"Puedes llamarme Cat"

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Ha pasado una semana desde aquel día horrible y Ann no ha dejado de cortarse ni un solo día. Y seguía sin darse cuenta de que al harcerlo no sólo se hacía daño a sí misma si no también a su hermana. La cara sonriente de Chloe ya no es la misma. Tampoco la de Ann.
Toca ir al instituto. Y toca, porque a los siete días faltando, llamarían a casa. Ann se viste. Su forma de vestir ha cambiado mucho. Ahora va siempre de negro. Y se mira al espejo. Su rostro ya no es el mismo. Lo que más llama la atención en él son las ojeras en contraste con su pálida piel.

Una vez en la puerta del instituto, Ann se apoya en el muro de la entrada y ve a la gente de pasar. Nota como todos la miran de arriba a abajo, parándose en sus brazos llenos de cortes. Mientras le devuelve la mirada a una chica que siempre le ha caído mal, se le acercan los chicos del otro día. Parecen decididos a volver a incordiar a Ann. Pero no. Cuando se acercan, les cambia la cara, tragan saliva y cambian su rumbo. ¿Ahora le tienen miedo? ¿Le tienen miedo a una chica tan frágil que se hace sufrir a sí misma por culpa de los demás? Vaya. Parece que no eran tan duros como parecen. Al fin y al cabo, no todas las personas aparentan lo que realmente son. Ann era fuerte. Ahora es débil. Pero ella no lo sabe.
Toca el timbre, hora de ir a clase.
Se sienta en el mismo sitio de siempre y apoya los pies en la silla de delante.
-Perdona, quiero sentarme aquí. -le dice con educación un chico moreno con gafas.
- ¿Acaso no hay mas sitio en la clase?- responde Ann apartándose los pelos de la cara.
- No pero siempre me siento aquí y...
Ann no le deja terminar la frase.
- Búscate otro sitio.

Las clases han terminado. No se le ha acercado nadie en el patio. Pero ha sido el centro de las miradas.

Para Choe el día ha sido diferente.

Nada más levantarse se mira al espejo. Nunca había tenido ojeras. El tema de su hermana la está superando. No hay tiempo de pensar, llega tarde.

Al llegar a clase, se sienta delante, no le gusta perderse nada. Aunque últimamente sus notas están bajando bastante...
La maestra irrumpe en la clase con una fuerte palmada.
- Tenemos a una compañera nueva en clase. Ella es Catherine Ream. Catherine, hay un sitio libre junto a la señorita Harper.- dice señalando el sitio del lado de Chloe.
La chica se dirige hacia donde le indican.
- Hola, como ya has escuchado soy Catherine, pero puedes llamarme Cat. Perdona que te pregunte, ¿Pero por casualidad no serás de Canadá verdad?
- Sí que soy de allí. ¿Por qué lo preguntas?
- Nada, mi abuela me ha hablado muchas veces de dos chicas de apellido Harper que ahora viven en Francia y quería preguntar.
- Bueno no me he presentado, mi nombre es Chloe Harper y vine aquí a los quince años.
- Espera, ¿Tú tienes una hermana que se llama Ann?- pregunta Cat empezando a abrir los ojos.
- Pues sí.
- Dios, ¡No me creo que seas tú! Verás, mi abuela es amiga de tu abuela, y ella siempre le ha hablado a la mía de sus nietas, y mi abuela siempre os nombra como ejemplo de superación.
- Vaya, qué pequeño es el mundo.- dice Chloe sonriendo.

Les ha reñido la maestra de tanto hablar, pero han hecho buenas migas y tienen mucho de qué hablar.

Quizá Catherine, la chica que hace unas horas era desconocida para ella, podría ayudarle más de lo que pensaba con los problemas de su hermana.

Breaking Walls (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora