five.

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Audrey's Point Of View

  Me encontraba acostada en mi cama, continuando con el libro que Ashton me había regalado por mi cumpleaños hacía poco más de un mes, 'La chica del tren' . Había llegado a la mitad del libro cuando el timbre de casa sonó. Cerré el libro tras haber colocado el marcapáginas por donde me había quedado y arreglé mi pijama, el cual consistía en unos pantalones cortos de chándal y una camiseta de tirantes con el escudo de mi anterior colegio en Londres. Recogí mi cabello en una cola y salí de la habitación.

  Cuando llegué al final de las escaleras, me encontré con Olivia, Calum y un chico con el cabello verde que no había visto antes. Llevaba un piercing en la ceja derecha y unos cuantos tatuajes a simple vista, al igual  que Calum.

-Hola, chicos.- saludé con mi mano, acercándome a  ellos.

-¡Audrey!- me abrazó Olivia.- ¿Preparada para la diversión?- preguntó a la par que hacía un baile extraño.

-Sí, supongo.- me sentía intimidada por la mirada de aquel chico desconocido para mi, así que por primera vez en mi nueva vida, intenté comenzar yo la conversación.- Me gusta tu pelo.- no sabía de qué otra forma hacerlo, así que dí mi opinión sobre el color de su cabello.

-¿Ves como sí hay gente a la que le gusta, Calum?- se dirigió hacia su amigo en un tono burlón.- Gracias.- sonrió.- Por cierto, mi nombre es Michael. Supongo que tu serás la hermana de Ashton, ¿cierto?

-Cierto. Soy Audrey.- ofrecí mi mano para que la estrechara. Al principio, Michael se quedó observándola, pero fue gracias al pequeño codazo de Calum que la aceptó.

-Viene de Londres, tío. Allí todos saben cómo comportarse.- habló por fin Calum. Reí ligeramente, y entonces recordé que yo no había abierto la puerta -y no era muy difícil adivinar quién lo había hecho-, por lo que pregunté por él.

-¿Dónde está mi hermano? Porque supongo que no abréis forzado la entrada, ¿no?- bromeé.

-Solo porque vistamos con cazadoras de cuero y tengamos pintas de malotes buenorros no significa que vayamos por ahí hallanando casas ajenas.- Michael se hizo el ofendido colocando su mano en su pecho. Lo miré arqueando la ceja.- Solo fue una vez, estaba borracho y era mi propia casa.

-Necesito ir a mear, Audrey.- informó Olivia.

-Arriba, nada más subir las escaleras, la puerta que hay enfrente.- le indiqué el camino y comenzó a subir las escaleras con urgencia.- Volviendo al tema Ashton...

-Ha ido con Hemmo a por las pizzas.- me interrumpió Calum.

-¿Hemmo?- pregunté confundida.- ¿Es eso siquiera un nombre?

-Larga historia.

-Creía que habría servicio a domicilio.- dije.

-Y lo hay,- comenzó a hablar Michael.- pero el chico que reparte está enfermo.- dijo encogiéndose de hombros.

-Pasad al salón y sentaos. ¿Queréis tomar algo mientras esperamos a Ashton y a vuestro amigo?- les pregunté. Ambos asintieron con la cabeza y fui hacia la cocina. Abrí el frigorífico y saqué tres botes de CocaCola y una botella de zumo de naranja. Al cerrar la puerta de éste, Olivia se encontraba detrás.- ¡Mierda, Liv! Casi me matas del susto.- dejé las bebidas en la encimera y llevé mi mano hasta mi pecho, notando como los latidos habían aumentado su velocidad.

-Lo siento.- dijo mientras aguantaba la risa.- Bajaba por las escaleras y vi la luz de la cocina encendida, y la puerta de la nevera abierta. No quería asustarte. ¿Te ayudo con eso?- señaló las bebidas.

-Sí, claro. Gracias.

  Volvimos al salón donde Michael y Calum estaban revisando sus teléfonos y dejé los botes encima de la mesa del centro.

-Los chicos ya están llegando.- avisó Calum bloqueando su móvil y guardándolo en el bolsillo del pantalón. Se inclinó hacia delante y cogió uno de los botes de CocaCola. Asentí y desvié mi mirada hacia Michael.

-SÍ, PIZZA.- exclamó Michael emocionado bloqueando también su teléfono y dejándolo en la mesa.

-¿Vas al mismo colegio que nosotros, Michael?- le pregunté al de pelo verde con una seguridad que me sorprendió. No solía tener la suficiente confianza con alguien que no fuesen mis padres y Ashton -y ahora Olivia- como para comenzar una conversación con un chico. Prácticamente nunca iniciaba una conversación con un ser humano.- Sí.- respondió después de darle un trago a la lata que acababa de abrir.

-No me ha parecido verte hoy en clase.

-Eso es porque no he ido.

-¿Por qué?- insistí intrigada. Por una parte porque necesitaba conocer a los amigos de mi hermano y ver si eran buenos para él.

-¿Siempre hablas tanto?- preguntó divertido, evadiendo mi pregunta.

  Iba a responder, pero el sonido de las llaves introduciéndose en la cerradura y la aguda voz de mi hermano avisando que ya habían llegado interrumpieron la que hubiese sido una gran conversación.

-¿Quién tiene hambre?- preguntó Ashton entrando al salón con un par de cajas de pizza.

-Por fin llegas, Irwin.- reprochó Michael.- Creía que moriría de hambre por tu culpa.

-Pero si solo hemos tardado media hora.

-Pero han parecido días, tío. Ahora, venid a sentaros para que yo pueda comenzar a comer. Al fin y al cabo, tengo modales.- se encogió de hombros.

-Vamos, Hemmings. Mi casa es tu casa.- dijo mi hermano.

¿Hemmings? ¿Como Luke Hemmings?

Miré a Liv que se encontraba sentada a mi lado en el sofá y fruncí el ceño al verla removerse incómoda en su sitio.

Sentí que el sofá se hundía a mi izquierda e inspiré el aroma de una colonia que no era la de mi hermano.

-Hola de nuevo, Audrey.- su voz sonaba más grave de lo que lo había hecho anteriormente en el instituto, y la forma de decir mi nombre con su acento australiano provocó que mi respiración comenzara a ser pesada.

-Hola, Hemmings.- recordé que Olivia había mencionado el dato de no llamarle Luke. Me miró a los ojos y al mismo tiempo dio bebió del bote de cerveza que llevaba en su mano, del cual no me había percatado hasta ese momento. Relamí mis labios inconscientemente.

Iba a ser una noche larga.

social anxiety |l.h.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora