Capítulo 41

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Para mi suerte Brandon no me siguió cuando salí por la puerta furibunda, o aún no, pensé. De pronto el coraje se convirtio en tristeza y las lagrimas empezaron a salir, no, me dije a mi misma, no puedo llorar, me enjugue rápidamente las lagrimas y camine hacia el estacionamiento, me puse alerta al notar la sombra de alguien recargado en una moto, al acercarme más pude notar que se trataba de Hector, cuando estuve frente a el, tiro el cigarrillo que no me di cuenta que se estaba fumando.
-Supongo que necesitas que te lleve. -no estaba muy segura, ya que nunca me había subido a una moto, pero mi seguridad brotó de repente cuando vi por el rabillo del ojo que Brandon acababa de salir por la puerta del restaurante, al parecer se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer, para entonces Hector ya estaba sobre la Harley y la había encendido, no dude en subirme, Brandon se nos quedo mirando y una lágrima corrió por mi mejilla-.
-Llevame a casa, por favor. -le dije a Hector por detrás, el asintió y arranco la moto antes de que Brandon reaccionara .

                       *            *            *

Nunca antes me había subido a una moto, caí en cuenta, pero no lo medite ni un segundo, al ver a Brandon salir fue como si fuera pólvora y me hubieran encendido con un cerillo. No sabia como sostenerme, y al parecer Hector se dio cuenta porque tomo una de mis manos y la hizo rodear su torso e hizo lo mismo con la otra, no estaba bien, pensé, pero si Brandon estaba haciendo cosas a mis espaldas yo podía hacerlo tambíen.
- ¿Hector?
- ¿Si?
- ¿Conoces algún antro por aquí cerca?
- ¿Un antro? ¿Estas segura? -el sonaba contrariado-.
- Claro, ¿conoces uno o no?
- Si, claro ¿por que?
- Quiero ir.
- ¿De verdad? Umm...bueno...
- ¿Que? -dije algo molesta-.
- No pareces el tipo de chava que va a un antro.
- Si, bueno, esta noche quiero ser diferente.
   
                      *             *             *

Cuando llegamos al antro, que según Hector era de los mejores de la ciudad y dejaban entrar a menores de edad siempre y cuando fueran con un adulto, mi cabello estaba todo despeinado y estaba sobre mi cara, me baje de la Harley y Hector me siguió, como un gesto indiferente me quito el cabello de la cara y cuando se dio cuenta de lo que hacia se dio la vuelta y entro al bar, sin pensarlo lo segui.
Adentro el antro estaba abarrotado, era todo luces estroboscópicas y musica alta, justo lo que yo quería, Hector me miraba con interés, no le tome importancia y comencé a bailar entre la multitud, comencé a menear un poco las caderas, y a mover las manos, nada fuera de lo común, cerré los ojos y cuando los volví a abrir Hector ya no estaba, me dio igual y seguí bailando, un tipo se acerco por detrás de mi y quiso bailar conmigo, reaccione y voltie a ver al chico no era feo pero no quería estar cerca de el, lo aleje y el se acerco de nuevo, estaba a punto de golpearlo cuando Hector llego y lo alejo de mi, el tipo no dijo nada, solo se fue.
- Gracias.
- Ya sabia yo que no debía dejarte sola -sonrió-.
- Bueno pues, no lo hagas.
- Ven conmigo. -me tomó de la mano y me llevo hasta la barra, me ofreció una copa con un líquido ámbar adentro-.
- Toma.
- No, mi mamá me enseño que no debo aceptar bebidas de extraños -sonreí-.
- Si, pero yo no soy un extraño ¿o si? Te salve de el embustero de tu novio. -Al oír la mención de Brandon mi cuerpo se tenso, el tenia razón-.
- ¿Sabes que? Dame eso.

 
                        *               *              *

Iba por la quinta copa y me sentía libre, relajada, como si nada en la vida importara, como si todo tuviera solución, mire hacia un lado y ahí estaba mi salvador, Hector, el chico malo que todas querían, ya estoy delirando, intente apartar la vista pero no podía, el alcohol en mis venas nublaba mi juicio, tal vez había sido una mala idea después de todo.
- Me estas mirando fijamente, ¿por que me miras fijamente? -su tono de voz era el mismo, tal vez no había bebido tanto-.
- Es que eres guapo...muuuuy guapo. -¡Diablos! Estaba muy borracha. El sonrio, me di cuenta que tambíen tenía hoyuelos pero no tan marcados como los de Brandon-.
- Si, creo que es hora de irnos.
- ¡Noo! No me quiero ir.
- Vamos, ¿puedes caminar? Estas muy peda.
- Callate, claro que puedo. -intente caminar pero no pude, todo a mi alrededor giraba, estuve a punto de caer y Hector se río-. Ya de acuerdo, no puedo caminar.
- Bueno chica maravilla, hay que irnos. -Se agacho, me tomo de las piernas y me levanto como un costal de papas, quise protestar pero no podía, estaba muy cansada, cerré los ojos y me desvanecí.

            

Mi MezaGirl Favorita. 2da parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora