CAPITULO 27

16.6K 1.5K 15
                                    

Mushka.

Les contare como siguió todo el asunto. Cuando llegaron los test, si dije llegaron en plural, Duncan se había tomado enserio el asegurarnos si estaba o no embarazada. Me encerré en el baño, dejando a un Duncan ansioso y molesto del otro lado de la puerta, para poder pensar sin presiones. Saque el aparato y leí las instrucciones.

Dos rayitas, positivo.

Una rayita, negativo.

Bien ¿Qué tan difícil podría ser?

Repetí el proceso con los tres test y me senté a esperar los resultados. Los minutos se pasaron eternos, pareciera ser que los test se burlaban de mi estado de locura repentina al no darme una respuesta rápida.

Podía sentir su ansiedad y nerviosismo a través de la puerta. El se había tomado bastante bien la posibilidad de ser padre, que hasta me había dado vergüenza mi propia reacción.

Mi infancia no fue del todo buena, es una de las razones por las cuales había decidido no tener hijos y traerlos a este mundo cruel, donde a pesar que hagas todo por protegerlos del peligro, siempre les llega. Lo se es una forma muy pesimista de ver la vida, pero no le quita lo real.

Yo no tuve la suerte de tener buenos padres. Mi madre era de León, tenia el pelo rubio, siempre sujeto en un moño, de manera impecable. Era una psicótica del control y tenía la mirada más dura e intimidante que había visto en mi vida. Todo tenia que ser a su manera, sino tenias un castigo y sino fuera por mi padre y mis tías, no se que hubiera sido de mi.

Mi padre era de Nueva York, un tipo alegre e inseguro que amaba a su familia más que nada, tenia los ojos color miel y el cabello castaño. No era el mejor de todos, pero por lo menos estaba ahí para mí y me consolaba cuando mi madre no lo veía. Así es mi madre lo manejaba hasta a mi padre y tristemente el bajaba siempre la cabeza, no hubo nunca alguna vez que él se revelará contra su dictadura hogareña.

Llegue a pensar muchas veces que el le tenia tanto miedo como yo, pero nunca logre asegurarme de ello. Supongo que era más fácil callar, que hacerle frente. La verdad no podía culparlo, ella de verdad daba miedo.

Siempre tenía que ir perfecta, bien vestida, peinada y sobre todo nunca pero nunca llorar, ya que eso según mi madre era un acto grande de debilidad.

A veces llegue a pensar que ella me odiaba, nunca me dijo que me quería, ni que estaba orgullosa de mi.

Siempre fui una molestia y todo lo hacia mal; mis amigos y salidas eran elegidos por ella y siempre eran gente adinerada y de buen nombre. No podía ser yo misma frente a ellos, así que me mantenía alejada de todo y todos.

Cuando conocí a mi primer novio estaba eufórica, por primera vez pensé que podía ser yo misma y que el me aceptaba tal cual y lo mejor es que ella lo acepto de entrada, cosa que al principio me extrañó.

El me enamoro e hizo que confiase en el, como nunca lo había hecho nadie, para después agarrar mi corazón y pisotearlo. Debí haberlo visto venir, pero no, fui ciega y quise creer que todo era delirios míos.

Lo encontré engañándome con una mujer unas horas antes de casarnos y lo peor fue cuando lo confronte, enterarme que nunca me había querido, que solo había aceptado acercarse a mi porque mi madre le había prometido una gran suma de dinero.

Me enfureció y me prometí a mi misma que nunca más nadie iba a jugar conmigo y mis sentimientos y sobre todo nunca más iba a bajar la cabeza.

Eso marcó un antes y un después en mi vida. Me rebele contra el mundo y sobre todo volví loca a mi madre que trataba de controlarme y no podía. Ya que una vez que te das cuentas que tu misma puedes sacarte las cadenas que estacan en un lugar, nada ni nadie puede pararte.

Cuando mi madre murió no lloré ni sentí nada, ella era una extraña para mi y nunca llegue a entablar un vínculo emocional con ella. Mi padre se volvió mas alegre y hablador con el tiempo y mí dio la libertad de elegir y tomar mis propias decisiones, sus frases siempre me acompañan. Una que siempre llevo conmigo es:

"No todo el mundo es malo hija mía, solo tienes que encontrar a esas personas que hacen la diferencia y que te recuerdan que siempre hay luz en la oscuridad."

El decía que, no hay luz sin oscuridad, bondad sin maldad y perdón sin ofensa.

Conocí mejor a mi padre en mi adolescencia que en mi infancia. Con la muerte de mi madre, algo en el se libero y fue como si lo hubieran cambiado por otra persona, ya que no quedaban rastros de su antiguo yo.

A Patrick y a Mega los conocí unos años después y nos volvimos inseparables desde el primer momento.

Aprendí a no estar tan enojada con el universo y sobre todo a perdonar. Cuando mi padre murió, sentí que una parte de mi ser se iba con el. Mi corazón se partió en dos y llore a cántaros, a pesar de que no fue el mejor padre, siempre estuvo para mí y eso se lo agradeceré todos los días, por que soy lo que soy gracias a el que me apoyo y me dejo volar, saliendo del encierro en el que había vivido.

La vida no siempre me trato bien y cuando tengo una racha de buena suerte suelo aprovecharla al máximo antes de que algo venga y me lo arruine.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mi ensoñación. Duncan entró preocupado y cuando me vio su alivio fue notorio.

-¡Gracias a dios! Te estuve llamando y no me respondías ¿estas bien amor mío?

Lo mire y me perdí en esos ojos negros que me miraban con cariño y entendí que el era mi racha de buena suerte y que tenía que aprovecharlo todo lo que podía, dejando de lado mis miedos. Lo abrase y escondí mi cara en su cuello.

-Si, estoy bien solo me quede colgada en otro universo- Mire mi reloj y me separe se golpe, ya habían pasado los 15 minutos.

-Es hora.

El me miró asintiendo y tomo mi mano dándome un apretón de ánimos. Nos acercamos juntos, donde reposaban las pruebas de embarazo y comenzamos a ver impacientes como las rayas se iban dibujando, hasta que todas quedaron en lo mismo, mostrándonos su veredicto final.

Highlander en las Sombras © (editando) 1 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora