Capítulo #8

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Las chicas sacaban buenos temas de conversación y hacían que la noche se pasará rápida. La fiesta estaba genial, me la estaba pasando de lo mejor.

Aaron está con Phil platicando acerca de cosas que yo no se, ya que no estoy incluida en la charla, se le veía tan feliz, como si de verdad encajara en este lugar, y me equivoco al decir "como si de verdad" porque eso se nota demasiado. Un lejano recuerdo inunda los dos hemisferios de mi materia gris. Un recuerdo que no es uno de mis favoritos, por el simple hecho de estar relacionado con mi familia, nunca encajé con ellos, ya que vivía a mi gusto y no a lo que dijeran los demás, mis abuelos siempre fueron muy buenas personas, pero mis padres nunca aceptaron mi forma de pensar ni mi forma de vivir, por cierto, ahora que he terminado con Max estarán furiosos, por el simple hecho de que "era un buen partido" o también porque "toda la familia lo conoce, pensarán que eres una cualquiera" me es imposible pensar aquellas frases sin la voz de mi madre retumbar en mi cerebro. Estaba tan sumergida en mi pensar que no escuché la voz de Jane repetir mi nombre, pestañee y puse atención a lo que decía.

-Disculpa ¿decías?

-Aaron viene para acá, viene por ti -dijo Jane dando unos pequeños saltitos de emoción.

-¡Dios mío! Lo que daría para que alguien me mirara como Aaron lo hace contigo -suspiró Karla.

-Ataca fiera -bromeó Laura, yo solo sonreí.

Aaron caminaba con una seguridad impresionante; su sonrisa la cual irradia luz me mataba por dentro y esa forma de mirar, podría jurar que estaba a punto de un desmayo, pero su voz me rescató de aquel trance.

-____ ¿quieres bailar? -dijo estirando su mano para que yo la tomara.

-Claro -contesté y nos dirigimos a la pista de baile.

Caminamos entre la multitud con facilidad. Pareciera que el tiempo estuviese parado. El ambiente se sentía tan tranquilo a su lado. Al llegar al centro de la pista el me tomó por la cintura, con su anatomía muy pegada a la mía, mi mano derecha se posó en su hombro y con la mano libre que tenia entrelace mis dedos con los suyos. Nos movíamos suave y lento, al compás de la melodía, no había necesidad de cruzar palabra, ya que pereciese que nuestras respiraciones decían todo lo necesario, una pequeña sonrisa se formó en mis labios al tenerlo tan cerca, este momento no está para nada comparado a nuestra última cercanía, ya que aquella noche fue un arrebato de lujuria y esto era algo mas tierno. Me la estaba pasando tan bien, pero Aaron decidió romper el silencio tan reconfortante que nos hundía.

-Me gusta estar así contigo -dijo para después regalarme una sonrisa tan tierna.

-Comparto tu gusto -dije para después responder con el mismo gesto que él me ha regalado.

-Creo que el bailar se vuelve una costumbre para nosotros -dijo a mi oído yo solté una risilla.

-Me gusta mucho esa costumbre -confesé -el beso no mucho -mentí, él soltó una risa.

-A mi me gustó de igual manera el beso -dijo, yo solo me sonrojé.

-Lamento decir que no concuerdo del todo contigo -dije divertida.

-¿Del todo? Significa que una parte de ti lo está -dijo con la misma diversión con la que yo hablaba.

-Puede ser -reí.

-Eso significa que tengo una oportunidad contigo -continuó.

-Nunca dije eso y tampoco traté de darte a entender eso -contesté.

-Que pena, yo lo entendí de esa forma -dijo mientras se formaba una mueca en su rostro, yo me limité a reír.

-Dicen que la gente entiende las cosas a su conveniencia -reí -tu lo has comprendido de esa manera.

-Valla, eres demasiado lista -dijo sarcástico con una sonrisa en su rostro.

-Claro que lo soy -reí.

-Sabes, creo que te estás convirtiendo en una persona muy importante -dijo.

-Aaron, también lo eres para mi -reí.

-Me alegro que el sentimiento sea mutuo -río.

-Claro que lo es -reí.

-¿Sabes? Deberíamos de hacer una pijamada -dijo.

-¡Dios mío! ¿Estás bromeando? -carcajee.

-Vamos, somos amigos, además, ya me quiero ir y voy a estar muy aburrido, solo, en casa, sin nadie que me haga compañía -dijo haciéndose el mártir.

-Bueno, pero en tu departamento -reí.

-Será una gran noche -río.

-Nos vamos -dijo guiándonos fuera de la pista de baile.

Salimos fácilmente del mar de gente, tan fácil como entramos. Las chicas nos despidieron con un cálido abrazo y Phil hizo lo mismo, sinceramente la gente que he conocido me ha caído de maravilla, nunca se acaba el tema de conversación y no son personas a las cuales les interese mucho tu estatus social, o tus gustos, son muy amables, tan amables como Aaron.

Nos subimos de nuevo al auto de él y arrancó, el estéreo volvió a sonar, ahora con bandas de las cuales yo tenía un amplio conocimiento.

El camino transcurrió con los cantos de nosotros y el ruido del estéreo, era muy divertido estar con él, debo recalcar que es muy rápido como le estoy tomando cariño y confianza, es decir, hace no mucho que lo conocí, y las condiciones en las que lo hice no son las mas deseables que digamos.

******

Antes de entrar al departamento de Aaron, fui por mi ropa y el cargador de mi móvil, lo necesario para pasar una noche con él.

Su departamento era muy acogedor, toda la decoración tenía un aire innovador y masculino a su vez, los muebles de madera y cojín azul marino. Su cuarto, tenía la misma decoración que el resto del departamento, una cama matrimonial estaba en el centro de la habitación, también había un sofá, un armario, televisor y por supuesto un buro el cual estaba a la derecha de la cama.

-¿Qué te parece? -dijo él con una sonrisa.

-Es muy tu estilo, me agrada -reí.

-Que bueno que te agrade -dijo -voy a la cocina a hacer palomitas, te dejo para que te cambies, ahora no entraré sin permiso.

-Me alegro -reí y el salió de la pieza.

Me quité el vestido, el cual me había atribuido lindos comentarios de partes de mis nuevas amigas, antes de ello había dejado mis pies descalzos, los cuales en estaban en contacto con la frialdad del suelo color café. Me puse unos pants los cuales son de color gris y una blusa de manga corta, cuello redondo color rosa, ésta última tenía escrito "DIVA" la había adquirido en un viaje a Las Vegas. La puerta sonó, inmediatamente Aaron habló.

-¿Puedo pasar? -dijo con una amabilidad impresionante.

-Claro -respondí de igual manera.

Él cruzó el umbral con unos vasos, una botella de refresco y un enorme bowl color plata lleno de palomitas de maíz, las cuales olían de maravilla.

-Huele delicioso -sonreí.

-Están deliciosas -río él.

Nos sentamos en el lecho de él, éste estaba cubierto con unas sabanas color azul marino, las cuales al tacto eran tan suaves.

-¿Qué hacemos? -pregunté mientras masticaba una palomita.

-¿Verdad y reto? -contestó el con una risilla pícara en su rostro.

-De acuerdo -sonreí.


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⏰ Última actualización: Aug 22, 2015 ⏰

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