- Vamos Amber, date un poco más de prisa - insiste Kira.
- Voy todo lo rápido que puedo - mi voz suena entrecortada cómo respuesta a mi agitada respiración.
Es nuestro primer día en los ciclos de gestión administrativa, y tanto Kira cómo yo, nos hemos sumergido en un estado de nervios continuo. El cambio de instituto implica nuevos compañeros, nuevos profesores, nuevos métodos de impartir las clases y diferentes técnicas de estudio según esos métodos. He de reconocer que en mi antiguo instituto no soy popular precisamente por mis técnicas de estudio o mis sobresalientes, si no que se podría decir que lo soy por mi elevado número de visitas al despacho del director. Este nuevo año me he prometido centrarme y apartar las gilipolleces, por lo menos dentro de clase, y pienso empezar a cumplirlo llegando tarde el primer día. Suerte Amber.
- Bienvenidos a Oscus. Hoy, una nueva generación de alumnos se incorpora para comenzar sus estudios de formación profesional, cursando así un grado medio que os llevará más tarde a poder acceder al grado superior mediante la realización de unas pruebas de las cuáles os iremos informando durante la trayectoria del curso - escucho atentamente el discurso que nos tenía preparado el director del nuevo instituto. Un hombre de piel pálida y de mirada fría. Siento que me duermo a cada palabra que sale de su boca, y estoy segura de que no soy la única.
Doy un pequeño codazo a Kira para que me mire, pero las palabras del rector la tienen anonadada y es casi imposible que me preste atención.
Tras una media hora larga de discurso, la multitud de gente empieza a aplaudir, lo que me guía a seguirlos y termino aplaudiendo, pero no se el que.
- ¿Qué clase es? - pregunto a Kira observando el papel que nos ha repartido la jefa de estudios al decir nuestro nombre delante de medio instituto y a voces, obviamente.
Kira se encoje de hombros y señala un aula que hay justo en el pasillo de al lado. Me quedo parada, ya que no sé si se refiere a que esa es nuestra clase o le gusta el color exótico de la puerta. Tira de mí y es entonces cuando me doy cuenta de que se refería a lo primero. Está será nuestra clase hasta el fin del semestre.
- Creo que podemos irnos ya Amber - frunzo el ceño al escuchar a mi mejor amiga.
- ¿Irnos? ¿Y las clases? - Kira me muestra el papel que ambas sostenemos en la mano.
<<El primer día se realizará la presentación del centro a los alumnos y de los nuevos profesionales que los guiarán durante el curso. Cuándo ambas actividades finalicen, los nuevos alumnos podrán abandonar el centro. Bienvenido a Oscus>>
- Ósea, ¿el primer día sólo es una presentación? - Kira asiente y yo pongo los ojos en blanco - Que estupidez más grande. Ni si quiera se quiénes son mis putos profesores, ¿esta es la forma de presentarnos a los "profesionales"?
- Yo tampoco entiendo nada. Lo único que hemos hecho ha sido tragarnos el discurso del director y buscarnos la vida para saber cuál era nuestra clase - añade Kira apretando el puño en el cuál sostiene el papel.
- Discurso del cuál pareces haber disfrutado - le doy un pequeño golpe en el brazo y sonrío.
- En absoluto - arquea una ceja.
- Vamos Kira, estabas inducida en un trance del cuál ni si quiera mis codazos podían sacarte, admite que estabas disfrutando - la pico.
- Me parecía interesante, ¿vale? - se da media vuelta y empieza a caminar.
- Pero no te enfades - corro tras ella con dificultades por culpa de la risa, y me veo obligada a parar si no quiero convertirme en dióxido de carbono.
- Estás echa un flan - se burla a escasos metros de distancia.
- Vale, ¿pero nos podemos ir? - apoyo las manos sobre mis rodillas y cojo aire - Por favor - insisto.
- Esta bien, pero antes quiero dar una vuelta por el instituto - arqueo una ceja.
- Kira, te vas a hartar de verlo dentro de dos días - me ignora y empieza a caminar, así que no tengo más remedio que seguirla.
Nos dirigimos hacía nuestra clase y justo cómo me imaginaba, está llena de los que serán nuestros nuevos compañeros. Algunos hablan entre ellos, para conocerse supongo, y otros están en completo silencio, sentados en algunas de las mesas a punto de estrenar por esta avalancha de jóvenes rebeldes y descontrolados.
Miro a mí alrededor, inspeccionando a cada uno de ellos hasta que me llama la atención un chico moreno de ojos claros que sostiene un libro en sus manos. Está sentado en una de las mesas más cercanas a la del profesor, y mantiene el libro abierto, doblando una mitad hacía atrás. Siento curiosidad por saber qué libro está leyendo, y me quedo observándole fijamente hasta que se percata de mi presencia.
- Umm...Hola - es lo único que consigo decir.
El chico moreno esboza una corta sonrisa y alza su mano a modo de saludo sin dejar de sostener el libro, algo que hace que pueda leer su título, "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón. Me aproximo a él, me resulta interesante.
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Wood.
FanfictionAmber Wood. Dieciséis años. Una novela que te mostrará la razón de ese refrán tan famoso; "Del amor al odio, sólo hay un paso"