Capítulo 6

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LA DESPEDIDA

Marshall se encontraba llorando a mares en una esquina de la sala de la pequeña casa, en sus manos tenía una foto de Violet y una pequeña carta con letras cursiva.

Señor Marshall, le escribimos de parte del laboratorio Fascas, donde le informamos que su esposa Violet Hatfield a quien se le hicieron varios estudios con su consentimiento a fallecido. Lamentamos mucho su gran pérdida.

Atentamente doctor Maxwel.


Se sintió destrozado cuando sólo leyó esa triste carta. Donde se expresaba claramente que su amada esposa había muerto gracias a esos inútiles estudios en la cual Él no estaba de acuerdo.

Al día siguiente, Marshall y su pequeña hija Sofía vestían de negro, Marshall tenía los ojos rojos de tanto llorar. Mientras su pequeña no sabía que pasaba. Un montón de personas estaban en el funeral de Violet, todos reunidos sentados en unas hileras de sillas delante de una urna morada.

Mientras el padre decía unas palabras, Marshall noto a dos personas con batas blancas. Una mujer rubia de ojos azules y buen cuerpo junto a un señor canoso y con barba, su cuerpo estaba bien para la edad que aparentaba.

Marshall se acercó a su hermano y le dijo.

-Patrick ten a Sofía por favor. -Mientras le entregaba a Sofía sin esperar respuesta a cambio.

Se alejó y se encaminó dónde estaban esas dos personas.

Tendiéndoseles en frente, con odio les pregunto.

-¿Ustedes son los doctores?- dijo refiriéndose a las batas que llevaban puestas.

-Sí, señor Marshall, de verdad disculpe lo sucedido- dijo el hombre tratando de no quitarle la mirada a Marshall.

-¡NO ACEPTO SUS DISCULPAS! ¡POR SU CULPA MI ESPOSA ESTA MUERTA! -Dijo Marshall más que enojado.

Todos en el lugar callaron y voltearon hacia Marshall sorprendidos por el show que estaba armando.

-Señor cálmese, la verdad discul...

No pudo terminar de hablar el doctor cuando Marshall estampo su mano contra su mejilla, lo había golpeado y estaba encima del doctor ahorcándolo. Todos los presentes boquiabiertos se pararon a quitar a Marshall que estaba estrangulando al hombre. Para que no pasará nada más allá de otro nivel. Ya que tenía a una niña que cuidar.

El hombre se levantó sin aire y le dijo.

-Está bien si no acepta mis disculpas pero de verdad perdóneme... nos veremos en un futuro.

Y se fue apoyado en los hombres de la joven rubia.

9 AÑOS DESPÚES.

-Sofía, ¡no puedes tener novio! -Le reprochaba Marshall a su pequeña, que ya no era tan pequeña había crecido y ahora era una mujercita en proceso de 11

Sofía estaba junto a un muchacho rubio ojos claros llamado Antonio.

-¡Pero papá! -Esta le hacía berrinche.

Marshall sin más preámbulos agarro a su hija y la metió en su jeep negro.

-¡Papa! No sé porque no me dejas tener novio, Tú y mama lo fueron algún tiempo y no hubo nadie que se lo impidiera. -Le dijo Sofía muy enojada.

Marshall eso le trajo un mal recuerdo y sus ojos se llenaron de lágrima qué mientras iban en la carretera Marshall no veía por donde iba, en eso esté se desvío y chocó contra un árbol quedando ambos inconscientes y sangrando un poco. Los que iban en el camino vieron el accidente y llamaron a las ambulancias. Fueron a recoger los cuerpos, y se los llevaron para ayudarlos.

Marshall abre sus ojos lentamente y ve a su pequeña con tubos y otras máquinas.

Se levanta rápido y se pone junto a su hija.

Ella despierta y le dice.

-lo siento papá. -Empezaron a sonar las máquinas y Marshall nervioso empieza a gritar ayuda, atrayendo a las enfermeras y a los médicos con carritos que él no entendía. Sintiendo unos brazos jalarlo hacia atrás gritando por su hija.

-¡Sofía! ¡Sofía! no te me vayas tú también mi niña preciosa. -grito en un hilo de voz.

Sentado en la sala de espera sin una lagrima más que derramar, pues ya las había botado todas en esos últimos 20 minutos ve salir al médico de guardia del cubículo de Sofía y corriendo se levantó de la silla fría en la que estaba sentado y fue hacia él.

-¡Por favor dígame que todo está bien!, se lo suplico ella es mi princesa, sin ella no tengo nada, sin ella estoy solo. -Decía rápidamente Marshall en su desesperación.

*Flashback*

Iban caminando por el sendero que llevaba al parque, dando saltitos la pequeña de Sofía que tenía 5 años agarrada de la mano de su papá. Llegaron al parque, un espacio y verde lugar con algunas sillas y árboles en todos lados. En el medio se encontraba un pequeño lago donde se veían algunos patos nadando uno de tras de otro.

-Anda Sofía, ve a montarte en el columpio. -Comentó Marshall señalando el parquecito que estaba en frente.

La pequeña Sofía salió corriendo hacia el parquecito, jugando con otros niños que hay se encontraban. Cuando tropezó por un escalón y se puso a llorar, Marshall corriendo hacia ella la tomó por la cintura levantándola.

-¿Dónde te golpeaste lo pequeña? -hablando en tono tranquilizador para no alterar más a Sofía.

-E-en la rodilla. -Señalando la raspada, y con lágrimas en la cara.

-Ya mi pequeña, no es gran cosa. -Dijo con una sonrisa en la cara.

*Fin de flashback*

-Siento informar malas. Noticias pero Sofía sufrió un derrame cerebral y falleció. -Informó el médico cabizbajo.

Fue cómo recibir mil disparos en el pecho, fue como arder en llamas, fue el peor dolor jamás sentido. Volvía a repetir el mismo momento que cuando Violet murió, su vida se escurría por sus manos.

Llegó corriendo al cubículo y desconocía la persona que estaba en la camilla, era completamente distinta a Sofía, era tan blanca como las nubes, sus delicados rulos estaban sin brillo, era como una muñeca sin signos de vida.

*Flashback*

Estaban en la sala de la pequeña casa, Violet en una esquina sentada en la alfombra y Marshall al otro lado. En el medio de los dos se encontraba una pequeña niña aproximadamente 10meses, con una melena rubia de rulos, estaba aprendiendo a caminar. Por un lado Violet llamándola y por otro Marshall.

-Vamos Sofía, vamos princesa tu puedes. -Le animaba Él.

-No le hables tanto ella caminara cuando esté preparada, solo no le quitemos la vista de encima. -Comentó ella mientras se levantaba en dirección a la cocina.

-No me puedes decir que me relaje, este debería ser nuestro momento más preciado, o al menos el mío pues aun no dice papá y no es justo para lo. -Dijo haciendo pucheros.

-Jajajaja tu eres un show Marshall, te amo. -Dijo acercándose a él para estamparle un beso.

Cuando sin darse cuenta Sofía ya estaba de camino a ellos, gritando y brincando de emoción asustaron a Sofía.

-Jajajaja somos un fiasco en esto. -Decía entre risas Violet

-Claro que no, hemos sobrevivido durante 10 eso es mucho. Y lo seguiremos haciendo por siempre, porque juntos somos invencibles. -Dijo afirmando con el puño en alto como si estuviera proclamando algo.

-Te amo Mar, amo nuestra familia.

*Fin del Flashback*

La obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora