8. La deidad guardiana del Karasuno

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Releí una y otra vez el mensaje que había recibido la noche anterior. No comprendía por qué Mr.Okinawa me pedía opinión con respecto a su amigo, y tampoco sabía muy bien que decir...

Le di vueltas al asunto pero no lograba encontrar un por qué a aquella pregunta. Sin embargo, quería ser sincera ante todo.

De: SirBananae
Para: Mr.Okinawa
Asunto: opinión
Pues... por lo que he visto es un chico popular. Pero la gente así es difícil de conocer realmente, parece triste de algún modo. Me alegra que tenga un buen amigo como tú a su lado :)

Dejé el móvil sobre la mesita de noche y abracé uno de los cojines depositados sobre la cama contra mi pecho. Estaba realmente contenta por haber recuperado mi diario, no creía que nadie fuera a devolvérmelo. Era un gran alivio.

Pasé los dedos sobre la encuadernación de mi diario y al juguetear con él algo cayó del interior.

Me incliné hacia delante y lo cogí extrañada, era un sobre azul que no reconocía.

Lo abrí cautelosa y dentro había dos entradas para el parque de atracciones. Me quedé sorprendida ya que no entendía nada.

En ese mismo instante el móvil vibró en la mesita. Era un mensaje de Mr.Okinawa, en el que decía simplemente que puede que tuviera razón.

Tenía curiosidad por preguntarle por las entradas que había encontrado accidentalmente, pero  había sido tan escueto en su mensaje que quizá no era el momento de sacar el tema.

A la mañana siguiente el despertador no había sonado y tuve que salir disparada por la puerta.

De camino a clase me topé con Hinata que también llegaba tarde. Pasó a mi lado con su bicicleta y paró en seco, haciéndome señas para que me subiera.

Subí nerviosa a la parte de atrás y empezó a pedalear a toda velocidad, me agarré a él con todo mi ser. Estaba aterrada y la idea de caerme no abandonaba mi cabeza.

Al llegar, me bajé temblorosa como una hoja.

"¿Estás bien Hanae-chan?" Me preguntó consternado.

"Si...Yo eh... estoy un poco mareada" respondí a duras penas.

Intenté caminar tras él pero sentía como si el suelo se tambalease, quizá fuera yo de lo nerviosa que estaba. Perdí el equilibrio y me fui hacia atrás, no tuve tiempo ni para sujetarme al brazo de Hinata.

Impacté contra algo sólido y cuando alcé la vista, me topé con unos ojos azules devolviéndome la mirada.

"Buenos días..." dijo Kageyama simplemente mientras me ayudaba a mantenerme en pie.

"B-buenos días Kageyama-kun" Balbuceé tímidamente.

Me miró extrañado, como si tratase de averiguar que estaba mal conmigo. Pero no dijo palabra alguna. Posó su mano en la parte inferior de mi espalda y me animó a caminar junto a él. Tal y como me encontraba no fui capaz de percatarme del creciente rubor en sus mejillas.

"Kageyama no la pierdas de vista, Hanae-chan no parece encontrarse bien ésta mañana" dijo el pequeño señuelo del Karasuno antes de desaparecer en dirección a su clase.

Kageyama esperó pacientemente apoyado sobre los casilleros, a que me cambiase los zapatos. A nuestro alrededor sólo quedaban alumnos rezagados que no nos prestaban mucha atención.

El moreno ladeó la cabeza para indicarme si podíamos continuar y asentí tímidamente.

Llegamos a la clase en silencio y nos sentamos en nuestros respectivos asientos, sin embargo nuestros compañeros no dejaban de cuchichear entre ellos y lanzarnos miraditas.

Cartas a un supuesto desconocido (Varios X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora