El ruido a su alrededor era ensordecedor. Sin embargo, en cuanto le vio caer logró aislarlo de forma que lo único que escuchaba y veía era a él. Sin detenerse a pensar siquiera corrió en su dirección, esquivando brazos, manos e incluso armas que sólo buscaban lastimarla de alguna u otra manera. No le importaba nada más que llegar a su lado y asegurarse de que saldría vivo de este lugar y que no se encontraba herido de gravedad.
Escuchó un grito de advertencia que provenía de algún lugar a sus espaldas. Lo ignoro. Fue entonces cuando uno de los enemigos se posó frente a ella. No lo dudo un instante antes de atravesarlo con su espada. Era un estorbo, un obstáculo que se interponía entre ella y él. El enemigo cayó al suelo con un ruido sordo. Siguió corriendo.
La distancia le parecía interminable, parecía no avanzar nunca. Incluso llego a pensar que era algún tipo de truco mental para evitar que se reuniera con él. Cada segundo, cada minuto que pasaba era una oportunidad para matarlo. No lo permitiría, jamás. Y si eso significaba que tendría que matar a diestra y siniestra que así fuera.
No fue hasta ese momento, el momento en que lo vio en el suelo —expuesto a que cualquier enemigo terminara con su vida— que se dio cuenta de una verdad aterradora. Lo amaba. Lo amaba como a nadie más en esta vida. La sola idea de perderlo ocasionaba que un vacio se formara en su pecho y era ese mismo vacio el que la hacía derramar lágrimas. Como ahora.
Siguió corriendo. Nada importaba ahora. Sólo quería llega a su lado y decirle... confesarle la verdad que segundos antes fue duramente revelada. Esto no podría terminar así, de ninguna manera. Se aseguraría de ello. Corrió y corrió como si su vida dependiera de ello, lo cual, a decir verdad era así. Su vida dependía de ello. Su vida ahora se encontraba en sus manos y en lo rápido que llegara a su lado. Él era su vida, o parte importante de ella. Si lo perdía... perdería todo.
Siguió corriendo.
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La Guardiana de Allerin
FantasyDuendes, hadas, sirenas, dragones... Todos hemos escuchado hablar sobre ellos. Algunos creen que existen, otros se mantienen escépticos y a unos cuantos no les interesa. Katelyn Simons es una de esas personas que se mantienen escépticas, jamás los h...