prologue.

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"La fobia social, o trastorno de ansiedad social, es un miedo persistente e irracional ante situaciones que puedan involucrar el escrutinio y juzgamiento por parte de los demás, como en fiestas u otros eventos sociales.

Las personas con trastorno de ansiedad social sienten miedo y evitan  situaciones en las cuales puedan ser juzgadas por los demás. Esto puede  comenzar en la adolescencia y posiblemente tenga que ver con padres sobreprotectores u oportunidades sociales limitadas. Hombres y mujeres resultan igualmente afectados por este trastorno.

Las personas con fobia social se tornan muy ansiosas y tímidas en  situaciones sociales diarias. Tienen un miedo intenso, persistente y  crónico de ser vigiladas y juzgadas por otros, y de hacer cosas que las  hagan sentirse avergonzadas. Ellas pueden preocuparse durante días o  semanas antes de una situación a la que le temen. Este miedo puede  volverse tan intenso que interfiere con el trabajo, el colegio y otras  actividades ordinarias, y puede dificultar el hecho de conseguir y  conservar amigos.

Los síntomas físicos que a menudo ocurren incluyen:

Ruborizarse
•Dificultad para hablar
•Náuseas
•Sudoración profusa
•Temblores

Algunos de los miedos más comunes de las personas que padecen este trastorno incluyen:

Asistir a fiestas y otras reuniones sociales
•Comer, beber y escribir en público
•Conocer nuevas personas
•Hablar en público
•Utilizar los baños públicos

La fobia social puede tratarse mediante una terapia cognitivo-conductal, y en adolescentes, el tratamiento puede requerir la implicación de familiares en terapia si éstos exhiben altos niveles de emoción expresada.

También es usual incluir fármacos durante la terapia, como ansiolíticos, betabloqueantes o antidepresivos."

Audrey France, de tan solo doce años, acababa de llegar a casa tras la visita al médico en la que su madre había insistido tanto. Y era entonces, mientras ella estaba tumbada boca arriba en la cama de su rosa habitación, que leía el panfleto que su doctor le había entregado tras haber llegado a un diagnóstico.

Hacía poco más de un mes que se habían mudado a Londres por el trabajo de su marido, y Cassandra Irwin había notado que la actitud de su hija pequeña había cambiado notoriamente desde que comenzó las clases en su nuevo colegio. Audrey siempre había sido tímida, pero nunca había tenido dificultades para hacer amistades nuevas, ya fuese en el colegio como en el parque, y Cassandra estuvo observando a su hija después de que la nueva profesora de ésta le informase de la situación de la dulce Audrey.

Solía tener temblores y sudores repentinos cuando le tocaba recitar el poema de cada viernes, y en el momento en el que se decidía a hablar, comenzaba a tartamudear, provocando la risa de casi todos sus compañeros. En clase, el pupitre que se encontraba al lado de Audrey estaba siempre vacío, y cuando alguna de las chicas de su clase le invitaba a estar con su grupo de amigas en el recreo, la inocente Audrey rechazaba la proposición. Tantas eran las veces que decía que no, que las otras niñas se cansaron de preguntarle siempre, y se olvidaron de ella.

En la actualidad, la ya no tan pequeña Audrey France de dieciséis años todavía sigue padeciendo ansiedad social, y el hecho de haberse mudado de nuevo -aunque esta vez a Sídney- por el trabajo de su padre no ayuda mucho en cuanto a superar su fobia.

Sus padres y su hermano Ashton, un año mayor que ella, se involucraron muchísimo en ayudarla, pero de poco servían sus intentos -por no decir que no servían de nada.-

Pero entonces, conoció a Luke Hemmings, el chico malo de Sídney con los mejores labios de Australia -según sus compañeras nuevas-.

\ Hola a todas. Algunas ya me conocerán de antes, tal vez por 'Kiss Under Fireworks', tal vez por 'Try Hard'. Ésta vez he decidido comenzar a escribir una fic muy distinta a las dos que continúo escribiendo, y creo que os gustará bastante.

La idea de escribir esta historia vino cuando por casualidad, un post en Twitter acompañado de una foto con los síntomas de la fobia social, apareció en mi TL. Comencé a leerlo y me pregunté: '¿Cómo deben sentirse las personas que sufren ansiedad social?'. Debo confesaros que algunos de los síntomas coinciden con temores que me encuentro en mi día a día, como por ejemplo ir sola por la calle, la dificultad de hacer amigos, de hablar en clase delante de todos mis compañeros, e incluso de ir a hacer la compra.

Desde aquí, animo a las que crean que pueden padecer de éste tipo de ansiedad a que acudan a su médico de cabecera y les hable de sus síntomas. Antes de hacerlo, informaos en internet sobre ella y si algunos de los síntomas nombrados en el artículo coinciden, acudid entonces.

Podéis superarlo.

Si os ha gustado el prólogo, votad en la estrellita y compartid la historia.

Si llegamos a los cinco votos, subiré mañana mismo el primer capítulo.

¡Y no olvidéis añadir la historia a vuestra biblioteca para estar al tanto de cuando actualizo!

Laura xx

social anxiety |l.h.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora