Prólogo

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Olivia:

Hace diez años:

Podía oír los gritos en el piso de abajo, mi mama y mi papa no paraban de gritarse, creo que fue porque rompí el jarrón del salón, no era mi intención, pero ahora está roto y no puedo hacer nada. Intento dormir pero con tantos gritos lo único que puedo hacer es llorar en silencio. Llevo mi vestido de princesa y sé que mi hada madrina me está cuidando, debe ser así ¿verdad? Soy una princesa y las princesas tienen hadas madrinas ¿no?

Oigo a mama gritar "Yo nunca debí haberte hecho caso, debí haber tenido un aborto hace años, ahora estoy estancada contigo" mama estaba llorando, pero su voz no sonaba rara por eso, normalmente cuando bebía un vaso de ese zumo que la ponía de mal humor arrastraba más las palabras, y decía cosas muy malas.

Papa empezó a chillar y a gritarle a mama que se fuese, que si no quería estar con nosotros que no tenía por qué estarlo. Eso era verdad, papá siempre ha sido el que estaba con nosotros, siempre nos preparaba la cena y nos hacia la comida para llevarla al colegio.

Entonces la puerta se abre, como estoy de espaldas a la puerta, noto una sombra pequeña que entra en mi habitación, es Lucas, mi hermano mayor, él tiene doce, dos años más que yo, pero en realidad es más listo que la mayoría de su clase: él es genial.

-¿Olly? ¿Estás despierta?- Lucas entra en mi habitación con Rex, nuestro pastor alemán, se sienta en mi cama y Rex se sube, bueno lo intenta, es tan pequeño que apenas puede alzarse.

Me limpio la nariz con la manga de mi pijama. Mama dice que eso no lo hace una señorita, pero no me importa ahora no puede verme. Me giro, le veo, y empiezo a llorar otra vez.

-Lucas, están discutiendo por mi culpa, yo he roto el jarrón del salón, el favorito de mamá. Ya nunca paran de pelear, al final mamá se va a ir.- me lanzo a sus brazos y sollozo en su camiseta del pijama.

-Olly, esto no es tu culpa, mama nunca ha sido feliz aquí, y definitivamente no es por tu culpa. Mama es complicada, y si se va estaremos mejor sin ella, ya sabes tú y yo contra el mundo, como siempre.- me acaricia la espalda, en círculos lentos, es reconfortante, y bastante relajante- vamos a intentar dormir un poco ¿vale?

Asiento, y Lucas se intenta ir, pero le agarro la manga y le obligo a tumbarse conmigo, Rex que por fin ha conseguido subirse encima de la cama se pone mi lado. Al otro Lucas empieza a roncar, no entiendo como hace eso sí solo tiene doce años, me imagino que cuando sea viejo roncará más que el abuelo. Se oye mi risita por lo bajo, y noto que por una vez hay silencio en casa, excepto por las pisadas por las escaleras. 

Cierro los ojos, y mama entra despacio en mi habitación, recorre el camino alrededor de mi cama hasta mi lado que es el más alejado de la puerta con sus tacones de aguja, se oye el traqueteo en el suelo, se acerca a mi oído y la oigo decir: "Olivia sé que esto no lo recordarás, pero quiero que sepas que te quiero, pero que no puedo seguir así, merezco ser feliz y no lo soy aquí. Acuérdate siempre, los hombres no son de fiar, no te fíes de ellos". 

Dicho esto me da un beso en la frente, a Lucas otro, y sale de la habitación. Ese fue el último día que la ví, y eso estaba bien, tenía a mi papa, a mis abus, y a Lucas, que era mi ángel de la guarda. No era una princesa, no tenía un hada madrina, pero tenía a Lucas, y era lo más parecido a un ángel de la guarda que había visto.

¿Quién da más?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora