Saco la cabeza del agua para coger aire y me encuentro con los oscuros ojos de este imbécil, quién sonríe divertido nadando hacía mí.
- ¡Eres un estúpido! – grito saliendo de la piscina.
- ¿Pero tú estás tonto o qué? – añade Kira pasándome una toalla. La he visto correr hacía mi cuándo me ha cargado en su hombro, pero no ha podido hacer nada más.
- ¿Tanto te molesta haberte dado un baño conmigo? – se burla dirigiéndose a mí.
Siento unas ganas terribles de volver a abalanzarme sobre él y matarlo, pero sé que eso sólo empeoraría la situación, arruinando la fiesta y además, ya hemos llamado bastante la atención. Encontraré la forma de devolvérsela, a eso me dedicaba en mi anterior instituto. A devolver cada una de las putadas que me hacían.
- ¡Lárgate estúpido! – vuelvo a gritarle enrollando mi cuerpo en la toalla.
No es época de fiestas en piscinas, ya que estamos a mediados de septiembre y dentro de poco el frío volverá a ser el protagonista aquí. Así que empiezo a tiritar.
- Relájate niñata – sale de la piscina y se acerca a mí sonriendo.
¿Es que no puede dejar de sonreír nunca? – pienso.
Aparta a Kira de un suave empujón, y se queja cuándo cae sobre uno de los amigos.
– La próxima vez, piénsatelo dos veces antes de subirte encima de mí, o por lo menos procura que estemos solos – me giña un ojo atrevido y yo le pego un empujón imitando el suyo con mi amiga a la vez que gruño.
Se aleja riendo con los imbéciles de sus amigos y Rubén viene hacía mí.
- Lo siento Amber... Debería haberme imaginado que querían reírse de mí, yo no tendría que estar aquí – le interrumpo.
- ¿Por qué dejas que se rían de ti Rubén? – se encoje de hombros y estrecha con fuerza su libro.
- Lo llevan haciendo desde siempre – confiesa.
- Pues ya es hora de que eso cambie Rubén. Odio a las personas que se aprovechan de los mas débiles, de esos que no pueden o no saben cómo defenderse – Kira me da un codazo a la vez que tose y yo frunzo el ceño.
- Quizás no eres la más indicada para hablar de eso Amber – añade ella.
Y tiene razón. Yo he sido cómo ellos, he gastado bromas pesadas y he puteado durante meses a compañeros e incluso a profesores. Pero me la pelaba, porque, al fin y al cabo, se lo merecían. Pero Rubén no. El no.
- ¿Tú has sido así? – pregunta Rubén.
- Si – confieso –
- Vaya – un gesto de decepción le cubre la cara. Mierda Amber.
- Rubén, he tenido un pasado demasiado duro para sólo cargar con dieciséis años encima, algún día lograrás entenderme, o quizás no, pero es que no me importa que lo hagas, me importa que tengas un buen par y se los plantes a ellos, eso es lo único que me importa, lo único que debería importarte a ti – añado.
- No puedo Amber. No se ser malo – afirma cabizbajo.
- No es ser malo, es ser justo – Kira sonríe al oírme, y sé que está orgullosa de mi.
No puedo decir que mearrepiento de ser cómo fui. Porque todo lo que hice en su momento, lo hiceporque quise. Ser cómo fui me ha hecho ser quién soy hoy, y por eso no mearrepiento.
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Wood.
FanfictionAmber Wood. Dieciséis años. Una novela que te mostrará la razón de ese refrán tan famoso; "Del amor al odio, sólo hay un paso"