Capítulo 20

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  Cuatro dedos desfigurados y retorcidos consiguieron sujetarse al borde y empujarse hacia la superficie. En donde debía estar el codo, había una protuberancia redonda e hinchada con una luz anaranjada.

  Con suficiente fuerza, la criatura extraña se arrojó al suelo, sucedido de la explosión de una de esas protuberancias en su pierna. Cuando se enderezó, pude apreciar la verdadera forma de aquella cosa.

  Debía medir unos sesenta centímetros más que cualquiera de nosotros, su cuerpo amarillento lleno de arrugas asemejaba el de un ser humano, y tenía muchos más focos distribuidos por el pecho, la espalda y las rodillas. No poseía ojos, ni boca, ni nariz.

  - ¡Nos están rodeando! – Grita Newt en mi oído.

  Aparto la mirada y veo que de las demás cápsulas también surgieron más criaturas, acercándose lentamente hacia nosotros.

  Al unísono, todas las máquinas levantaron un brazo al cielo, y unas cuchillas delgadas y filosas asomaron en los extremos de los dedos de sus manos y sus pies. La tormenta ya se arremolinaba sobre nuestras cabezas, y los relámpagos refulgían en los cuchillos de las bestias.

  Un gemido aterrador y desgarrador fue emitido, lo que me puso la piel de gallina. Minho volteó rápidamente para organizarnos:

  - ¡Hay aproximadamente uno para cada uno de nosotros! ¡Agarren lo que tengan a mano que les sirva para pelear!

  Newt me entregó un cuchillo largo que me recordaba al de la Fiesta Crank, y un destello de temor asomó en mi mente. Como si pudieran entender las palabras, las criaturas dieron un paso adelante, otro más, y otro más.

  Instintos de asesina, no me fallen.

  - ¡Ahora! – Gritó el líder, y su voz era llevaba por el viento. - ¡Ataquen!

  Observé fijamente al gigante que tenía enfrente. Parecía esperarme, como si me asegurara una muerte segura.

  - ¡Hoy no! – Grité mientras empuñaba mi cuchillo.

  Apunté directo a la cabeza. Ágil, la criatura me esquivó desplazándose hacia la derecha, estirando su brazo listo para cortarme.

  Salté lejos de su alcance, me agaché y le asesté un golpe cerca de la rodilla. El filo atravesó la piel, y llegó a resquebrajar la extraña luminosidad que tenía cerca.

  Como si no le hubiera hecho daño, la bestia se arrojó sobre mí, dejándome atrapada bajo todo su peso.

  Clavé varias veces el cuchillo en lo que sería su estómago, de todas formas no parecía importarle; acercaba lentamente sus cuchillas a mi rostro. Otra puñalada, y escuché un cristal romperse. La criatura se quedó inmovilizada unos segundos, dándome tiempo para quitármela de arriba.

  Las luces. Pensé. Son su debilidad.

  La máquina reaccionó y se puso de pie para atacar nuevamente. Con movimientos calculados, salté por la izquierda y apuñalé otro foco. Se inmovilizó; volvió a atacar.

  Estiró su mano, y no llegué a esquivarlo. Ahora, mi brazo derecho estaba cubierto de sangre.

  Dejé que se acercara, me deslicé por el suelo y terminé de reventar los dos focos de las piernas. La bestia cayó, ya no podría caminar.

  Poco a poco, fui rompiendo las demás luces del torso, esquivando los zarpazos que arrojaba en mi dirección. La criatura realizaba movimientos torpes, se trababa de a ratos, pero tenía clara su misión: aniquilarme.

  Tenía que hacer que girara para llegar a la espalda.

  Exploté la luminosidad del codo, me arrojé a su lado, pasé mis manos por debajo de la piel amarillenta y con todas las fuerzas que tenía, empujé hacia arriba. La criatura se volteó, y sólo por milisegundos, logré que no destrozara toda mi cabeza. Sentí que había rasguñado mi mejilla; nada grave.

[#3] The Maze Runner: Caught In The Fire (Newt y Tú) Prueba de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora