¡LO SABÍA! -gritó Dinah con entusiasmo-. Era tan OBVIO. No dejaban de desaparecer juntitas, y luego nos las encontrábamos "casualmente" echaditas en la cama...

-Puedo explicarlo... -anticipé yo esta vez-.

-Adelante, nos interesan todos los detalles -se burló la polinesia-.

-¿Seguro que no nos estáis tomando el pelo? -preguntó Ally con una risita nerviosa-.

-No fue más que un error -intenté excusarnos-.

-Está bien, Camz -me frenó Lauren-. Fue culpa mía. Besé a Camila porque me sentía triste por lo de Matt.

-Bobadas -sentenció Dinah-. Cuando os miráis se os caen las bragas.

-¡Dinah! -me quejé-.

-¿Pero entonces Camren es real o no? -preguntó Young confuso-.

-La pregunta del millón...

-Camren es un término relativo, cada uno lo interpreta a su manera -explicó Normani-.

-Qué relativo ni qué mierdas -farfulló Dinah-. Camren es real.

-Nos hemos besado pero no estamos saliendo -aclaró Lauren-. Sólo es algo...

-Carnal -rió Normani-.

Yo me sentía apabullada. La cara me ardía, intentaba cubrirme un poco el rostro para que no vieran lo rojo que estaba. Por suerte, que las chicas conocieran la situación entre Lauren y yo tenía un lado positivo: no tendríamos que sufrir más por ser descubiertas. Sólo esperaba que ellas no se volvieran muy pesaditas... sobre todo mi querida Dinah.

-En todo caso -carraspeó Young-, lo único que yo quería pediros es que se acabó Camren en el escenario.

-Eso tendrás que discutirlo con nuestra representante -dijo Lauren-. Ya te aviso que no te lo pondrá fácil.

-¿Qué representante?

-Ellen Pompeo. Es la representante de Camren.

Ellen Pompeo era una mujer joven y ambiciosa que se mostró interesada en llevar los aspectos públicos del producto "Camren" desde un principio. Después del boom, Ellen fue contratada y nos enseñó a Lauren y a mí cómo comportarnos públicamente en cada situación o lugar, cómo reaccionar o contestar a las preguntas sobre Camren, etc. En otras palabras, Ellen era la encargada de vendernos con eficacia y eficiencia; administraba el dinero que ganábamos y organizaba una agenda para asuntos Camren (entrevistas, campañas publicitarias...). Era una mujer inteligente, ambiciosa, que siempre apuntaba a lo más alto, pero, al mismo tiempo, era cariñosa, nos animaba e incluso mediaba entre nosotras cuando discutíamos. En conclusión, era buenísima en su trabajo.

Por sus respectivas personalidades fuertes y decididas, no era difícil augurar que la relación entre Young y Ellen iba a ser bastante tormentosa...

-Dadme su número -exigió el bailarín-. Me reuniré con ella para llegar a un acuerdo.

Young quizá no fuera muy simpático, pero sin duda era un chico con la cabeza sobre los hombros, nunca hablaba por hablar y su madurez era evidente. No haría ningún daño que hubiera más superestrellas como él repartidas por el mundo.

The Boom • CAMREN •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora