Capitulo 10 •MARATÓN•

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Tyler niega con la cabeza, mirando al suelo.

-Tengo que revisar algunas cosas para la prueba de historia. Lánzalo de regreso y te llevaré a tu primera clase.

-Adelántate. Voy a hacer mi propia red-haciendo caso omiso de su expresión aterrorizada, tomo el disco volador y camino hacia Josh. ¿Es mi imaginación, o de repente hay un gran silencio en el patio? ¿Cuál es el gran problema? Sólo voy a hablar con un chico. -Hola. -Me presento a Josh entregándole el disco volador y mi sonrisa es amable-¿Cómo va todo? Soy nuevo aquí.

Josh toma el disco volador, pero sus ojos son suspicaces.

-Uh-huh. Puedo ver eso.

-He oído que actúas. Y además eres capitán de wáter polo también. Impresionante.

Josh lanza una mirada a sus amigos diciendo: ¿Pueden ver a este chico? Puedo sentir como comienzo a ruborizarme, pero no hay manera de terminar la conversación con gracia ahora que me he comprometido, así que levanto una mano.

-Soy Nat.

Josh sonríe.

-Nat. El nombre es adecuado.

-Gracias.

-Un insecto molesto que no sabe cuándo no es querido.

Josh y sus amigos se ríen a carcajadas al igual que comienzan a sonar las campanadas del inicio del primer período.

Bien, entonces. Eso ha ido bien

[...]

Para el final del tercer periodo tengo tantas ganas de orinar, que juro que mi vejiga ha alcanzado 5 veces su tamaño normal; está apretando todos mis otros órganos internos en las remotas esquinas de mi cuerpo como una señora gorda en un subterráneo repleto. ¡Es sólo que no puedo ir a los baños! Son demasiado atemorizantes. El olor, los pedacitos expuestos, la vergüenza. ¿No es lo mismo usar una caseta lo mismo que ir anunciando que tengo que defecar? ¡Qué avergonzante! Sin embargo difícilmente puedo ponerme en fila con los otros y sacar de repente mi calcetín.

Luego de muchas horas de aguantar, sin embargo, no puedo soportar otro segundo. Huyo al baño con las rodillas juntas. A pesar de mi necesidad urgente de orinar, me paro en la puerta, mi corazón latiendo fuerte. Un par de chicos caminan secretamente sacando cigarrillos de los bolsillos de sus chaquetas; cuando me ven parada ahí mirando a la puerta, sus risas paran abruptamente e intercambian una mirada. Obviamente no puedo dudar ni un segundo más o despertaría sospechas. Doy un profundo respiro y empujo. Creo que soy un poquito demasiado agresiva haciéndolo, porque escucho la puerta aporrear contra algo sólido. Encogiéndome, me paro dentro y veo a YoonGi, mi maravilloso compañero de cuarto, presionando la palma de su mano derecha contra su ceja.

- ¡Scheisse!-grito, alarmada- ¡Lo siento tanto!

Él sacude su cabeza como alguien que despierta de un sueño.

-Whoa. No esperaba que la puerta atacara. ¿Dijiste scheisse?-cuando él saca su mano puedo ver sangre en la parte superior de su cabeza.

-Oh no, ¡estás sangrando! Examina su cara en el espejo, pero no da ningún comentario. Corro al lavabo, tiro una toalla de papel del dispensador, y la mojo. Sospecho que esto no es muy masculino, pero se la entrego de todas maneras, deteniéndome a mí misma de efectivamente taponar la herida.

Toma la toalla con una expresión escéptica.

-Uh, gracias.

Oigo el sonido de flujo de líquido a mi izquierda y casi salto cuando veo a dos chicos orinando en los urinarios. ¡Aaagh! ¡El olor! ¡El sórdido carácter público de todo!

Chica en chicolandía (Suga BTS) [LIBRO ADAPTADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora