- ¿Te gusta leer? – me siento en el pupitre vacío que hay a su derecha.
- Estoy enamorado de la literatura – sonríe.
- ¿De alguien en especial? – pregunto curiosa.
- De la generación del veintisiete – cierra el libro por primera vez.
- Homenaje a Góngora – añado, y él sonríe tímidamente – Me llamo Amber.
- ¿Eres estadounidense? – niego con la cabeza y mis labios se convierten en una fina línea.
- Soy malagueña...mi nombre arrastra una larga historia tras él – respondo fría.
Nos quedamos en silencio durante varios segundos, hasta que su voz lo rompe.
- Yo me llamo Rubén.
- ¿Eres de aquí? – niega –
- Cordobés – responde amable.
- ¿Puedo hacerte una pregunta? – miro el libro aún cerrado y el asiente – Estando enamorado de la literatura... ¿Por qué has decidido hacer un ciclo de Gestión Administrativa?
- No puedo pagarme los estudios – se encoje de hombros - ¿Y tú?
- ¿Yo? – arqueo una ceja.
- Se nota que también te gusta la literatura, ¿Por qué has decidido estudiar esto entonces? Además sabes cosas sobre ella, podrías perfectamente hacer una carrera de literatura o filología – Creo que esa es la pregunta que, debería, pero jamás me he planteado.
- Ni yo misma lo sé. Supongo que jamás me he planteado dar más de mi misma y meterme en una carrera de literatura o filología – respondo.
- Tienes potencial – añade nervioso.
- Creo que lo tengo – sonrío y sus mejillas se vuelven de un tono rosado, que sinceramente, le favorece bastante más que el blanco pálido que tenía hace unos minutos.
Rubén me devuelve la sonrisa y vuelve a abrir su libro. Cruzo las piernas y empiezo a enlazar mis dedos hasta que la voz de Kira suena entre nosotros.
- Amber, ¿vamos? – me mira a mí y después mira a Rubén, quién levanta la vista del libro y la saluda con una medio sonrisa, como la primera que me ha mostrado a mí.
- Si – me dirijo a Rubén – Hasta pronto – estiro la mano y el la estrecha indeciso.
- Adiós Amber.
Salimos de nuestra clase y por fin, cruzamos la puerta de entrada.
- ¿Quién es? – pregunta Kira. Sé que estaba deseando sacar el tema.
- Se llama Rubén, y es... uno de nuestros compañeros – mi tono suena desconfiado, y a Kira no le convence mi explicación.
- ¿Por qué te has puesto a hablar con el Amber? Tiene pinta de ser el típico empollón que no se separa de sus libros ni para ir al baño – razona Kira para sí misma.
- Pues a mí no me lo parece así. Le gusta la literatura – digo algo entusiasmada – Y a mí también – añado.
- ¿Y qué tiene que ver? – pregunta de nuevo frunciendo el ceño, y yo suspiro.
- Kira, es la primera vez que encuentro a alguien que piensa cómo yo. La primera vez que puedo hablar de poesía sin que la persona que tengo al frente me ponga la típica cara del gilipollas que no se ha enterado de nada, y eso llena, ¿sabes?, incluso más que leer los propios poemas – doy los suficientes argumentos cómo para que Kira no sepa que decir, creo.
- Oh, doña "Que coñazo de clases, si pudiese las quemaría todas" enamorada también de la literatura – Kira me mira y yo le doy un pequeño codazo que ella exagera – Au – ambas echamos a reír en medio de la calle.
-
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Wood.
FanfictionAmber Wood. Dieciséis años. Una novela que te mostrará la razón de ese refrán tan famoso; "Del amor al odio, sólo hay un paso"