Capítulo 1: Libertad

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Olivia:

Ahora:

Recuerdo el dolor, como si me estuviera poniendo mala: la tripa de daba vueltas, y para ser sincera, tenía ganas de vomitar. No podía dormir, no podía comer, ni siquiera podía estar sin hacer nada. Me volvían los recuerdos, y con ellos, el dolor volvía. Este escenario no dista mucho de mi situación actual, salvo que el dolor esta ahogado en alcohol, y el mareo posiblemente también sea una consecuencia de él. Pero vamos no me hagas mucho caso, no estoy muy lúcida. 

Imaginemos por un momento a la alumna modelo, con notas sobresalientes, la preferida de los profesores, y por alguna extraña razón no se la toma como una friki total. Bueno, pues esa es mi vida. Lo más curioso es que mi rendimiento académico ha visto un pequeño crecimiento desde hace tres meses: ¿La razón?, corte con mi novio -bueno cortó él, fue de mutuo acuerdo. La mayoría de la gente se pensará que cómo pudo esto ocurrir. Supongo que necesitaba una distracción para no pensar en él, y las drogas definitivamente no era una solución viable. 

Dado que estoy intentando entrar en la escuela de medicina, sé todas las consecuencias físicas y mentales de darse a las drogas. Mi ex se llama George, o el "cabrón" según mis amigos (disculpadlos pero literalmente no tienen un filtro de palabrotas entre el cerebro y la boca. Yo tampoco, pero ya llegaremos a eso), el caso, resumiré nuestra historia en una frase: fui ingenua, y él se aprovechó. Por defecto tiendo a creer demasiado en que dentro de cada persona hay algo bueno, aunque la verdad es que lo sigo pensandolo. Sin embargo esa etapa nefasta de mi vida (mi tiempo saliendo con George), me dio una perspectiva nueva. Sigo pensando que dentro de cada uno de nosotros hay algo bueno, así como que cada persona tiene que ganarse la confianza con hechos, no con palabras bonitas y ñoñas.

He aquí la razón por la que os he contado toda esta pequeña historia, estoy borracha, ¿razón? Supongo que sabéis la respuesta, mi ex. Aunque esa es una buena razón, y me lo estoy pasando genial. No os vayáis a pensar lo peor de mí, estoy borracha celebrando que por fin le he superado, bueno al menos eso creo, pero ya han pasado tres meses, y que quieres, los exámenes han acabado, ya me puedo emborrachar sin que perjudique a mis notas, ni a mi futuro.

Mi padre siempre trabajó muy duro desde que mama nos dejó, siempre dándonos todo lo que necesitábamos, bueno y algunos caprichos sin lo que podíamos vivir, pero aun así nos los daba. Probablemente sea porque se siente culpable de que mama nos dejará, no entiendo porque, estamos bastante mejor sin ella, somos felices, ya no hay gritos, no hay llantos en mitad de la noche, y hay más risas, así que fue un ganar y ganar. 

No hemos sabido de ella en diez años, lo cual ni fu ni fa, no nos importa porque ella solo traería triste a nuestras vidas. Aunque siempre me pregunto cómo puedes tener no uno sino, dos hijos, y nunca preocuparte por si están bien. Vale puede que después de esta pequeña reflexión, parte de la razón de que este pedo sea que mi madre ha enviado una postal (una postal, quien cojones manda una postal a sus hijos, que no ha visto en diez años) que dice "felicidades Olivia, sabía que lo conseguirías". Sip, sustancial, y muy conmovedora, hasta este punto habéis notado que parte de mi vida es caótica, bueno, lo es, pero me gusta mi vida. Os preguntaréis a que ha venido esta reflexión interna, la verdad es que estoy en la pista de baile, bailando toda mi borrachera, y ¡Dios, que gusto!

-Olly, vamos a la barra que quiero otra copa- me grita Adrianna, mi mejor amiga, que también intenta entrar en la escuela de medicina, y con la que ahora comparto universidad. Empezaremos las practicas en el hospital para poder ir ganando conocimiento antes de poder presentarnos en cualquier escuela especializada en medicina. 

Ella es la mejor, y bueno, muy abierta y suelta. Era del tipo Adriana Lima, aunque con los ojos un poco más azulados. Siempre fue la más "zenzuaal" de las dos, y creedme con eso estoy más que a gusto.  Siempre ha estado ahí para mi, y con siempre me refiero a siempre. Nos conocimos en la guardería, y desde entonces hemos sido inseparables, hasta el punto que decidimos coger una universidad cerca de casa hasta entrar en la escuela de verdad. 

¿Quién da más?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora