Enseguida llegamos a nuestro lujoso hotel. Las cinco compartíamos una enorme suite. Nos sentíamos agotadísimas tras el viaje desde Estados Unidos, pero ver aquel asombroso loft nos quitó el cansancio al instante. No había visto algo tan alucinante en toda mi vida.
-Oh dios mío -suspiró Ally echando un vistazo al lugar-.
Escogimos nuestras camas, distribuimos nuestras pertinencias, nos vestimos con los pijamas y nos pusimos a dormir. Mañana empezaríamos nuestras actividades en Pekín, organizadas especialmente para agradecer la hospitalidad y el afecto que el pueblo chino nos había ofrecido.
Sin embargo, yo no podía dormir, estaba demasiado excitada por la aventura que nos esperaba. Harta de no poder conciliar el sueño, me levanté de mi cama y me metí en la cama de la derecha.
-¿Qué haces...? -fanfarroneó Dinah medio dormida-.
-China... -susurré-.
-Qué...
-No puedo dormir...
-Mmmmhhh...
Esperé unos segundos, sin obtener respuesta.
-¿Dinah?
Su hermosa respuesta fue empujarme brutamente con una pierna hasta echarme de su cama. Fui tonta. ¿De verdad creí que Dinah iba a interrumpir su sueño por mí? Ella no interrumpe su sueño por nada.
Pero no iba a rendirme. Me dirigí hacia la siguiente cama y me deslicé lentamente bajo las sábanas. No tardé nada en saber que estaba al lado de Lauren. Ese olor... lo reconocería en cualquier parte. Empecé a sentirme drogada, contaminada por aquella fragancia. Nunca realmente me paré a pensar por qué su olor provocaba tal reacción en mi cuerpo y en mi mente, por qué se calaba en mis huesos y me debilitaba de esa manera. Un susurro me sacó de mis pensamientos.
-¿Camila? -ella pareció reconocer mi olor también-.
-Hola... -susurré sonriendo-.
-Joder... No puedes meterte en las camas de los demás de esta manera. Vaya susto me has dado... -dijo flojito, para no despertar a las demás-.
-Oh, perdón -me disculpé avergonzada-. No quería molestarte, es sólo que...
-¿Qué?
-No consigo dormir -me excusé-.
-¿Y por qué te has metido en mi cama?
Ella me hablaba con los ojos cerrados, arrastrando las palabras. Se la veía realmente cansada, empezaba a sentirme mal por haberla despertado. Al ver que yo no contestaba, Lauren abrió los ojos por primera vez.
-¿Camila?
-Perdona... yo... bueno, pensé que quizás en compañía de alguien me dormiría. No importa, ya me voy -dije haciendo ademán de irme, pero entonces ella agarró mi brazo suavemente. Susurró:
-Quédate, pero no hagas ruiditos raros ni patalees en sueños, ¿vale?
Sonreí como una boba y volví a meterme bajo las sábanas. Tras unos instantes de silencio, abusé de mi suerte y di un paso más.
-Lauren.
- ¿Qué...? -suspiró pesadamente, de nuevo con los ojos cerrados-.
-¿Puedo acurrucarme un poco a ti?
-Que no... Que tengo calor... -se quejó-.
-Lo sé, suelo provocártelo -dije-. Soy tan caliente.
Ella no dijo nada, pero sonrió ante mi insinuación. Desde nuestro primer viaje a Pekín hace dos años, Lauren y yo nos permitíamos flirtear desvergonzadamente la una con la otra, sin pudor alguno. Claro que en teoría era sólo por diversión y supuestamente todo era en broma, pero a mí me seguía resultando de lo más excitante.
-Lauren, porfi... -intenté sonar adorable-.
-¿Puedes ser más pesada? -refunfuñó-.
-Oh, claro que puedo...
Entonces empecé a hacerle cosquillas en su costado y ella dio un bote mientras ahogaba un grito.
-La madre que te trajo, Camila -dijo mirándome, molesta-.
Por suerte, su cansancio hizo que el viento soplara a mi favor y ella finalmente se rindió.
-Acurrúcate y haz lo que te dé la gana, pero déjame dormir de una vez.
-Conque lo que me dé la gana, eh... -quise empezar el juego otra vez-.
-Camila.
-Perdón.
No quise arriesgarme a que me echara, así que finalmente me acurruqué junto a ella. Me giré sobre mí misma, quedando boca abajo, y recosté mi cabeza sobre su hombro, mientras pasaba mi brazo por encima de su estómago y mi pierna sobre las suyas. El koala es mi animal totémico...
Tras unos minutos, el sueño comenzó a invadirme; realmente me ayudaba estar abrazada a alguien (o a Lauren Jauregui).
Ya más inconscientemente, mi cuerpo, por inercia, quiso pegarse todavía más al de ella, quedando su cuerpo medio cubierto por el mío. A la vez, mi rostro se inclinó un poco más hacia el cuello de Lauren. Enseguida noté cómo mi respiración se me hacía algo dificultosa, mi nariz y mi boca estaban literalmente pegados a la suave piel de su cuello.
-Camz... -le oí susurrar más flojito que nunca-.
-¿Mmmhh? -murmuré contra su cuello-.
-Me estás aplastando.
***
El despertador sonó a las 6:00 de la mañana. De fondo oí las voces de las chicas, renegando, maldiciendo al cielo mientras se levantaban perezosamente. Sus voces se disiparon de mi cabeza tras percatarme de mi situación. Prácticamente todo mi cuerpo estaba encima de Lauren. Dios mío. ¿¡Había pasado toda la noche aplastándola!? Puse un dedo debajo de su nariz para comprobar que respirara. De pronto, noté como algo se movía lentamente por mi espalda: el brazo de Lauren. Ella, en lugar de apartarme, rodeó mi cintura y me apretó más hacia su cuerpo. Me relajé al instante. "Vaya, Jauregui, no estás tan incómoda como yo pensaba..." sonreí para mis adentros.
- ¡¡¡¡¡BEBÉEEEEES!!!!!
Sólo Dinah podía despertarnos con ese vozarrón. Lauren se sobresaltó de tal manera que hizo hacerme caer de la cama. Abrí los ojos y vi a Dinah y a Normani riéndose a carcajadas.
-¿Pero Chancho qué haces en el sueloooo? -se burló la polinesia-.
-Ohh, tendríais que haberos visto, chicas -dijo Normani todavía entre risas-. Parecíais unas bebés ahí abrazaditas...
Yo no pude evitar reírme y me levanté animadamente para lanzarme contra las dos.
-Chicas, ¡vamos a llegar tarde! -nos avisó Ally desde el baño-.
Como siempre, no le hicimos ni caso. Estábamos demasiado ocupadas derribándonos en el suelo como tocinillos en el barro, yo dando manotazos a las dos chicas mientras Normani gritaba y reía a la vez y Dinah contraatacaba con sus ataques de cosquillas que tanto me debilitaban.
-Si hubiera sabido lo ruidosas que sois nunca me hubiera casado con vosotras en Xfactor -dijo Lauren, levantándose de buen humor-.
-Fuiste obligada -rió Normani, todavía desde el suelo-.
Según nuestra agenda, pasaríamos toda la mañana dando un paseo por la zona más comercial de Pekín. Antes de salir del hotel, volví a aferrarme a Lauren. Mientras estuviéramos por estos lares, Camren debía estar siempre presente para el público.
Lo bueno de estos países es que, aun siendo la persona más famosa del universo, hay tanta gente en la calle que puedes conseguir pasar desapercibido. Eso me encantaba de este lugar y me recordó a aquella vez hace dos años, cuando viajamos aquí por primera vez.
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The Boom • CAMREN •
FanfictionUn viaje a Pekín, un vídeo Camren, y el mundo explotó; boom. Dos años después, el regreso a Pekín de Fifth Harmony lo cambiaría todo.