Capítulo 22: Cuidado con los secretos

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Lies - McFly

Sara

El hecho de llevar dos horas seguidas sin ningún tipo de pausa escuchando información sobre la macroeconomía era algo que no aliviaba el ardor que sentía cada vez que recordaba que había visto a Luca hablando con Marlene. Y el problema era que este pensamiento acudía a verme una vez por minuto.

¿Por qué está con ella? Durante toda una semana no los había visto ni saludarse, y ahora... ¿ahora qué? ¿A qué se debía esto? Quizás fue él el que le habló de nuestra relación solo por mantener su fama en la universidad. Quizás había sido todo una farsa y lo único que quería era utilizarme.

Suena la campana y me excuso con Cos y Lei diciendo que no iré a la siguiente clase porque me ha bajado la regla y el dolor está acabando conmigo. Me recorro todo el edificio en busca de la cara que quiero tener ahora delante y finalmente la encuentro en cuanto cruzo el umbral de la puerta.

Allí está. Su actitud socarrona lo rodea creando una atmósfera que lo hace irresistible e idiota a partes iguales. Se lleva el pitillo a la boca despacio, disfrutándolo, y después echa todo el humo de sus pulmones.

- Oye – le digo con voz dura.

- Vaya, Sara. ¿Ahora que no está tu novio vienes a hablarme?

- Éll no es mi... ese no es el tema. Quería preguntarte algo.

- Dispara.

- ¿Fuiste tú quien habló con Marlene de lo que teníamos?

- ¿Cómo? ¿Qué dices?

- Te estoy preguntando, simplemente.

- No, claro que no. ¿En qué me iba a beneficiar a mí que vayan contando que la tía con la que estoy está a la vez con otro?

Me clava la mirada como hace cada vez que quiere ponerme nerviosa y lo consigue. Su semblante es serio y parece no entender el porqué de mi duda. De hecho a estas alturas yo tampoco entiendo muy bien por qué podría haberlo hecho él, pero me mantengo firme y sigo con mi discurso.

- Luca, te vi hablando con ella antes de entrar a clase. ¿Por qué si no tendrías que estar hablando con ella?

- Yo no estaba hablando con ella.

De todas las respuestas que veía como posibles, esa estaba en el último puesto. Sabe que es cierto que ha estado hablando con ella porque yo lo he visto con mis ojos; no me lo han contado, lo he vivido.

- ¿A quién quieres engañar? Te digo que te he visto.

- Pues has visto mal, conmigo no ha estado hablando.

- ¡Luca! ¿Qué quieres? ¿Dejarme de loca? ¡Te repito que...!

- Sara, piérdete. Te repito yo que no he hablado con ella. Y si he hablado con ella no es tu problema. Así que déjame tranquilo.

Me pierdo una última vez en sus ojos antes de deshacer mis pasos y marcharme en dirección a la clase que me toca. Pensaba que esta discusión se iba a alargar más, pero tal y como ha transcurrido... por lo menos no perderé clase.

Por el camino no puedo dejar de tener una sensación de pesadez en el cuerpo que me hace encontrarme realmente mal. Me siento en mi sitio y dos pares de ojos estallan en mi cara.

- ¿Pero tú no te ibas?

- Estoy mejor, por eso he vuelto.

(...)

Ropa por romper: ALASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora