Luego del almuerzo, encontré la ocasión perfecta para escapar sin que nadie notara mi ausencia. Tiempo en el que, al parecer, todos desaparecen.
Mi camino hacia el bosque era largo ya que se encontraba bordeando la ciudad pero ser bruja tiene sus ventajas. Llegue en un abrir y cerrar se ojos. Misty se había auto exiliado, como ella solía decir, de la sociedad de brujas por conflictos que nunca menciono, aparte su poder era más fuerte cerca de la naturaleza.
Se encontraba arreglando su jardín, así que la salude de lejos en cuanto pude notar que se dió cuenta de mi presencia. Vivía en una cabaña de madera. No era grande, en realidad constaba de una sola una habitación pero lo más importante para ella era una pequeña radio que llamaba Stevie. No la visitaba seguido pero a menudo la encontraba cantando y bailando al son de la música, me decía que era el alimento para su alma. Noches enteras se la pasaba bailando y durante el día daba vida en su especie de invernadero al aire libre. Realmente eso era lo único que ella necesitaba y ahora yo la necesitaba a ella.
-Hey Misty
-Taisa, esta vez no has venido sola.
-¿Qué?- su comentario me tomo por sorpresa.
-Esa sombra que tienes no parece para nada amigable- sus ojos estaban clavados en un sector detrás mio, había fruncido el ceño.
Cuando gire y mire en esa dirección distinguí algo negro moviéndose por no muy lejos de donde estábamos. Se acercaba cada vez más y se hacia mas nítida su figura. Él, era él, otra vez...
-Taisa, debes irte- Mysty tomó mi mano y me llevó dentro de su cabaña.
-Tu sabes quién es él- más que una pregunta había sido una afirmación.
-Si pero no es tiempo para eso, debes salir de aquí, ¡vamos!- tomó mi mano y salimos por un costado de su casa. Rápidamente nos internamos en el bosque.
-No tiene sentido escapar, créeme, ya lo he intentado y no me ha resultado- digo casi sin aliento de lo rápido que íbamos.
-¿Y que planeas hacer entonces? ¿Enfrentarlo? estás loca. Aún no estás preparada para enfrentarlo, no, no aún. Lo mejor ahora es ponerte a salvo. Mmm... déjame pensar en algo.
No podía evitar mirar hacia atrás. No había nadie, solo arboles a nuestro alrededor. El ambiente se había tornado raro y entonces me dí cuenta de la niebla a nuestro alrededor. Frené en seco.
-Misty, espera- mi voz templaba, empece a sentir frió- ¿tu has echo esto?
Misty giro y me miro fijamente, la respuesta era obvia. No solo sentí miedo, me sentía perturbada. Ese chico me iba a perseguir hasta el fin del mundo ¿Por qué? Me esta volviendo loca.
Es una pesadilla. Taisa...
El frió es más intenso ahora.Taisa...
Podría aparecer en cualquier momento y no sabia que hacer. Taisa...
No puedo matarlo, no puedo huir, no puedo dejarme morir. ¿Que hacer entonces?
-¡Taisa despierta!- Sentí una sacudida. Cuando reaccione, él ya estaba ahí. Maldita sea...
La niebla se dispersaba a su alrededor, el negro de su ropa resaltada en un fondo blanco y combinaba con la palidez de su cara. Sentí un escalofrió, y los recuerdos del sueño que tuve sobre el venían a mi mente. Misty tiro de mi y empezamos a correr. No sabia en que dirección íbamos, solo corríamos y corríamos.
-No podrás escapar para siempre Taisa- su voz resonaba con claridad a pesar de la distancia.
-Tiene razón- dije con resignación- no puedo escapar por siempre.
-Has silencio y no te detengas que ya casi llegamos- se apresuro a cortarme. ¿Llegar?- Aquí esta.
Salimos de la niebla y ante nosotros aparecieron dos arces de hojas color rojo cuyas ramas se había entrelazado cerrando el espacio entre sus troncos y formando un arco. Alrededor de los pinos los arces resaltaban, y aun más ya que se encontraban en una pequeña elevación. Parecía parte de una fantasía. Antes de poder preguntar algo Misty me adelanto la respuesta.
-Es un portal, tan solo debemos cruzar a través de él.
-¿Así de simple?- Pensé que estaba jugando conmigo.
-Pero claro, somos brujas, el portal reacciona a nuestra energía. Nadie mas puede cruzar por aquí.
-¿Y adónde lleva?- pregunte mientras nos acercábamos.
-Ya verás- me respondió con total tranquilidad. Cuando quedamos frente al portal ya no se veía al otro lado el resto del bosque. Por el contrario, parecía un espejo pero sin reflejo alguno. Misty lo traspasó primero y yo la seguí.
Philomena