CAPITULO V

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HOMBRE DESMEMBRADO

Un sonido ensordecedor rompe mi sueño, me incorporo en mi cama y noto que todavía es de noche, prendo la luz de mi lámpara y el sonido chirriante proveniente de mi teléfono me provoca un suspiro, volteo a ver el reloj 5:34 de la mañana y alzo la bocina para escuchar una voz agitada proveniente del otro lado.

-Al fin contestas.
-Buenos días para ti también. -Le contesto a Alan con la poca voz que tengo.
-No hay tiempo para el malhumor, tenemos una emergencia.
-Espero sea de vida o muerte.
-Definitivamente es de muerte. -Oh no. - Encontraron otro cadáver, la policía va en camino al lugar ¡Tenemos que estar ahí!

Coloco el teléfono entre mi oreja y hombro mientras me visto con la misma blusa de ayer y peino mi cabello, no fue tan difícil alistarme ya que no me había cambiado la ropa anoche.

-¿Y cómo es que te enteraste? Casi nunca sabemos de un caso hasta después de que la policía lo notifica.
-Bueno, es que yo....-Alan guarda silencio antes de continuar. -Resulta que pude interferir la señal de la policía a mi radio, entonces me entero de las llamadas emergentes.

Me quedo callada, me sorprende que él haya hecho eso, no porque no pueda hacerlo, es bastante capaz, pero él es de esos chicos que prefieren no meterse en problemas o causarlos.

-Sí sabes que es un delito ¿verdad? -le pregunto mientras intento no reírme.
-Obvio que lo sé, pero...bueno, era necesario. -me contesta con voz nerviosa. -Llegaré a tu casa en 10 minutos.

La casa de Alan no queda muy lejos de la mía entonces me apresuro para poder salir rápidamente, tomo mi mochila con todo lo que necesito y observo mi brazo, recuerdos de la noche anterior me golpean, un sentimiento de asco proveniente de mi estómago hace dirigirme al baño y vomitar solamente saliva, ya que no había comido aún. En el baño miro mi reflejo, prendo la luz y examino mi antebrazo, no hay evidencia del salpullido de ayer y empiezo a dudar sobre si fue un sueño o no. Lavo mis dientes y observo mi cara, unas ojeras marcadas alrededor de mis ojos indican mi falta de sueño, mi cabello café se encuentra enmarañado y un poco grasiento, decido peinarme nuevamente pero tomando agua del grifo. Suspiro, porque a pesar de hacer cualquier intento de sentirme bien, no logro alcanzarlo, mi apariencia lo demuestra bastante.

Salgo del baño y me dirijo a la planta baja, pero al descender por las escaleras me percato de una luz encendida en la cocina "Es muy temprano para que estén despiertos" pienso. Al estar dentro, me encuentro con mi madre sentada en una silla del comedor con una taza de té. Me acerco lentamente para evitar asustarla y miro sus facciones. Ella se ve igual o peor que yo.

-Hola mamá, tengo que irme, me llamaron para un reporte.

Un silencio profundo inunda la habitación y siento que me ahogo, de nuevo siento esta nube sobre mí y mi deseo de tumbarme en la cama aparece.
Sus ojos se dirigen a mí, están rojos e hinchados.

-¿Crees que podamos volver a estar bien? -Su voz entrecortada y silenciosa me pega directo al corazón. Está asustada.
-Estoy segura de eso mamá, pero primero deberías regresar a la cama a dormir.
-Tienes razón. -Se incorpora de la silla y yo la ayudo a caminar al pie de la escalera, todo aquel recuerdo de mi mamá como era antes desaparece por una fracción de segundo. -Ten mucho cuidado hija.

Me besa la mejilla y lentamente sube las escaleras. Suspiro para alejar las lágrimas que amenazan por salir. Quiero encontrarla, antes de que mi familia esté perdida.

Un claxón me advierte que Alan se encuentra afuera, salgo de la casa y cuando alzo la mirada, me encuentro con él vestido acorde al momento, pantalones color caqui, un suéter azul rey y su camisa asomada en él, su cabello café bien peinado y con sus lentes de pasta que le da un toque de sabiduría, y noto que se encuentra recargado en su auto Bentley Mulsanne, claramente regalo de su padre. Parece un investigador policíaco como en las series que pasan en la televisión.

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