3. Hana Banana

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El trayecto a casa resultó ser de lo más relajante. Ya hacía mucho tiempo que mi hermano y yo no compartíamos un largo paseo, por lo que comencé a observarle de reojo, y acabé sumida en la nostalgia. Rememorando una de las muchas veces en las que, ambos habíamos regresado a casa por ese mismo trayecto.

FLASHBACK:

El pequeño Koushi tenía que pararse cada dos por tres ya que, mis pequeñas piernecitas no eran capaces de seguirle el ritmo.

"Kou-nii más despacio estoy cansada" sollozaba una pequeña versión de mi, apurando sus pasos.

"Ya sabes lo que pasará si no llegamos a tiempo para la cena, además ¡ya casi estamos!" Me animó.

"Pero..." limpié mi cara húmeda con la manga de la chaqueta, intentando no perder ritmo.

" si Hana Banana no se hubiera entretenido persiguiendo a ese gato y no se hubiera caído a ese foso, ya habríamos llegado a casa~~" me pinchó una de mis sonrosadas mejillas con cariño, para poco después limpiarme con su manga una pequeña mancha de tierra que, parecía empeñada en no separarse de mi rostro.

" Pero es que el gato... ¡espera! ¡Te he dicho que dejes de llamarme así!" Protesté haciendo pucheros a la vez que le lanzaba mi peluche con forma de plátano, que tenía piernas y brazos, y que portaba con gracia una elegante chistera.

Mi hermano lo cogió al vuelo, entre carcajadas, y sin previo aviso me cargó al caballito para, acto seguido comenzar a correr dirección a casa.

Ahora ya sabéis quien es el culpable de dicho mote... Ya que, desde que Koushi me había conseguido ese extraño peluche en una máquina recreativa, no me había despegado de él...

Y por eso, a mi 'adorable hermano' se le había ocurrido la maravillosa idea de combinar mi nombre con banana... Por que según él, rimaba...

El resultado, fue el mote por el que todos los niños me conocían en el barrio y con el que me coreaban a veces para meterse conmigo.

"Te quiero Kou-nii..." susurré, mientras aferraba a Sir Bananae contra mi pecho y me acurrucaba un poco más en la espalda de Koushi, quedandome completamente dormida.

La versión reducida de Koushi, observó por encima de su hombro a la pequeña muñequita que, dormía plácidamente contra él.

"Y yo a ti Hanae... nunca te dejaré sola" respondió alzando la vista al cielo, donde una pequeña estrella fugaz parecía haber sido testigo, sin saberlo, de su promesa.

Fin del flashback

Koushi, pareció percatarse del rumbo por el cual vagaban mis pensamientos. Y riendo con picardía, osó adelantarme para acuclillarse en el suelo frente a mi.

Puso al pequeño Ragnar en tierra y, echó sus brazos hacia atrás. Como si se tratase de una silenciosa invitación...

Mis mejillas se encendieron al ver la ancha espalda de Koushi frente a mi. A medida que crecíamos, el temor a que nos distanciásemos se había hecho cada vez mayor...

Sin embargo ahora, no podía evitar pensar que tanto él como yo, atesorabamos éstos preciados recuerdos que ambos compartíamos. Y eso, me tranquilizaba a la par que me hacía plenamente feliz.

Me acerqué a él y para cuando estaba a punto de subirme a su espalda, se puso en pié de un salto, agarrando al cachorro de Husky en el proceso.

" La señorita Hana Banana sigue siendo tan ingenua~~" se mofó juguetón, sacando la lengua y dándome un golpecito en la frente.

Y antes de que pudiera tan siquiera rechistar, agarró mi mano con una sonrisa de oreja a oreja y echó a correr conmigo arrastras.

"Hahahaha, ahh~~ eso ha sido divertido" resolló el muchacho, tratando de recuperar el aliento.

Mientras que yo, en cambio, me debatía por mi vida, con mis temblorosas manos sobre las rodillas.

Hasta que mi hermano me plantó a Ragnar a la altura de la cara, permitiendo así que el hiperactivo cachorro me lamiera la mejilla.

"Sostenlo un momento" dijo simplemente, antes de desaparecer en el interior de la solitaria tienda, frente a la que nos habíamos parado.

Acurruqué a Ragnar entre mis brazos, y fui tras él. Y nada más entrar, le sujeté por la camiseta, como si fuera un niño que teme perderse.

Koushi me miró por encima del hombro, y volvió a sonreír de forma picarona, pero no apartó mi mano, para mi gran alivio...

Ambos recorrimos la pequeña tienda, que para mi sorpresa resultó ser bastante surtida.

" Vaya, hoy no vienes con toda la panda de mocosos ruidosos" pareció gruñir el rubio teñido tras el mostrador.

Del sobresalto que me causó aquel hombre, cerré instintivamente el puño de forma firme, sobre el trozo de la camiseta de Koushi en mi mano.

Completamente tensa por la apariencia del varón, que parecía un gangster... Y mi hermano divertido, intentó en vano despegarme de él, para acercarme al mostrador.

"Ukai-san, los helados con extra de chocolate ¿donde están? "

"En el refrigerador de la izquierda, en el tercer estante" respondió el teñido, sin molestarse a levantar la vista de su revista.

Y ese fue el descuido del que mi hermano se aprovechó, por que se apresuró a buscar los helados, dejándome allí plantada.

¡Sin ningún lugar tras el que esconderme!

El hombre, pareció detectar al fin mi presencia, y levantó la vista. Me escaneó rápidamente y ante ésto, alcé a Ragnar a la altura de mi cara, para poder ocultarme tras el cachorro.

Tras un largo"Mmmm" el teñido volvió a momentáneamente a sus quehaceres, ignorando que estaba allí. Por lo que logré volver a respirar. 

E interminables segundos después, Koushi apareció de nuevo, depositando varios artículos sobre el mostrador.

"Los helados los comeremos ahora, asi que no hace falta que los empaquete, Ukai-san" dijo sonriente mi demonio personal.

"Sí, sí..." respondió el aludido con desgana teñida en la voz.

" ¿Sabes? La verdad es que de todo el grupo, tú me transmitías más el aspecto de serio y formal.... Por lo que no me imaginaba que te fueran las chicas planas, con apariencia de pequeña muñeca de porcelana..."

Mi perplejidad ante el comentario, debía poder medirse en escala, ya que ambos se quedaron en silencio, expectantes...

Una amplia gama de rojos se extendió por mi cara y temblorosa como estaba, logré aunar fuerzas para reprochar ante aquel injusto y gratuito comentario.

" ¡N-no estoy plana! ¡Para tu información, soy de crecimiento lento! ¡Y-y todo es su culpa! ¡Se quedó los mejores genes!" Le grité al rubio, señalando hacia mi hermano para dejar claro el último punto, y poco después salí de la tienda como un vendaval, aún completamente roja.

"¡Hahahaha! ¡eso no ha tenido precio!" Dijo Sugawara sujetándose el estómago, que ya empezaba a dolerle por la risa.

Ukai dió otra calada a su cigarrillo. "Te dije que incluso ante algo así cualquier tipo de chica reaccionaría. La próxima vez no hagas apuestas que no puedes ganar. Ahora págame, y por tu bien, más vale que tu hermana no se entere de la terapia de choque a la que la estás sometiendo" refunfuñó a la vez que cogía el dinero que el adolescente le tendía.

"Haaaii~~"

Cartas a un supuesto desconocido (Varios X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora