Capítulo 28

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Conducimos hasta Underwood para que pudiera recoger mis cosas. Darcy y Chloe esperan en el coche. Imaginamos que tengo una mejor oportunidad de entrar corriendo y salir sin incidentes si voy sola, desde que las chicas no están supuestamente permitidas en los dormitorios de los chicos, especialmente a horas tardías.

Recojo mis cosas en la bolsa de lona y casi estoy preparada para marcharme cuando oigo pisadas en el pasillo. Me congelo, medio anhelando y medio temiendo la vista de YoonGi cruzando a través de la puerta. Hay una llamada. Mi corazón late tan frenéticamente que puedo sentirlo en mi garganta.

— ¿Sí?—grazno.
La puerta se abre una rendija, y Tyler echa un vistazo alrededor, con expresión incierta.
—Hey. Todavía estás aquí.
—En mi salida, sin embrago.  Una mirada de dolor parpadea en sus ojos, inmediatamente lamento mi tono brusco.
—Pero puedo quedarme un minuto. ¿Qué pasa?
Él da un paso dentro de la habitación. Detrás de él, veo a Earl y a Max. Los tres parecen asustados de mí, como si se hubieran enterado de que soy una asesina entrenada y pudiera apuntar una pistola sobre ellos a la menor provocación.

Hago un ademán a la cama, donde he extendido el uniforme de Tyler con una nota adhesiva enganchada en el bolsillo de su chaqueta. No tenía tiempo de escribir nada más excepto: Por favor devuélveselo a Tyler. Ahora me siento avergonzada de ese apresurado mensaje. Debo a estos chicos una explicación. Ellos merecen más que eso.

—Yo, um, dejé tu uniforme. Gracias por el préstamo. —Meto mis manos en mis bolsillos. Después de pasar una semana apisonando mi exuberancia natural, mi deseo de cotorrear en mi forma femenina, de repente me siento más chico que nunca. Ninguna palabra brota de mis labios. Todo lo que puedo hacer es mirar al suelo, avergonzada.

Es Max quién rompe el silencio.

— ¡Pienso que lo que hiciste fue increíble!
Lo miro, conmocionada.
— ¿Lo haces?
—Fue valiente y temerario, directamente de Shakespeare. —Sus ojos brillan con real admiración.
—Por lo menos ahora tienes más sentido—dice Tyler— ¿Todas esas extrañas preguntas que siempre estabas haciendo? Nosotros sólo pensamos que eras un retrasado social.

Earl asiente, una sonrisa medio irónica en sus labios.

—Lo cual era algo que podría tener que ver con nosotros, por los menos.

Me río con una risilla sofocada, luego me detengo a mí misma. Por un segundo el silencio amenaza con establecerse sobre nosotros otra vez, pero entonces estallamos en risas todos al mismo tiempo.

—Entonces chicos, ¿no están furiosos?—les pregunto.
— ¿Por qué estaríamos furiosos?—Tyler se encoge de hombros—Quiero decir, es raro, pero nosotros no somos exactamente expertos en “normal”. Raro está bien.
—Intenté conseguir respuestas como una chica—explico—pero nadie era abierto conmigo. Era la única forma que podía conseguir la primicia.

Me callo abruptamente cuando oigo más pasos en el pasillo. ¿YoonGi? Mi corazón se acelera de nuevo. Quizá viene a disculparse por lo que dijo en la fiesta. Eso es absurdo – ¿por qué lo haría? Está en lo cierto– le mentí por completo. Estos chicos no están furiosos, sin embargo. A pesar de todo, nunca había conseguido ser tan cercana con estos chicos como lo hice con YoonGi. No los había traicionado de la misma forma, de alguna manera.

Cuando la puerta se desliza abierta otra vez, sin embargo, no es YoonGi quien aparece allí sino Darcy, su sombrero de fieltro derribado sobre su caliente cabello rosa. Sus ojos echan un vistazo fuera por debajo del ala furtivamente.

— ¿Qué estás haciendo?—mantiene su voz bajita, haciéndome frente—Tu cubierta desapareció…tienes que salir de aquí. ¡Nos meteríamos en problemas sólo por estar en el campus!

Chica en chicolandía (Suga BTS) [LIBRO ADAPTADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora