Regresando a casa: Un viaje a través de la memoria y el tiempo
El familiar aroma a tierra cálida y el lejano murmullo de las calles bulliciosas me recibieron al bajar del coche. México —mi tierra natal, mi hogar antes de Dallas— permanecía inalterado, pero en constante evolución. Cada verano regresaba, y cada vez, sentía que era a la vez un reencuentro y la introducción a algo nuevo.
Caminé por las calles donde una vez perseguí sueños de infancia, donde las risas resonaban en los callejones y donde el sol siempre parecía más suave que en cualquier otro lugar. La tienda de la esquina aún tenía los mismos dulces de mi juventud, y el aire olía a tortillas y tamales recién hechos, un recuerdo de las comidas familiares compartidas sin prisas.
Al visitar mi antigua casa, pasé los dedos por la desgastada puerta de madera, siguiendo las huellas del tiempo. Los vecinos me recibieron con la calidez que solo se encuentra en lugares donde la gente aún recuerda tu nombre mucho después de haberte ido.
Lo mejor fueron las largas conversaciones con la familia: historias que se transmitían como reliquias preciadas. Hablamos del pasado, de cambios, de sueños que se habían extendido a través de las fronteras.
Mientras el sol se ponía, tiñendo el cielo de tonos naranjas y violetas, me senté tranquilamente en los escalones, escuchando la risa distante de los niños que jugaban. Fue en momentos como este que realmente comprendí: mi hogar no era solo un lugar. Era un sentimiento, un lazo con mi pasado, un ancla en el presente en constante cambio.
Y como siempre, sabía que volvería.
P. D.
¡Este verano pasaré un tiempo en México!
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Vida de un Light
Фэнтези¡Oye! Solo un aviso: esta historia puede parecer un poco apresurada y tiene bastantes huecos argumentales. Es la primera vez que escribo algo con diálogos y ritmo de guion, así que todavía estoy aprendiendo. ¡Gracias por darle una oportunidad! Una n...
