CAPITULO 20

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Mushka

Todo iba más que bien hasta que llegamos al bar y no los cruzamos a Patrick. Duncan ya no sonreía, estaba serio y me mantenía cerca suyo todo el tiempo, alerta, me daba a pensar que lo que había dicho antes de que iba a ser como lapas era cierto.
Aunque admito que no me molestaba, me sentía segura con el. Lo peor es que había una situación de tensión en el ambiente y la cara de Patrick me daba miedo.

Cada dos segundos me sonreía, pero no era su típica sonrisa, sino una malvada, con intenciones ocultas. ¿Seria verdad que el estaba enamorado de mi y por eso se comportaba de esa forma?

Duncan noto mi cambio de postura, no podía quedarme quieta, había algo no se, esa sensación de que algo malo iba a pasar. Duncan se acerco a hablarme al oído, la canción "Let it be" de los Beatles sonaba en el bar y las personas formaban parejas para bailarla.

-¿Estas bien?

-Puedes tratarme de loca si quieres, pero tengo la horrible sensación de que algo malo va a pasar.

El me agarro de la cintura y en un movimiento rápido me sentó sobre su regazo, como si pesara nada y me abrazo. Me encantaban sus abrazos y esconder mi cara en su cuello, me relajaba, era mi lugar favorito en el mundo.

-Si estas conmigo te prometo que nunca nadie te va a lastimar.

Levante la cara lo mire y el me sonrió, con esa sonrisa que solo me dedicaba a mi.

La canción fiebre de un sábado por la noche de los Bee Gees comenzó a sonar.

-¿Quieres bailar?-me tendió su mano.

Lo mire sorprendida-Si quiero-acepte su mano.

A él le brillaron los ojos y me volvió a sonreír, plantándome un beso, importándole un carajo quien nos viera.

El beso fue más corto de lo que quisiera, pero suficiente para dejarnos respirando agitados. Nos paramos y me deje llevar a la pista. El piso empezó a iluminarse y una bola de boliche de las de antes apareció. Tomo mi mano y empezó a moverse impresionante. Me quede como una boba mirándolo.

Me deje llevar por Duncan, mis caderas se movían solas a la par de la música. Mis preocupaciones desaparecieron y comencé a reírme y aplaudir cuando hizo un paso al estilo Elvis Presley.

El sonrió, tomo mi mano y de un tirón me pego a su pecho, dándome un beso en la sien.

Los acordes de How deep is your love de los Bee gees siguieron, comenzamos a movernos despacio pegados. Mi cabeza estaba apoyada en su pecho y sus grandes brazos alrededor de mi cintura.

Nos movíamos al compás de la música. Era como si solo estuviéramos solo los dos y nadie más. Quería que este momento durara para siempre. Seguimos una canciones mas y con sed nos acercamos a la barra a tomar algo. El me levanto y me sentó en unos de los bancos.

-¿Que quieres tomar?

-Un sex on the beach, por favor.

Mi tono fue sugerente. El sonrió y sus ojos brillaron, deleitándome con una gran sonrisa.

-Un sex on the beach y una Heineken.

Me miró intensamente y acercando su boca a mi oído para poder escucharlo, me dijo la misma frase que me había dicho en el primer mensaje de texto que me envió, en un tono que hizo que mi cuerpo se encendiera en un segundo.

-No juegues con fuego princesa, que te vas a quemar.

-¿Y que pasa si me quiero quemar?

El largo una carcajada y me miro intensamente.

- Eres tremenda cariño. No me tientes por que ya te saco del bar, te cargo en mi hombro y te llevo a casa.

Dos palabras llamaron mi atención e hicieron que mi corazón latiera a mil por hora. Me había dicho cariño y se había referido a su casa como casa de los dos no suya. Pase mis brazos alrededor de su cuello y de un tirón lo atraje hacia mí.

-Es culpa tuya, eres adictivo-Dije haciendo un mohín.

-Tú también eres adictiva para mí, no lo dudes.

Me beso y me apretó contra su cuerpo. Quería que me lleve a su casa y me haga el amor.

-Llévame a casa-mi petición sonó mas a un ruego,

De pronto sentí que él se puso en tensión. Levante la mirada para ver que era lo que lo había puesto así, cuando la vi. Una mujer nos observaba atentamente. Era pelirroja, estilizada muy linda, pero su mirada felina tenia algo que no me gustaba.

-¿Quien es ella?

Duncan seguía perplejo

-¿Duncan quien es ella?

-Tenemos que salir de aquí, ahora.

-¡Ah no guapo, de acá no salimos hasta que me digas quien coño es esa mujer y por que su presencia te ha puesto así.

-Mushka no es el momento para discutir esto-dijo irritado. Luego suspiro y dijo en un tono más calmado-por favor vamos a casa.

-Esta bien, si es lo que quieres vamos.

Que ni sueñe que había ganado la partida, iba ceder en cuanto a irnos, pero al llegar a casa libamos a tener una charla iluminadora.

Highlander en las Sombras © (editando) 1 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora