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[POV Ian]

-Fiona, nos vamos. Mickey ha llamado, está en problemas-digo entrando por la puerta y cogiendo mi chaqueta.

-¿Que ha pasado? ¿A dónde vais?-pregunta ella dejando los platos sucios en el fregadero.

-A Canadá-vuelvo a contestar dando vueltas por el salon.

-¿Que? Ni de broma. No puedes ir allí y menos después de salir de la clínica.

-Pero es Mickey, Fiona. No Mónica ni Frank, Mickey-dije.

-He dicho que no. Irán Lip y Mandy, tu te quedaras esperando, en tu cuarto-contesta ella.

La miro a los ojos para que recapacite pero solo me tienta con la mirada, señalando las escaleras con la mirada.

-Eh Ian, llamaremos cuando sepamos algo-contesta Mandy. Asiento y subo las escaleras hacia mi cuarto.

En parte Fiona tiene razón, no puedo arriesgarme a volver a recaer y dejar de tomar mis pastillas o incluso algo peor. Pero tampoco puedo dejarles solos y no ayudarles a encontrar a Mickey. No puedo hacer nada sin embargo, no está en mis manos. Y eso me hace sentirme como un completo y estúpido inútil.

En estos momentos, en los momentos en los que le echo de menos me gustaría poder tener una foto suya para poder mirarla. Repasar los rasgos de su cara con mi dedo índice y volver a recordar una y otra vez las razones por las que me enamore de el. Pero no puedo, ¿y por que? Porque según Mickey hacernos una foto juntos o incluso tener una foto de cada uno sería una completa mariconada.

Y le hago caso a pesar de todo, aunque no tenga razón. Le hago caso por que le quiero, a pesar de saber que es un capullo.

-Toc toc, ¿puedo pasar?-dice Fiona apareciendo por la puerta.

-Si, pasa.

Se sienta a mi lado en la cama y espera unos minutos para hablar.

-Solo quería disculparme, siento no haberte dejado ir con ellos. Yo solo me preocupo por ti y sabes que quiero lo mejor para ti. Y si, se que no soy tu madre pero de momento soy lo que único que tenéis todos.

-No hace falta que te disculpes, yo también pienso que es lo mejor.

-Si, ya, pues no es lo que parece-me mira con compasión.

Hay un silencio de nuevo hasta que ella vuelve a hablar.

-¿Le quieres?

-¿A quien, a Mickey?-pregunto. Ella asiente. -Si alguien de este barrio quiere a alguna persona, soy yo. Y no se como lo hago por que es un cabrón.

Fiona solo ríe y me abraza.

-Estoy tan orgullosa de ti-dice separándose.

-¿Por qué? ¿He hecho algo que debería saber?

-Ian...-dice acariciando mi pelo. -Has conseguido salir de esto. No todas las personas que son bipolares lo tienen tan fácil y si no, mira a Mónica.

-Follándose a un tío veinte años mas joven que ella y vendiendo cristal-digo riendo a la vez que ella lo hace conmigo.

[POV Mickey]

Estoy tumbado a las puertas de un pub que hay en la dirección que le he dado a Mandy cuando oigo un coche aparcar bruscamente. Miro vagamente hacia el y puedo ver a Mandy bajar del asiento del co-piloto y a Lip del otro.

-¿Enserio tío? Eres un gilipollas-dice Lip cargándome y poniéndome encima de su hombro derecho. -Mandy, abre la puerta de atrás.

Mandy le hace caso y abre la puerta de atrás para que Lip me meta.

-¿Que tenemos que hacer?-me pregunta Lip cuando se sube de nuevo al coche.

-En Westmount Square hay un tío, Brodie. Tengo que hacer una entrega de coca, me ha dado tres de los grandes que no tengo y no la he hecho.

-Esta bien, la haremos y volveremos a casa, y cuando estemos allí te daré una paliza que no podrás olvidar.

Se dispone a salir del coche cuando le llamo para pararlo. Saco de mi chaqueta una Walther P99.

-Por si acaso la necesitas-se la tiendo en la mano.

El la acepta a regañadientes y se la guarda en el bolsillo de su pantalón.

Se que no es la primera vez que Lip coge o incluso utiliza una pistola. Los chicos del barrio se tienen que defender con cualquier cosa y las opciones son muy escasas.

Recuerdo cuando enseñe a Mandy a disparar por primera vez. Tenía doce años, la primera vez que nuestro padre entro a la cárcel. No podía sostener el arma con una mano y la tenía que coger con las dos. Me pregunto qué era lo que sostenía y cuando la escucho por primera vez se asusto y me abrazo tan fuerte que me dolió.

También enseñe a Ian, aunque el tenia un poco de práctica así que me fue mas fácil.

-Ya está-dice Lip entrando en el coche.

-¿Habéis utilizado el arma?-pregunto.

-Mandy casi le vuela la cabeza a uno, pero por todo lo demás todo ha salido bien.

Arrancan el coche y por el camino fuimos en silencio. Nadie dice nada. Supongo que mi presencia les incomoda, aunque es normal. He sido un auténtico cabrón con todos ellos.

-Si... estamos bien... ¿no crees qu... vale, está bien-dice Mandy colgando el teléfono.

Se que es Ian el que hablaba con ella y por un momento he estado tentado a arrancarle el teléfono de las manos para escuchar su voz, pero no he podido. En cambio me quedo dormido esperando llegar a casa.


-Ya hemos llegado, campeón-dice Lip dándome palmas en el hombro.

Como puedo salgo del coche y entro a casa.

-Anda, date una ducha. Hueles a cerveza desde el porche-dice Mandy.

Le hago caso y entro al baño, quitándome la bufanda y la chaqueta. Luego entro a mi diminuta ducha y abro la regadera. Se siente muy bien dejar caer el agua tibia por mi cuerpo, pero nada es eterno.

Salgo de la ducha y me enrollo una toalla por debajo de la cintura. Luego abro la puerta de mi cuarto para entrar.

-I-Ian... ¿qué haces aquí?-digo viéndole sentado en la silla de la esquina de mi cuarto.

-Tenemos que hablar, ¿no crees que ya es hora?

Never forget.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora