Capítulo #01

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-¿Acaso no te fijas?¡Idiota!- dije furiosa-

Al escuchar ese insulto el chico para de reír pero en su rostro aún hay una sonrisa.

Una sonrisa burlona.

-La que se debe fijar eres tú ¿No tienes ojos o qué?- suelta con la misma sonrisa.

Su sonrisa deja ver una dentadura muy cuidada unos dientes muy blancos y brillantes lo que ocasiona que el tenga una hermosa sonrisa. Lo observo de pies a cabeza y podría estar viendo a un príncipe en persona, el es tan guapo.Pero presiento que deber ser uno de esos idiotas que solo les importa liarse con chicas o parar de fiesta en fiesta, pero a pesar de haber fantaseado de que el pudiera ser un mismísimo príncipe, mi furia puede mas.

Empieza a reírse otra vez y tan solo con esa molestosa risa quisiera hacerlo desaparecer.

-Eres un patán- digo cerrando los puños de tanta cólera- ¿Qué te causa tanta gracia?

-Lo patética que te ves- escupió él.

-¿Perdón? ¿Patética? ¡Tonto!- le respondo a la defensiva.

-Sí, te perdono- suelta con su sonrisa perfecta- Nunca te he visto por estas calles- dice ignorando lo demás de mi comentario anterior- ¿Eres nueva?- pero al menos su voz suena mucho mejor que su risa.

-¡Bah! ¿Y a ti que te importa si soy nueva o no? Lo que te debe de importar es como me devolverás lo que tu has tirado- le digo resaltando la palabra "tu".

-Pero si tu fuiste la tonta que los dejo caer- dice de un modo obvio.

Lo fulmino con la mirada pero veo que viene vestido con ropa deportiva junto con sus auriculares y supongo que chocamos porque vino distraído escuchando alguna canción de su absurda lista de ellas, así que decido seguirle la contra. 

Por favor, soy la dueña de ese juego.

-Pero si no fueras un idiota y no hubieses venido distraído escuchando tu horrible música ¡Esto no hubiese pasado, así no arruinarías mi día!- dije ardiendo en llamas, en serio que este chico me sacaba de mis casillas.

-¿Puedes parar de gritar?- su sonrisa por fin desaparece.

-¡No, no puedo!- grito aún más cerca de el pero lo único que hace es mirarme a los ojos lo que me causa un poco de nervios y temor.

Por eso doy un paso atrás y me dedico a recoger y revisar la bolsa del suelo mientras que el chico guapo de la sonrisa perfecta mira atento, revisé si es que había algo adentro que aún sirviera pero tan solo pude sacar la bolsa del pan que estaba un poco embarrada por el líquido de los huevos quebrados.Si QUE-BRA-DOS. Estaba por botar la bolsa y sentí que había mucho peso para que sea algo líquido, revisé una vez mas y pude ver el último huevo y se me ocurrió una idea. 

¡Darle una cucharada de su propia medicina!

Agarro el huevo y se lo  rompo en su cabello con una felicidad tremenda, espero que así aprenda a respetar a una dama porque claro que soy una dama.

-Te lo mereces por ser un completo idiota- le susurro al oído y le regalo una última sonrisa- Adiós- digo en tono dulce y levanto mi hombro izquierdo como gesto de ternura.

¡Te chocaste con la equivocada!

Y lo dejo parado sin palabra alguna por el, me causa tanta gracia aquello que no me fijo bien porque ruta regreso a casa, intento parar de reír aunque es complicado hasta el estómago me duele, recuerdo aún la cara del chico guapo de sonrisa perfecta pues fue una de las caras más graciosas que he visto. Vaya que he vuelto a ser la misma. Parando de reír me detengo en una esquina observando si las casas que veo ahora son las mismas que vi anteriormente de camino a la panadería pero al parecer no son las mismas y tengo el presentimiento de que me he perdido, desde un principio no quería salir de casa ya que temía justo a esto pero mi adorable madre insistía en que vaya y es esto lo que me pasa.

Errores PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora