HOLD ME TIGHT [MYG]

六

VI .

La mamá de Kalista era un personaje. Era completamente diferente a su padre y se podría decir que gracias a ella, kalista había tenido una infancia decente. Su padre las había dejado cuando Kal tenía apenas trece años con la excusa de que "tenía otra familia". Ella nunca se deprimió por ello, poco a poco lo superó y lo llevó bastante bien al paso de los años.

En cambio su madre quedó devastada después de que su marido las dejara a expensas de ellas mismas. Lógico, obviamente, al haberse enterado de que quince años de matrimonio con un tipo había sido una completa mentira, se deprimió por completo y ahí fue cuando las cosas empeoraron en la vida de Kalista.

La madre antes de empezar con el alcohol era una mujer brillante, completamente optimista y de mente abierta pero todo lo que había logrado construir a lo largo de su vida, las relaciones, su estudio, todo lo echó a la basura cuando su adicción comenzó llegando hasta el punto de matarla.

Cuando su mamá murió, Kalista tenía apenas dieciocho años y en aquel momento fue cuando se quedó realmente sola. No tenía a nadie en su familia, solo a su padre (quien para ella estaba muerto) y sus tíos, quienes nunca habían estado presentes en su vida así que a ella no le podrían importar menos. Con sus 18 y casi sin dinero, vendió la casa donde había vivido toda su infancia, con la ayuda de Yoongi y Ana, la mamá, quien la acogió por un tiempo hasta que, gracias a todo el trabajo y la ayuda de sus amigos, logró alquilar un lugar barato en el centro.

El tiempo y la vida la habían convertido en una mujer fuerte, algo dura como consecuencia de las malas vivencias, pero grande de corazón y fuerte de espíritu.

- ¿La extrañas? – le preguntó Yoongi al verla sentada en el living sosteniendo una foto de su madre y ella. En la foto estaban ambas en el parque, se podía observar una Kalista pequeña, feliz y llena de vida y a una madre antes de que la adicción la destruyera por completo. Era una linda foto. 

Al hacerle la pregunta no pudo evitar pensar en la suya y darse cuenta de que ninguna de las dos, ni nadie, iría a volver. Pensar acerca de la muerte le producía escalofríos. 

- No realmente – le contestó después de un largo tiempo. Extrañaba a lo que era su madre pero no en lo que se había convertido. Tuvo que presenciar muchas cosas horribles que desearía no haber presenciado. No extrañaba a aquella extraña que falleció delante de ella, no.
Extrañaba a la madre que le dio a luz y la crio con mucho amor y dedicación. 

Él la entendió, no se sorprendió y no dijo nada, solo se quedó allí callado, posando una mano en la espalda de ella para que supiera que el estaba ahí dándole su apoyo.