Capítulo 25

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-Eres increíble. -La enguantada mano de Darcy aprieta la mía con fuerza justo antes de que salga por segunda vez.- Mucho mejor que la estúpida y anticuada Summer sheers.

-¿Mi maquillaje esta bien?

Ella me estudia por un momento en los bastidores ligeramente iluminados.

-Perfecto.

esta es la escena de mi gran proposición con el personaje de YoonGi, Algernon. Hasta ahora el show va tan bien, que casi asusta. Justo antes de entrar por primera vez, pensé que mi corazón podría explotar, estaba latiendo tan imprudentemente; sin embargo, tan pronto como sentí el calor de las luces del escenario en mi cara y escuché mi voz diciendo mi primera línea, supe que podía hacerlo. Era como si mi cuerpo estuviera lleno de helio. Me volví instantáneamente fuerte, invencible. Cada línea salía de pronto de mi boca antes de que mi cerebro pudiera llegar a ella.

-Rómpete un pierna. -dice Darcy, dándome un pequeño empujón.

Salgo a escena, mi ritmo cardíaco acelerándose una vez más. Mi estómago se siente como habitado por una litera de gatitos recién nacidos. Antes de saberlo, sin embargo, estoy diciendo mis líneas y YoonGu contestando, y estamos acortando el diálogo como un velero deslizándose a través de las aguas abiertas. El público nos ama; puedo sentirlos esperando por cada palabra nuestra.
Sin embargo, sé lo que está llegando. Es como el rugido de una catarata volviéndose más y más fuerte, empujándonos hacia ella, atrayéndonos. El beso. La única parte que no ensayamos esta tarde.
—Que ángel perfecto eres, Cecily. —YoonGi se arrodilla ante mí, sus ojos buscando mi rostro.
—Oh querido chico romántico.
Esa es su señal. Me mira fijamente, su cara llena de miedo e inquietud, como un chico mirando una tormenta eléctrica. Lamo mis labios. Un hilo de sudor se desliza bajo mi nuca. Todo está en cámara lenta. Mis sentidos están tan agudizados, puedo oler nuestro maquillaje, nuestro sudor, el aroma del limpiador del escenario recién fregado. Nuestros cuerpos parecen estar conectados por una intricada red de impulsos eléctricos, hilos crujientes tirando con fuerza mientras nuestras caras se acercan, nuestros labios ahora casi tocándose. Finalmente, después de lo que parecen horas pero deben ser segundos, nuestras bocas se encuentran. Sus labios son increíblemente suaves y cálidos. Detrás de mis párpados cerrados veo explosiones: fuegos artificiales se despliegan lentamente contra un cielo naranja. Pierdo todo sentido del mundo excepto el aplaste de su boca contra la mía, la unión de nuestras bocas, la presión de su mano en la parte posterior de mi cabeza, empujándome en la profundidad del beso.
No tengo idea de cuánto perduramos allí, emborrachándonos el uno del otro. El momento cuelga suspendido, ingrávido. Entonces alguien del público estornuda y mi consciencia vuelve al escenario. Él parece recuperar el conocimiento simultáneamente y a regañadientes nos apartamos.
Estoy mareada. Abriendo mis ojos, su expresión refleja mi propia sorpresa de ensueño. 

Como el Sr. Pratt ordenó, recorro mis dedos a través de su corto y oscuro cabello.
—Espero que tu cabello se rice naturalmente, ¿es así?—la línea no tiene mucho sentido, ya que su cabello es muy corto y rizado, pero al público no le importa.
—Sí, cariño. —Su voz es ronca. Se aclara la garganta—Con una pequeña ayuda de otros.
Después del telón, entre bastidores, todo el mundo está raro. Todos nos abrazamos y reímos y gritamos con semejante júbilo autocomplaciente que pensarías que lanzamos un trasbordador espacial o curamos el cáncer o algo.
El Sr. Pratt me envuelve en un abrazo de oso tan fuerte que apenas puedo respirar.
— ¡Nos salvaste, brillante chica!
—Ah, no fue nada.
— ¿Nada? ¡Fue increíble! No te equivocaste en ninguna sola línea. Tengo casi decidido echar a la pequeña Rubiecilla y ponerte en la ejecución del show.
—Gracias—digo con sinceridad—Eso significa mucho para mí. A propósito, eres un profesor increíble.
Se detiene en seco. Su ceja, varias sombras más oscuras que su cabello, se levanta de manera sarcástica. Los gritos caóticos y las risas espáticas del elenco y el personal continúan con todo entusiasmo a nuestro alrededor.
— ¿Un increíble profesor, huh?—repite lentamente.
¡Scheisse! Mi mano está punto de volar hacia mi boca cuando me doy cuenta de mi error, pero controlo el movimiento justo a tiempo.
— ¿Cómo ibas a saber?—pregunta, estrechando sus ojos.
—Claro que eres un increíble profesor…todo el mundo lo dice. Estoy segura de que es verdad. Y me enseñaste la parte tan fácilmente. Obviamente eres realmente bueno en explicar cosas. ¡Desearía poder ir a Underwood! Me encantaría tomar tu clase—balbuceo.
—Apuesto a que lo harías. —Asiente, una misteriosa sonrisa tirando de las esquinas de su boca.
Chloe y Darcy se abalanzan sobre nosotros entonces, sus sombreros arrancados de sus cabezas y sus caras ruborizadas de triunfo. Me envuelven en un feroz abrazo. Sin embargo, por encima de sus hombros, puedo ver al Sr. Pratt retirándose, teniendo una expresión astuta y de complicidad que me pone nerviosa.
— ¡Les pateaste el trasero!—dice Chloe—Y hombre, esas pestañas todavía se ven impresionantes, aun cuando sudaste como un luchador de sumo.
—Cállate. —Me río.
Darcy se inclina más cerca y dice en un tono conspirativo.  — ¡¿Ese beso en el Acto Dos?! Mierda santa. ¡Pensé que ustedes dos podrían encender la alarma de incendio!
—Sin bromear. —Chloe se abanica su cara con las manos— ¡Mamma mía, consigan una habitación!
Chillo de alegría a pesar de mí misma. Recordando la frágil perfección de ese momento que arrasa cualquier preocupación sobre el Sr. Pratt o sus sospechas. De cualquier manera, el escuchar a mis amigas decir lo que sé en mis huesos me da esperanza. Es el mejor tipo de validación. YoonGi y yo tenemos química. Tenemos los pelos de punta los dedos curvados, je ne sais quoi*. Todos en este teatro lo sintieron; ¿hay algo más real que eso? Nos volvimos amigos como chicos, sí, pero ¿las almas gemelas no pueden superar incluso eso? ¿Un beso perfecto no merece otro?
—No mires ahora—Darcy respira—Algernon está viniendo.
Por supuesto que me doy vuelta como una idiota y me encuentro, cara a cara, con YoonGi. El calor se extiende a través de mis mejillas. Chloe y Darcy se ríen y se alejan de nosotros, dando traspiés, sosteniéndose la una con la otra como un par de borrachas.
—Hola—dice YoonGi.
—Hola—hago eco. Brillante, _________. Una conversadora brillante.
—Buen trabajo allá afuera. Pusiste al resto de nosotros en vergüenza.
Sacudo mi cabeza.
— ¡No! Estuvieron fantásticos.
—Yo, um…—el mira sus zapatos, alza la mirada hacia mí, mira sus zapatos de nuevo—Realmente me encantó trabajar contigo. Fue muy divertido.
—Sí. A mí también. —Meto un mechón de cabello detrás de mí oreja. ¡Es una urgencia total el ser una chica con él! No puedo creer que finalmente tenga permitido flirtear. A la vez, se siente tan extraño empezar de nuevo como extraños cuando ya lo conozco tan bien. Tengo miedo que si abro la boca, diga algo que Nat sabe pero que _________ no desea sacar a la luz, incriminándome, como con el Sr. Pratt.
YoonGi se encoge de hombros.
—De cualquier forma, sólo quería decirte que hiciste un buen trabajo.
—Gracias.
Hurgo en mi cabeza, buscando algún modo de prolongar esta conversación, pero vuelvo con las manos vacías. ¡Esta podía ser la última oportunidad para ser una chica con él! Sin embargo, aquí estoy, atascada con un profundo caso inconveniente de congelación de cerebro.
— ¿Vas a la fiesta de Josh?
Frunzo el ceño.
—Ojalá pudiera...
— ¡Oh, hombre! Tienes que ir. Eres la invitada de honor.
—Realmente no puedo.
— ¿Por qué no?
Porque tengo una cita con tu hermana.
—Obligaciones previas—digo vagamente.
Es gratificante y desgarrador ver cuán decepcionado se ve.
—Genial. Bien, supongo que te veré por ahí. Gracias por salvar el día.
Antes de que se me pueda ocurrir una respuesta, se voltea y desliza dentro de la multitud. Lo veo irse, sintiéndome eufórica y enamorada y confundida a la vez…un remolino de emociones contradictorias tan intensas que me dejan sin aire.
Chloe y Darcy se materializan una vez más a mi lado.
—Él no te reconoció, ¿o sí?—Darcy estira el cuello para captar una vislumbre de él a través de la multitud. Los padres y amigos del público han entrado a raudales en el camerino, añadiendo el caos con los flashes de las cámaras, exuberantes abrazos, y ramos envueltos en celofán.
—No—digo—nada de eso.
Chloe sopla su cabello fuera de sus ojos, enfadada.
— ¿Qué fue lo que dijo?
—No mucho. —Muestro una sonrisa valiente, intentando sacudir la melancolía que amenaza con matar mi zumbido posterior al show—Vamos. Transfórmenme en Nat por última vez. Después de esta noche, voy a ser chica todo el tiempo.
Volver a ser Nat se siente como ponerme unos pantalones empapados muy apretados. Todo en él irrita y molesta.
Antes de Underwood siempre había asumido que los chicos disfrutaban de más libertades que yo. Ellos pueden salirse con la suya mucho más, como caminar solos hasta altas horas de la noche, sentarse con las rodillas ampliamente separadas, lanzar un escupitajo en público. Muchas de las chicas agonizan por no parecer empadronadas por ellos…ganando cinco libras, siendo llamadas mujerzuelas o despertando con el cabello desastroso. Asumí que el ser Nat sería unas mini-vacaciones de todas las preocupaciones y restricciones. Tenía vagas nociones de que ser un chico significaría echarse en primera clase cuando estoy acostumbrada al sufrimiento a través de las estrechas indignidades del entrenador.  ¿La realidad? Pasar de ser una chica a un chico significa amputar grandes partes de mí misma. He tenido que aplacar mis instintos una y otra vez: no chillar, llorar, o exteriorizar las emociones de ninguna manera; no tocar a la gente o expresar interés en su bienestar; no ser, bajo ninguna circunstancia, vulnerable. Por supuesto, cada vez que estás intentando actuar como alguien que no eres es obligatorio ser torpe, así que dudo que el ser hombre considere esta claustrofobia por los chicos reales. Saber eso, hace nada calmar mi renuencia sobre atascarme en el personaje de Nat Rodgers por última vez.
— ¿Estás segura de que pusiste bien la manteca de cacao?—sueno fastidiosa, incluso para mí misma, pero no puedo evitarlo—Mi mandíbula pica.
El lápiz labial de Chloe se congela en el aire. Me da una mirada dura.
—Me he pasado toda la tarde arreglando tu cara, ¿bien? Creo que “Dios, gracias, por salvar mi trasero” es la respuesta correcta.
—Perdón. Sólo estoy un poco deprimida.
Darcy se sienta en la cortina de baño, limpiando sus dientes con hilo dental.
— ¿Deprimida? Eso es disparatado. Deberías estar contenta.
—Supongo. —Mi voz está sin vida, indiferente.
— ¡Lo hiciste, _________!—Insiste Darcy—Hiciste todo lo que te propusiste y más.
Suspiro.
— ¿Qué logré en verdad? No tengo respuestas verdaderas para mi artículo. No estoy segura de entender a los chicos más que antes de hacer todo esto. Sin embargo, en el intertanto, me he enamorado completamente de YoonGi, que estará molesto si se entera que le mentí. Y ahora SeongMi está involucrada… ¿qué dirá ella cuando se entere de que ha sido flechada por una chica? ¿Qué pensarán Tyler, Max y Earl cuando se den cuenta de que han sido engañados?—cruzo mis brazos sobre mi pecho—Todo lo que en realidad hice es enredarme en mentiras. Estoy hiriendo a la gente que me importa, ¿para qué? Para un artículo que probablemente ni siquiera escriba.
Chloe deja su lápiz labial y me fija con una mirada inescrutable.
— ¿Qué?—desafío—Es verdad.
Ella mira hacia el techo por un momento, reuniendo sus pensamientos.
—Sólo voy a decir esto una vez, ¿bien? Así que escucha. La semana pasada has avanzado más que cualquiera que conozca. Sí, tal vez todo este truco ha sido demente y equivocado –también lo fue hacer ese show con sólo un par de horas de ensayo– pero lo afrontaste, y lo lograste. Darcy y yo te admiramos, ¿bien? Has demostrado cuán impetuosa puedes ser.
Darcy se levanta de la cortina y me abrasa.
—Ella está en lo cierto. Eres increíble. Te amamos.
Comienzo a llorar. No puedo evitarlo.
—Gracias, chicas.
—Ahora, ¿podemos parar de levantar tu ego e ir ya a lo de Josh?—Chloe mira su reloj—Incluso las papas y la salsa habrán desaparecido si esperamos mucho más.
Seco mis lágrimas y me levanto. Mi mirada aterriza en Nat, en el espejo. Él es una parte de mí, supongo, tanto como cada papel que he interpretado lo es. Él no es una mentira…no en verdad. Todavía me siento un poco triste y confundida, pero Chloe está en lo cierto. Tenemos que llegar a lo de Josh. Erica probablemente ya está allá, y no puedo decepcionarla a ella, y a YoonGi por dejarla plantada.
Levanto un puño.
—Que comience esta fiesta.

Notas:
Je ne sais quoi: Qué sé yo.

Holaaaa! Perdon por el retraso :B comenten y voten hermosas criaturas! Las amo!

Chaú.

Chica en chicolandía (Suga BTS) [LIBRO ADAPTADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora