Tomaron el coche de Annie y dejaron la moto de Poncho en el garaje. Annie se dio cuenta de que la carretera que Poncho había tomado pasaba por Roseleigh.
Supuso que iban a cenar en Calhoun y le sorprendió que Poncho girase y se adentrase por el camino de Roseleigh. Intentó preguntarle, pero Poncho la urgió a que entrara.
Después de subir unas escaleras, la metió en una suite. Annie no supo qué pensar al ver allí a su madre, a su hermana, a Esther Herrera y a Grandee.
Su madre se acercó a ella y la abrazó.
-Annie, no sabes lo feliz que estoy.
Maggie fue la siguiente.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-¿Qué?
-Que comediante-dijo Maggie riendo-. Bueno, enséñanos el anillo.
Annie alzó la mano.
-Es precioso-dijo Maggie-, no tanto como mi cuñado, pero casi.
Maggie se acercó a Poncho y le dio un abrazo.
Grandee y Esther se acercaron a Annie para abrazarla también.
Después, Annie se volvió a Poncho.
-¿Qué significa esto?
-Has dicho que ibas a casarte conmigo.
-Sí, pero...
-¿Has cambiado de idea?
-No, pero...
-¿No habías soñado siempre con casarte en Roseleigh?
-Sí, pero...
Poncho la besó.
-En ese caso, prepárate. Te veré en el salón de fiestas.
¿Iban a casarse?
¿Ese día?
¿Ya?
-Pero...
Poncho salió antes de que le diera tiempo a hacerle más preguntas.
Maggie la tomó del brazo y la condujo a un armario donde había tres trajes de novia.
-El mío, el de mamá y el de Grandee -explicó Maggie mientras Annie los miraba.
Annie se probó los tres vestidos. Todas estuvieron de acuerdo, el de Grandee era el que mejor le sentaba.
-Tengo miedo de mancharlo o estropearlo -dijo Annie.
Grandee le puso una mano en el brazo.
-Por favor, no te preocupes por eso. Me haría muy feliz que te lo pusieras. Poncho siempre ha sido especial para mí y me gustaría que su novia lo llevara el día de la boca.
Annie se dio por vencida.
Maggie asintió.
-Estupendo. Y ahora que ya está el vestido, vamos a peinarte y a maquillarte.
Annie se sentó y dejó que Maggie se encargase de eso. Oyó las voces de las otras mujeres mientras hablaban, pero no prestó atención a lo que decían.
Annie todavía no había asimilado lo que estaba ocurriendo. Creía que había salido con Poncho a cenar y ahí estaba, preparándose para su boda.
Quería ser su esposa, pero no habían discutido sobre dónde iban a vivir ni sobre el trabajo de ella. ¿Acaso Poncho imaginaba que iba a dejarlo todo por él? ¿Estaba dispuesta a poner su vida al servicio de su marido como había hecho su madre?
ESTÁS LEYENDO
La Boda De Sus Sueños
FanfictionAnnie Puente no podía creerlo. Si ese hombre era realmente Poncho Herrera, ¿dónde estaban las gafas y los granos? ¿Y cómo tenía esa moto y... esa musculatura? Como por arte de magia, el poco agraciado adolescente y genio para las matemáticas se habí...