HOUSE OF MEMORIES, a the promised neverland fanfiction.
akirqiguess . . . 🪡 ๋
primer libro de la saga: 𝔭𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 冷 ‼
Octavia obtiene el poder de la voluntad humana de cambiar el mundo frente a fuerzas poderosas, tales como el destino...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
capítulo trece 🍃 colapso de poder
❛ and you never knew how much i really liked you, because i never even told you... ─ back to the old house; the smiths.
⭐ ¡NO OLVIDEN VOTAR Y COMENTAR! ⭐
sinceramente no sé por qué, pero los guiones se han cambiado a guiones cortos al publicarlo, lo estoy editando, pero avisadme cómo lo veis vosotros...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
THE PROMISED FOREST ★ 15.O1.2O46
—¿Lo has escuchado también, verdad?
La voz de Octavia fue apenas un murmullo, pero Emma la captó con claridad. Le había tocado suavemente el hombro, y eso bastó para romper la tensión que se había apoderado de la pelirroja.
Emma se había sobresaltado de golpe, girando la cabeza con la mirada alerta, como si hubiera percibido algo en la espesura más allá del claro donde descansaban. Su cuerpo, aún en posición de vigilancia, parecía el de alguien acostumbrado a sobrevivir a la intemperie.
—Entonces no fue mi imaginación —respondió, con el ceño fruncido. Sus ojos buscaron entre los árboles sin encontrar nada.
Lo dejaron pasar, al menos de momento.
Los demás niños, ajenos al breve intercambio entre las dos, continuaban con sus conversaciones en torno a un tema mucho más tangible: el frío.
Algunos tiritaban, frotándose los brazos o soplando sobre sus dedos en un intento de entrar en calor. Gilda, siempre pendiente de los más pequeños, iba de uno en uno, instándolos a abrigarse mejor con lo poco que tenían.
—Es el mismo bosque de antes, pero la temperatura es tan distinta... —murmuró Dominic, envolviéndose con su chaqueta, sin dejar de temblar.
—Quizá porque no hay ni un rayo de sol atravesando las ramas —añadió Anna, que tenía los labios ligeramente morados del frío.
