Al fin te encontré.

Y de repente, llegas tú.

No quiero estar así. No quiero tener miedo a que estés con otra. No quiero tener miedo. No quiero esquivar los pensamientos negativos porque no sería capaz de soportarlos ahora.

Que al principio creía que era una tontería. Después simplemente me gustaba saber que podía sentir. Ahora me he dado cuenta de que siento demasiado. No se por qué, en serio. Pero es escuchar tu voz y calmar mi vida. Todo vuelve a tener sentido. 

Quiero saber lo que sientes. Pero quiero que esto sea real. Que no sea un pasatiempo para ti. 

Porque me prometí a mí misma que la próxima vez que me involucrara con alguien lo haría totalmente en serio. Y puede que no lo cumpla, pero aún lo tengo en mente. Y contigo estoy segura al cien por cien. Que quiero ir despacio pero a la vez quiero que nos demos prisa. Porque no se lo que quiero, no se qué va a pasar con mi vida, ni siquiera el tiempo que me queda por estar a tu lado, y me aterroriza. Porque creo que hay algo. Que no están pasando las cosas porque sí. Que estás poniendo de tu parte tanto como estoy poniendo yo.

Me gusta pensar que muevo tu mundo tanto como tú mueves el mío. Que te acuestas por las noches y no puedes evitar pensar en mí y sonreír. Que te estás volviendo loco sin saber cómo acercarte pero haciéndolo cada día un poquito más. Que se te acelera el corazón cuando me ves y no le encuentras explicación, pero a la vez te gusta.

Me había prometido tomarme las cosas con calma. Y de repente llegas tú y olvido todo.