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El club era gigantesco. Yo había decidido vestirme sencilla, llevaba un suéter azul con unos jeans negros rasgados en las rodillas. Lauren vestía considerablemente más sexy que yo. Iba de negro de cabeza a pies, chaqueta y pantalones de cuero, con su camiseta de Nirvana.

Cuando llevábamos un rato bailando, un grupo de chicas nos reconocieron y, tras hacernos la típica ronda de selfies y abrazos de koala, nos invitaron a tomar algo. Parecían ir un poco ebrias pero ellas se empeñaron en pagarnos todas las copas. Dinah, Lauren y yo nos limitamos a aceptar cada una de sus recomendaciones. Las desconocidas insistieron en que debíamos probar todo tipo de bebidas locales que juraron que no se servían en ningún otro país del mundo. Copa tras copa, nos costaba menos resistirnos a tomárnoslas.

De repente, con la vista ya un poco nublada por el alcohol, vi que las desconocidas empezaron a cuchichear y a susurrarse entre ellas. Sentí que algo no iba bien, sensación que aumentó cuando un par de ellas se llevaron a Lauren hacia un lado y a Dinah por otro, separándonos, estando nosotras demasiado ebrias como para resistirnos. Sólo una chica se quedó conmigo. Ésta me llevó hacia el lado opuesto del local y nos pusimos a bailar. Ella parecía estar más cariñosa de lo debido, hecho que se materializó cuando comenzó a acercar sus labios a los míos. Entonces, un foco de luz nos enfocó de pasada y durante unos instantes pude verla con mucha más claridad. Aunque la chica no tenía el pelo tan corto, no pude evitar que mi cabeza viera a otra persona.

-Jin...

El alcohol estaba haciendo estragos en mi mente y en mis pensamientos. Aquel cabello corto -y mis ansias de volver a verla- hizo que mi cabeza se convenciera de que la persona que tenía delante era Jin. Por esa razón, cuando sus labios estaban a punto de besar los míos, no me aparté. Se apretó contra mí y nos besamos con torpeza, íbamos las dos tremendamente borrachas. Ella se separó primero y siguió bailando junto a mí como si nada. Yo, por el contrario, noté como mi alcoholizada mente se embarullaba todavía más. ¿Acababa de besar a una chica?

En ese preciso instante, algo hizo click dentro de mi cabeza y ciertos engranajes comenzaron a encajar. Yo sabía tres cosas seguras en esta vida:

La primera, Yong era el único chico que me había hecho sentir algo especial, diferente, algo semejante a lo que podría provocarte una persona que te gusta o de la que estás enamorado. Sin embargo, yo no sentía más que un deseo inmaterial y psíquico por él.

La segunda, había una sola persona que provocaba una completa reacción en mí, tanto física como emocionalmente, y esa era Lauren Jauregui.

Y la tercera: nunca en mi vida, por muy borracha que he estado, me he dejado manosear -ni mucho menos besar- por un tío desconocido (y no fueron pocas veces las que alguno lo intentó). Esta vez era la primera ocasión que una chica lo intentaba. Parte de mí quiso pensar que era Jin a pesar de que la otra parte sabía que no era cierto. De todos modos, no opuse absolutamente ninguna resistencia, al contrario, correspondí.

El conocimiento de esos tres hechos me hicieron llegar a una conclusión.

-Chancho, NOS VAMOS DE AQUÍ -apareció la polinesia detrás de mí, junto con Lauren. Intentó tirar de mi brazo pero yo por alguna razón no quise obedecer- ¡Vamos Mila!

-No.

-Ay la madre, estás más borracha que Normani el día de su cumple -rió a carcajadas Dinah, que tampoco es que estuviera muy sobria-.

-Camz, vamos -me animó Lauren-.

-No.

-Camzi -dijo sujetando mi rostro con sus manos-, nos vam-pero la interrumpí-.

-No me llames Camzi.

-¿Qué? ¿Por qué no? -Lauren tampoco estaba muy sobria...-

-Hace que me den ganas de besarte.

The Boom • CAMREN •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora