Apocalipsis. - The Walking Dead, Daryl Dixon y tú.

Marie

Iba corriendo por el bosque, me estaban persiguiendo. Lo peor es que pensaba que con todo esto de los muertos reviviendo, la gente "normal" podría mejorar pero... Uno se olvida de lo que los vivos son capaces. 

-¡Mierda! -grité en un tono bajo al tropezarme y caer, pero me alegré de eso al sentir un disparo. Si hubiese estado parada, estaría muerta.

 Me arrastré hasta ver una bajada con un río no muy profundo para tirarme. Actué sin pensar, y terminé rodando para abajo. Me pegué a la pared de tierra, donde pude ver a un hombre tirado a los pies del río. Dios mío, más problemas. Parecía inconsciente, pero entonces abrió sus verdes ojos y me vio, mierda, no de nuevo.  

-¿Quie-? -comenzó a hablar, yo sólo puse mi dedo sobre mi boca, pidiéndole silencio. El entendió y miró hacia arriba.

Arriba estaban esos bastardos, saqué de mi cinturón un cuchillo y me preparé para lo que venga.

-¿Dónde se fue esa desgraciada? -gritó furioso uno de los hombres.

-¡Idiota! No grites, atraerás una horda de devoradores, además con el disparo ya atrajimos un montón -le contestó otro. 

¿"Devoradores"? Que originales, nótese mi sarcasmo. 

-Pues, ¡vámonos! Que se la coman a ella -dijo alguien. Hijos de puta, encima se llevaron mi revólver e arco y flecha. Ni siquiera tengo defensa, solo un estúpido cuchillo.

Sentí como los hijos de puta se fueron corriendo, volví mi mirada a aquél hombre, estaba muy herido e intentaba subir la pared de tierra. Detrás de él había un cretino, corrí hacia él y clavé mi cuchillo en su cabeza.

-¡Hey! -le dije al hombre. Él me miró.

-¿Qué quieres? -ví en su espalda una ballesta, siempre anhelé una.

-Ayudarte, estas herido -dije intentando ir hacia él, también estaba herida pero no tanto.

-Tu también, no me servirás -dijo y siguió intentando, para luego volver a caerse.

-Idiota -murmuré y lo levanté para ayudarlo a subir. Cuando estuvimos arriba, más cretinos se acercaron. Los hubieramos matado pero... Que decirte, eran seis y nosotros eramos uno y medio (en este estado, este hombre sólo cuenta como medio porque tiene una ballesta).

-Mierda -dijo y comenzó a correr como pudo. Lo seguí hasta que nos alejamos.

-¿Cuál es tu nombre? -le pregunté.

-Daryl -contestó.

-Soy Marie, ¿estás solo? -le pregunté.

-No, ¿tu?

-Sí, sobrevivo como puedo -contesté y levanté las cejas.

-Que tipa fuerte, si es lo que querías que te conteste -dijo de mala gana.

-Con tan solo un gracias estoy bien, imbécil -contesté de la misma manera.

-¿Quieres venir? -preguntó.

-¿Por qué debería? -seguí contestando mal.

-Porque tenemos refugio, comida y provisiones -me dijo de una manera como retándome.

-Está bien, ¿dónde queda? -pregunté.

-Una granja al sur, vamos -estiró hacia arriba su brazo, como si esperase a que lo ayudara a caminar, y eso hice.

-Eres pesado -dije y seguimos caminando.

Seguimos hasta que a lo lejos se veía una casa y un campamento.