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NASH'S POV

Cuando Cameron se hubo alejado, Sam volvió a rodearme con sus brazos.

- Es sólo un idiota sin remedio Nashy - me sonrojé ante sus palabras.

- Lo sé - murmuré en su cuello.

Me separé de él y le dediqué una sonrisa, me volteé y abrí la puerta. Sam y yo pasamos.

- ¿Te parece ver una película? - le pregunté y él negó lentamente.

- No voy a poder, tengo que ir a recoger a mi hermana - sonreí entristecido.

- ¿Nos vemos mañana? - preguntó volviendo a abrir la puerta.

Asentí y besé su mejilla, cuando me separé pude notar su sonrojo.

- Me encanta cuando te sonrojas - dije y se puso aún más rojo.

- Callaté - susurró y esta vez él me dio el beso en la mejilla, se alejó rápidamente y caminó hasta su auto.

Cerré la puerta y sonreí atontado.

Se sentía tan bien estar con Sam, aunque odiaba la necesidad dentro de mí de ir y abrazar a Cameron.

Me gustaba, o tal vez algo más que eso, esa era mi conclusión, pero estaba empeñado a sacar esos sentimientos, Cameron me hacía daño y por mi bien tenía que olvidarme de él.

Y Sam... Sam me hacia sentir bien, no sabía como explicarlo.

Al día siguiente...

Desperté por los golpes que Hayes daba a mi puerta y decidí alistarme para otro día de tortura. Llefaba una camisa roja y unos jeans azules con mis preciadas vans.

- ¡Hayes! ¡Mueve tu trasero! ¡Llegaremos tarde! - el nombrado bajo corriendo las escaleras y juntos salimos, esta vez decidimos ir caminando.

- Nash.. - 

- Mhm - respondí desinteresado.

- C-creo que me gusta alguien - alzé una ceja ante su nerviosismo.

- ¿Y cual es el nombre de ella? - pregunté burlón.

- Ese es el problema - suspiró y me sentí perdido ¿había algo que no había escuchado?

- ¿Ah? - 

- No es una ella, es un él - paré en seco y miré a Hayes, tenía el rostro rojo.

- Es Aaron - respondí veloz.

- ¿Qué? - preguntó con los ojos abiertos.

- Sabía que algún día terminarían juntos - seguí con mi conversación mientras entrábamos al instituto.

- ¿C-como sabías que era él? - 

- No necesitas ser un genio para notarlo - se sonrojó aún mas - descuida, no me molesta - me despidé con la mano y corrí a alcanzar a Sam.

- Hey tú! - le dije cuando llegué a su lado.

- Hola - sonrió mientras guardaba sus cosas en su casillero.

- Nash ¿podemos hablar? - me tensé al escuchar su voz - es muy importante - no, me rehuso a hablar contigo.

- Está bien - mierda, quedó claro, soy masoquista - adiós Sam, te veré luego - no! No le digas adiós!

- Vamos - susurró Cameron y caminó delante de mí.

¡No se te ocurra seguirlo! 

Muy tarde, ya estabamos en las gradas del patio del instituto.

- ¿que quieres? - mi voz sonó más hostil de lo que pensé.

- A ti - me miró fijamente con sus ojos marrones.

- ¿A qué te refieres Cameron? - pregunté confundido.

- Siento todo lo que hice, lo lamento mucho, Nash tú significas mucho para mí, por favor perdóname - lágrimas bajaban por su rostro y me golpeé a mi mismo por correr a abrazarle.

Pero ya era tarde, lo tenía entre mis brazos y él lloraba descontroladamente.

- Lo lamento, joder Nash no puedo estar sin ti, te extraño demasiado, me duele mucho pensar qhe me odias - susurró aferrándose a mí.

- Nunca te odiaría - susurré en su oído y sentí como se estremecía.

- ¿Me perdonas? - preguntó con los ojos llorosos.

- Sí - susurré mirando sus labios, no lo podía evitar, a pesar de todo él me gustaba.

- Nash... - 

- Si? - subí mi mirada hacia sus ojos y noté que él tambien miraba mis labios.

- M-me gustas - y sin esperar que yo respondiera unió nuestros labios.

¿POR QUÉ ÉL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora